NARRA MINDY
Pedí a todos los habitantes que aún se ocultaban en sus casas que huyeran, que no había manera de vencer a esa cosa. Todos salían corriendo con pánico, algunos incluso me pasaban a traer cuando yo intentaba avanzar hacia las demás casas.
Finalmente avisé a todos, revisé que no quedara nadie como Cindy me había dicho, ella es muy inteligente.
Terminé mi trabajo y pasé cerca de la cueva, todo estaba vacío. Grité su nombre tres veces, pero sólo me respondió el eco. Seguro ya estaba esperándome en la entrada.Caminé con cuidado de no hacer ruido, fue fácil salir porque Skeleton y Skellen trabajaban en distraer a la bestia. Salí y no vi a Cindy como habíamos acordado.
Pensaba regresar, preguntar a los que luchaban con esa cosa si la habían visto salir, pero Cinthya salió en ese momento. También ya había terminado de avisar a todos.
—Ven, mientras más tiempo pasemos aquí más arriesgamos a nuestros amigos.
Dijo tomándome del brazo y comenzando a caminar hacia donde ella sabía que estaba aquella aldea de la que nos había hablado.
—Pero Cindy, sigue ahí.
Dije intentando zafarme de su agarre, pero ella no cedió.
—Ella no corre peligro, además, es una buena oportunidad para que la dejes crecer. Dale la oportunidad de demostrar a todos que puede valerse por sí misma, que no tienes que estarla cuidando todo el tiempo.
Dijo sonriendo con confianza.
—Escúchame, no me interesa si todo lo sabes o sólo nos engañas como Marcus cree, pero yo voy a ir por mi hermana.
Dije molesta, ¿Quién se creía ella para decirme que hacer?
—No confíes en mí, confía en ella.
Dijo calmadamente sin soltarme y sin dejar de avanzar.—No sabes lo que dices. Tú estás sola, pero ella es todo lo que tengo, ella es mi familia. Yo no quiero quedarme sola y enloquecer como…
Me quedé callada al sentir su dura mirada sobre mi, pero aún con una sonrisa en su rostro.
—Todos tus amigos se han quedado solos y ninguno está loco. Al contrario, creo que aquellos que siempre han tenido a alguien a su lado viven en un mundo de fantasía.
Respondió calmada. Sabía que podía gritarle, ofenderla, forcejear, intentar engañarla o incluso golpearla y ella no me dejaría ir así que decidí calmarme y acompañarla.
Caminaba mirando hacia el refugio, las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas. En silencio sufría, y este sufrimiento incrementaba al ver cada vez más lejos lo que quedaba del refugio.
Llegamos a la aldea que Cinthya mencionó. Los aldeanos se escondían en sus casas temerosos, muchos de los habitantes del refugio ya estaban descansando en el suelo esperando que alguien fuera el primero en hablar con ellos.
Cinthya me soltó y caminó hasta el frente del grupo.
—Señores, lamentamos esta intromisión pero necesitamos ayuda. Nuestra aldea a sido atacada por un ser poderoso e indestructible, apenas y nos ha dado tiempo de escapar. ¿Podrían darnos cobijo y ayudarnos mientras encontramos una manera de derrotar a ese ser? Somos seres civilizados, les ayudaremos en sus tareas diarias y construiremos nuestras propias casas para no incomodarlos.
Habló fuerte y decidida, los aldeanos comenzaron a comunicarse con puros quejidos hasta que uno de ellos salió de su casa.
—Cinthya, no tenemos inconveniente con dejarlos quedarse pero son demasiados y una aldea tan grande llamará la atención.
Dijo este, quien parecía ser el líder. Ella asintió mirándonos.
—Compartiremos casas para no hacer demasiadas. Además podremos montar guardia por turnos y mantenerlos a salvo.
Dijo, él lo pensó un momento. Los demás habitantes comenzaron a gritarle con quejidos, quizás era su idioma o algo así.
—Pueden quedarse, pero no pueden hacer más de diez viviendas. Además montarán esa guardia de la que hablas y nos ayudarán en recolección de alimentos.
Dijo, Cinthya nos miró y la mayoría estuvo de acuerdo.
—Aceptamos.
Dijo, él asintió con la cabeza. Los demás aldeanos salieron de sus casas, unos con herramientas para comenzar a construir las viviendas y otros con materiales de curación para ver a los heridos.
—Elige a cuatro de tus chicas. Nos encargaremos de la comida para todos.
Ordenó el líder de la aldea a Cinthya. Ella asintió, me eligió y a otras tres con mis habilidades. Las cinco seguimos al señor.
—Él es Aldo, el líder de la aldea. Todo lo que ordene deben hacerlo. No le gusta el ruido ni el desorden, así que procuren estar tranquilas y comportarse cerca de él.
Sugirió, todas asentimos.
—¿Los demás no hablan?
Preguntó una de las chicas, ella asintió.
—Todos hablan nuestro idioma, pero ellos se comunican de esa manera para evitar que cuando reciben ataques los enemigos sepan que es lo que planean.
Explicó. Era una estrategia inteligente.
El sujeto nos llevó a una cocina bastante espaciosa, tenía tres estufas y dos mesas para cocinar. Había toda clase de provisiones que seguro a ellos les servían para muchos días, pero ahora apenas y servirían para todos nosotros.
Todas nos pusimos a cocinar, Aldo nos dejó para ir a ver que nuestros amigos estuvieran bien. Poco a poco llegaban más, los que estaban heridos o un poco perdidos.
Cada poco miraba hacia Cinthya esperando que me dijera algo de mi hermana, pero ella estaba tan concentrada en cocinar y se le veía tan tranquila. Me daban ganas de estrellarla contra la pared y obligarla a que me respondiera.
Ella miró hacia mí, como si supiera lo que pensaba. Me sonrió dulcemente, sólo la miré confundida.
—Mindy, hay una chica allá afuera que vivía en la cueva con tu hermana.
Dijo una de mis compañeras entrando a la cocina, me disculpé con las chicas que guisaban y salí corriendo tras ella.Vi a una chica poco más bajita que yo, cabello negro corto peinado en dos colitas, aunque la mayoría estaba suelto y despeinado. A simple vista mostraba una actitud fría y seria.
—Así que tú eres la molesta hermana de la pequeña Cindy. No me sorprende.
Dijo viéndome de arriba a abajo en cuanto estuve frente a ella. No supe qué responder, ¿qué quería decir con eso?
—Vine a avisar que nosotros viviremos en una cueva bajo tierra que hicimos hace unos momentos. Nos podrán encontrar fácilmente pasando el tercer árbol, pero no nos molesten si no es necesario.
Dijo señalando hacia una hilera de árboles, no parecía haber ninguna cueva ahí pero seguro la entrada estaba oculta.
—¿Cindy está con ustedes?
Pregunté esperanzada, ella negó con la cabeza a la vez que cruzaba los brazos.—No sabemos nada de ella desde que dejamos la cueva en el refugio. Creemos que ella está con Ender.
Respondió, negué con la cabeza.
—Imposible, Ender está en su mundo.
Respondí, ella se encogió de hombros.
—Da igual, ella estará bien.Dijo dando media vuelta y yéndose del lugar.
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Pixeles Sobrevivientes
Fiksi PenggemarSegunda parte de Sobreviviendo En Un Loco Mundo y Una Vida Pixeleada. Alguien ha despertado al Wither, una bestia feroz y casi indestructible, sólo para cobrar venganza. Los habitantes del refugio han conseguido escapar con vida, algunos están muy h...