Ataque Canino

197 23 148
                                    

NARRA SKELETON

Estaba con la mocosa buscando alimentos porque el amargado del aldeano quería vernos sufrir.

Para no estar soportando sus inmadureces la había convencido de que ella buscara alimento en los árboles mientras yo cazaba algo, ella aceptó sin muchas ganas pero sin reclamar. Aquello me pareció muy extraño pero no iba a discutir por algo así.

Buscaba atento a todos los ruidos y movimientos, no parecía haber nada cerca pero de pronto se apareció ante mí un grupo de conejos, servirían para alimentar a un par de nosotros.

Me oculté tras un árbol para no asustarlos, cuando los vi relajados comiendo pasto me preparé. Aguanté la respiración, apunté, tensé la cuerda esperando el momento oportuno para matar a ambos de un solo tiro.

—Hey Skeletonto, ¿sabes qué he pensado?

Habló Cindy asomándose de cabeza de entre las ramas del árbol que había ocupado para ocultarme de la vista de mis presas. Sorprendido por no esperar ninguna interrupción dejé escapar la flecha asustando a ambos conejos.

—¿No ibas a estar lejos?

Pregunté molesto. Sin borrar su sonrisa maliciosa saltó del árbol cayendo de pie, por lastima no se rompió una pierna.

—No hay nada en los árboles, así que pensé que si me enseñabas a tirar con arco podría matar unos cotorros que he visto por allá.

Dijo señalando hacia un grupo de árboles con gran espesura.

—Claro, como si no supiera que después de intentarlo mil veces te vas a rendir quejándote de cualquier cosa. Por no mencionar las flechas que vas a perder.

Dije negándome rotundamente, ella cruzó los brazos molesta.

—¿Tienes miedo de que llegue a ser mejor que tú?

Preguntó, reí divertido.

—Es la mejor broma que has dicho.

Me burlé. Me incliné hasta su altura mirándola de frente.

—Jamás serás mejor que yo, pequeño crío.

Respondí muy seguro, ella apretó sus manos en puño pero antes de poder responder algo o intentar atacarme algo pesado se lanzó contra mí tirándome al suelo quedando sobre mí.

Abrí los ojos encontrándome con unas gigantescas fauces. No podía moverme, ese lobo gigante y pesado me estaba apretando tan fuerte que creí que rompería mi brazo.

—¡Skeleton?

Gritó Cindy asustada con la intención de acercarse, la miré negando con la cabeza.

—Estoy bien, mantente lejos.

Dije intentando sonar seguro para evitar que este animal le hiciera daño. Si me mataba al menos a ella le daría tiempo de ponerse a salvo.

Intentaba liberarme empujando sus patas, pero ni siquiera podía moverlas, él se molestó gruñendo en mi rostro y comenzando a salivar.

—No voy a dejar que me comas con ese asqueroso aliento.

Me quejé volteando el rostro para evitar que sus babas cayeran en mi rostro, o peor aún, dentro de mi boca. Mi comentario le molestó en sobremanera, volvió a gruñir antes de abrir sus fauces a todo lo que dan dispuesto a arrancarme la cabeza de un sólo mordisco.

—Déjalo en paz animal pulgoso.

Grito Zarah a la vez de disparaba al lobo pero un enderman se teletransportó quedando a mitad del recorrido de la flecha logrando detenerla con una sola mano.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora