Capítulo 17

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Han pasado dos semanas desde que los detectives me interrogaron, han pasado dos semanas sin cruzar palabra con mi madre o con Zachary... Ni siquiera con Harry.

Me encontraba haciendo una pequeña maleta con un poco de ropa y artículos personales, ni siquiera se sentía pesada cuando la cerré y la cargue. Salí de mi cuarto y cerré la puerta con llave, llevaba mi bolso colgado de un hombro y arrastraba mi maleta con una mano.

Cuando pasé por la habitación de mi hermanastro, toque dos veces antes de que me abriera.

—Regreso en cuatro días —dije sin saludar. Miro mi bolso, después mi maleta y al final a mí.

—¿Quieres que te lleve al aeropuerto? —preguntó y negué con la cabeza.

—No, Axel me esta esperando abajo —agradecí el echo de que mi amigo pudiera conducir ahora que le quitaron la férula debido a la pelea que tuvo contra Zachary.

—Bueno, entonces te veo en cuatro días —dijo y la comisura de su boca se levantó un poco, casi pude ver un atisbo de sonrisa. —Saluda a tus abuelos de mi parte.

Asentí en silencio antes de avanzar hasta las escaleras y bajar a paso apresurado, mi madre no estaba y no sabía que yo iba a estar fuera por cuatro días. Ni siquiera me moleste en decirle porque sé que no dejará irme, sé que es capaz de muchas cosas para que nuestros secretos queden como lo que son, secretos.

—¿Lista para irnos? —preguntó Axel cuando me pare en la entrada de la sala.

—Más que lista —tomó mi maleta y salió por la puerta principal, llevaba las llaves de mi Mustang para poder guardar el equipaje en la cajuela.

Cerré la puerta detrás de mí, baje las escaleras del pórtico trotando hasta llegar a mi queridisimo coche chatarra. La puerta rechino cuando la abri y las llantas rebotaron cuando deje caer mi cuerpo en él asiento del copiloto.

Él motor rugió antes de encender y comenzamos mi camino hacia él aeropuerto. Suspire en silencio, recargando mi codo en orilla de la ventana para poder recargar mi mejilla en mi mano.

—¿Tus abuelos saben que llegas allá hoy en la noche? —preguntó mi amigo sin quitar la mirada del camino.

—Sí, ellos irán a recogerme —froté mi frente desesperada, frustrada. Me dolía irme de esta manera, me decepcionaba de mí misma él no haber tenido él coraje de pedirle una disculpa a Harry antes de irme —Espero y no lo olviden.

—Si lo olvidan puedes quedarte en la casa de la playa de mis padres. Ahí la pase todos los meses de vacaciones —casi había olvidaba que Alex había ido a Los Ángeles por mas de dos meses completos —Las llaves siempre estan debajo de una maceta, es la única planta en el pórtico.

Hice una nota mental cuando me dijo la dirección y un recordatorio de donde estaban las llaves ocultas.

—Puedes quedarte ahí si lo olvidan o ir a ver la playa, o no sé, si quieres pasar un rato sola ese es un buen lugar —asentí y le agradecí en voz alta.

Él camino siguió silencioso. Alex prendió la radio pero la apagó cuando la señal falló, segui con la mirada puesta en él paisaje. Pasamos por el banco, una joyería y una pastelería, dimos vuelta en el centro comercial y no pude evitar pensar en Harry.

Mi mente me decía que había tomado la decisión correcta al alejarme de él pero mi corazón seguía gritándome que necesitaba hablar con él, que necesitaba hacer las pases y explicarle lo que fueron a hacer los policías a mí casa. Una vocecilla en mi mente me dijo que a él no le podía mentir, que si quería hacer las pases con él necesitaba decirle la verdad.

La Noche Estrellada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora