—¿Estás segura de que no quieres nada? —preguntó Axel sentado en su silla de cuero.
—Segura —le sonreí, o al menos, traté.
Desde que rompí mi relación con Harry no había llevado bien mis días. Me sentía sola, deprimida y preocupada. Había tratado siempre de mantener la cabeza en mi trabajo para que me sacará de ese pozo de pensamientos negativos pero jamás lo lograba.
No había visto a Harry en una semana. No sabía absolutamente nada de él, ni de su salud o de su trabajo. Incluso había tomado otra ruta para llegar a casa para no tener que cruzar por la cafetería por temor a verlo.
—Anelisse, tienes que comer algo —la voz de Diego me sacó de mis pensamientos.
Ambos estaban tratando de convencerme de ir a desayunar al nuevo restaurante cerca del puente, decían que la comida estaba deliciosa y a un precio accesible pero mi apetito no estaba despierto. Mi dieta estos días constaba de grandes tarrones de nieve y cantidad gigantes de chocolate o pizza.
El azúcar me hacía sentir menos triste.
—No tengo hambre —me encogí de hombros tratando de concentrar toda mi atención en la computadora frente a mí.
Mis compañeros de trabajo seguían hablando sobre un tema que a mí no me llamaba la atención y yo tecleaba sin cesár. Entonces mi celular vibró sobre la mesa y mí mirada viajó hasta la pantalla.
"¿Te espero para la cena?"
Era mi padre. Ya le había comentado sobre mi estado de ánimo y se había mostrado bastante comprensivo, tanto que me visitaba casi todos los días de la semana para ver cómo me encontraba. Aquello me gustaba pues me hacía sentir como la niña mimada que jamás había sido de pequeña.
Le contesté con un pequeño sí y dejé el teléfono sobre la mesa de nuevo.
—¿No has cambiado tu fondo de pantalla? —la voz de Axel llamó mi atención y cuando lo miré me di cuenta que tenía los ojos en mi celular.
Seguía teniendo de fondo de pantalla una de las fotografías que nos habíamos tomado Harry y yo con su cámara instantánea. No había podido cambiarlo... Algo en mí no quería hacerlo.
—Se me olvida quitarla —le mentí y dejó el tema por la paz.
No había resivido llamadas del detective Cámaro y no sabía cómo sentirme al respecto, no sé si es algo bueno o malo. Tampoco sé nada de Zachary, la última vez que mostró señales de vida fue el día que Harry y yo discutimos.
—¿Sabes qué?, no me importa que no tengas hambre. Nos acompañas a ese restaurante aunque no pruebes ni un solo bocado —la voz de Diego me hizo sonreír.
Supongo que transpiro tristeza, pues toda esta semana se había mostrado amable y compasivo conmigo. Me traía el desayuno y la merienda a la oficina, y cuando le pedía que dejará de tratarme así sólo se encogia de hombros excusándose con que solo estaba siendo amable.
—Vamos entonces.
~°~
El aire fresco me dio en el rostro y me hizo sentir relajada. El restaurante sí era bonito pues tenía mesas al aire libre y eso me gustaba. Nos habíamos colocado en una mesa con cuatro sillas cerca de la orilla del río, una sombrilla nos cubría el sol y el aire cálido de la tarde hacia un clima más agradable en la mesa.
—Ya estoy harto del trabajo —dijo Axel con una expresión cansada mientras picaba con el tenedor un pedazo de fruta.
—Sólo tienes que acostumbrarte a que siempre vas a hacer lo mismo todos los días —Diego dijo como un chiste y ambos se rieron pero yo no.
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La Noche Estrellada
FanfictionCuando la vida de Anelisse da un giro inesperado al enterarse del más grande secreto de su madre se da cuenta que entre más busca más encuentra secretos. Anelisse tendrá que luchar por mantener una vida normal a pesar de todas las circunstancias que...