Capítulo 55

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—Te buscan —Diego entró a la oficina con un vaso de café en la mano y detrás de él venía Cámaro.

Me puse de pie inmediatamente al ver su rostro, esa mirada solo significaban problemas. Además jamás me buscaba en el trabajo.

—¿Qué pasa? —le pregunté caminando a la puerta de la oficina, el sacó de su traje un sobre y me lo extendió, lo tomé y lo abrí con urgencia al darme cuenta que el remitente era de un juzgado.

—¿De qué se trata esto? —pregunté nerviosa leyendo las primeras líneas de la carta.

"Se solicita su presencia en Denver, Colorado...

—Me llegó esta mañana, es para el juicio de Henry —habló Cámaro con voz neutra interrumpiendo mi lectura y me quedé helada.

—¿Cuándo es?

—En un mes—el aire abandonó mis pulmones. No estaba lista para esto.

—¿Contra quién es el juicio? —pregunté con miedo, no sabía si quería saber la respuesta.

—La policía de Denver encontró como principal sospechosa a tu madre... —desvíe la mirada de la carta para mirar sus ojos —así que será el estado en contra de Terisa Villegas.

Al escuchar el nombre de mi madre sentí mis piernas temblar, rápidamente tomé asiento en la silla giratoria y me toque la frente. Esto estaba pasando en realidad, en sólo cuatro días se sabrá la verdad.

—¿Estás bien? Estás un poco pálida —la voz de mi compañero hizo que levantará la vista y asentí rápidamente.

—S-sí, estoy bien. ¿Podrías darme un momento a solas? —le pregunté y él asiento para tomar su café y salir de la oficina para dejarme a solas con Cámaro.

Sentí su presencia a mi lado y escuché como movía la silla vacía de Axel para sentarse cerca de mí, puso una mano encima de la mía y la apretó.

—Todo estará bien —susurró tratando de darme consuelo pero no me hizo sentir mejor.

—No creo estar lista para esto —dije en un susurró tembloroso.

—Podemos prácticar las preguntas que pueden hacer, así no te pones nerviosa...

—No es eso —lo interrumpí negando con la cabeza y me pasé la mano por la cara, desesperada —No estoy lista para testificar en contra de mi mamá.

Sabía que era lo correcto, pero aún así había un gran nudo en mi garganta porque sentía que la traicionaba. Seguía siendo mi madre, yo seguía siendo su progenitora... ¿Me convertía en una mala hija al testificar?

—Anelisse, sabes que es lo correcto. Es tu deber hacer esto —sonó estricto y lo giré a ver.

—¿Estarás ahí? —pregunté en voz baja.

—Sí, voy a observar solamente —asintió y eso me dio más tranquilidad.

Pensé inmediatamente en Zachary, necesitaba avisarle para viajar rápidamente los dos a Denver, también necesitaba decírselo a Harry antes de que se fuera con sus padres, aunque tan sólo le quedaban dos días en la ciudad y tal vez no deba preocuparlo. Estoy segura de que sólo lo preocupare más y no sé querrá ir... Aunque quisiera tenerlo para siempre conmigo no voy a ser egoísta y pedirle que no se vaya, sé perfectamente que esto es por su salud y prefiero mil veces que esté con sus padres a que lo tengan en una clínica de rehabilitación.

—No tienes idea de como me gustaría resolver todo esto sin ir a juicio —dije cansada y me dejé caer en el respaldo de la silla.

El se quedó pensativo y también se recargo en la silla giratoria. Muchas cosas pasaban por mi mente, tenía que arreglar demasiadas cosas para poder viajar y entre esas estaba mi trabajo y tenía que pensar en dónde me iba a quedar en Denver, allá no tengo cavidad ni jamás la tuve. Lo más seguro es que me quede en un hotel y tenga que ahorrar todo sueldo para pagarlo.

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