Hermanos Vengativos

234 20 80
                                    

NARRA SKELETON

Samara me había anunciado que Zarah estaba aquí así que sin perder más el tiempo salí de la casa arrastrando a Cindy conmigo. No la iba a dejar por dos razones; no confiaba en ese grupo de arqueros, y la relación entre ella y Samara es tan problemática que no me gustaría perder una amistad tan valiosa y de tantos años por los berrinches de alguien con quien apenas había tratado.

Sabía de memoria el camino hacia la casa de su padre donde había asistido tantas veces para verla y escuchar sus asombrosas historias, ella había sido una fuente de inspiración para comenzar a aventurarme por el mundo, cazando y viajando.

Para mí es como un héroe, alguien a quien imitar. Ella fue la única que creyó en mí cuando dije que iba a viajar solo a lugares muy lejanos.

Cuando mi padre nos abandonó la madre de ella también se fue por lo que juntos nos apoyamos a superarlo. Primero matábamos el tiempo contándonos historias de aventura que ambos esperábamos vivir, después ella comenzó a enseñarme a usar el arco.

Era muy común aprender el uso del arco pero mi padre había sido uno de los mejores por lo que mi mamá me había prohibido su uso, así que ella me enseñaba a escondidas. Cuando mi madre se enteró me prohibió verla, entonces yo escapé de casa intentando demostrar que aprender ese arte no era nada malo.

Viví un tiempo cerca de la aldea pero ocultandome de todos, la única que me vio en un descuido fue Samara pero prometió no decir nada a nadie. Ella iba a verme de vez en cuando, primero me apoyaba, por eso me extrañó cuando comenzó a insistir en que regresara, que no dejara a mi madre sola. Insistía en que debía decirme algo importante de mi madre, pero yo siempre la hacía callar con la excusa de que iba a distraerme de mi entrenamiento.

Cuando me consideré lo suficiente bueno en el uso del arco regresé, iba a proponerle volverme un cazador vendiendo las presas para mantenernos. Encontré mi casa vacía con los muebles polvosos, como si no hubiera estado aquí desde hace algún tiempo.

Enseguida salí a ver a Samara, al llegar a su casa toda su familia me abrazó, algunos llorando. No entendí nada hasta que su padre me lo dijo directamente, ella había muerto tiempo atrás, cuando Samara insistió en que debía volver.

Ellos me ofrecieron su casa y compañía, Zarah también lo hizo pero yo ya no quería seguir en ese lugar que tan malos recuerdos me traía, tomé la decisión de viajar por el mundo, después de todo ya nada me retenía en ese lugar.

Zarah me apoyó mucho, me dio muchos consejos e incluso me estuvo enseñando técnicas de supervivencia. Las veces que regresé a la aldea me enteré que ella también había salido a aventurarse y no había vuelto, por eso me sorprendió escuchar que estaba aquí de nuevo.

—Oye, suéltame, me haces daño.

Se quejó Cindy mientras se jaloneaba, pero al verla así sabía que si la soltaba saldría corriendo o se quedaría ahí, no me seguiría.

—No es mi culpa que tengas las piernas tan cortas.

Respondí burlándome para molestarla.

—Parece que esa mujer es alguien importante, ¿no? Tienes tanta prisa por verla.

Dijo intentando molestarme.

—Ella puede decirnos más información de ese monstruo, quizá sepa cómo destruirlo.

Dije, ella fingió bostezar.

—Aburrido, mejor me hubieras dejado en esa casa de locos. Al menos ahí podría exigirle a Samara que me devuelva mi ropa.

Dijo a la vez que estiraba el suéter con su mano libre.

—Por algo no te dejé ahí. Eres un peligro, en tamaño pequeño por cierto.

Dije riéndome, ella comenzó a jalarse intentando soltarse molesta por mis palabras pero ya habíamos llegado.

Llamé a la puerta esperando que estuviera en casa y suplicando internamente que pudiera darnos algo de información que nos fuera de utilidad.

—¿Sí? ¿Skeleton? Que sorpresa verte aquí, la última vez que te vi eras… como de ese tamaño.

Dijo señalando a Cindy, parecía alegre de volver a verme.

—Así es, han pasado muchos años. No pensé que nos volveríamos a ver.

Dije, ella asintió con la cabeza, quizá había llegado a pensar lo mismo.

—Buaj, si van a besarse mejor que me sueltes antes.

Dijo Cindy fingiendo estar asqueada, Zarah sonrió divertida.

—Ella es Cindy, un engendro que conocí por ahí. Es agradable cuando mantiene su boca cerrada.

Dije presentándola de mala gana, ella me mostró la lengua inmaduramente.

—Veo que han estado con Samara, pero, ¿tiene más invitados, no?

Dijo fijándose en el suéter de Cindy, asentí con la cabeza.

—Deben tener cuidado, no debería decir nada malo puesto que somos de la misma especie pero su corazón está lleno de rencor y son capaces de cualquier cosa.

Dijo, la miré curioso, ella sabía mucho más de lo que pensé.

—Ya lo sabemos, han invocado a esa cosa que es más fea que Skeleton.

Dijo Cindy mirándome con una sonrisa de superioridad por su “ingenioso” comentario.

—¿Qué es lo que sabes? ¿Gerda te contó algo?

Pregunté, ella asintió con la cabeza.

—Pasen, les contaré adentro.

Dijo invitándonos a pasar. Nos sentamos en su sala de estar y nos trajo galletas y leche, Cindy comenzó a comer como desesperada, de nuevo.

Ella nos contó que era tan culpable de todo como ellos, pues ella les había contado sobre la bestia y su invocación. Nos dijo que les advirtió no hacer nada tonto porque nadie sabía cómo derrotarla pero al parecer a ellos no les importó.

—Sí, excelente cuento para dormir. No has dicho nada nuevo.

Dijo Cindy comiendo una galleta recostada en uno de los sofás.

—Hay algo que no les dije, lo que sé es que quien la invoque puede pedirle algo, ellos pidieron que matara a Skellen, pero no les dije que después se cobra el favor. Luego de eso es libre y su pasión es destruir todo a su alrededor.

Explicó, Cindy se levantó enseguida.

—¿También conoces a Skellen?

Preguntó, ella nos miró con la misma sorpresa.

—¿La conocen? Sólo me han dicho que es su hermana y que “mató” a sus padres, pero en realidad ella es inocente. Ellos la vendieron con la esperanza de deshacerse de ella, pero ahora desean eliminarla.

Dijo, Cindy comenzó a atragantarse con la galleta.

—¿Ella es su hermana?

Preguntó entre tosidos, Zarah asintió con la cabeza. Siempre creí que ellos eran muy unidos porque se querían como hermanos, pero al parecer sólo los une el deseo de venganza.

—También sé que mataron a muchos de los arqueros del nether, cuando una poderosa chica se enteró y quiso detenerlos la capturaron en una trampa mortal.

—¿Charlotte? ¿Capturaron a Charlotte?

Pregunté, ella se encogió de hombros, no sabía el nombre de la chica a la que ellos habían encerrado. No tenía más información para darnos ni sabía cómo destruir al monstruo, sólo nos dio la esperanza de que Skellen seguía viva.

Nos despedimos para regresar a la casa de Samara, debíamos actuar como si no supiéramos nada hasta que pudiéramos irnos. Con suerte sería al día siguiente, cuando el sol comenzará a ocultarse.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora