En El Campo De Batalla

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NARRA CINTHYA

Teníamos ya todo preparado para el momento de la batalla, al menos eso queríamos creer. Teníamos provisiones suficientes para una semana, Carlos y Stevens estaban preparando un transporte para Cuppa así que los que no iban a luchar iban a estar seguros.

En el momento en que ellos estuvieran en el escondite que eligieron sería el momento de ponernos en marcha, todos los demás iríamos a la zona de batalla localizada un poco más atrás del refugio, ahí se construirían unos muros para estar seguros al momento de pelear.

A pesar de no tener malos presentimientos no podía evitar sentirme nerviosa, en especial porque no sabía el motivo del porqué no podía percibir al monstruo. Quizá el anciano de mi aldea tenía razón y sólo era una chica inútil que se creía especial.

—Cinthya, ¿has visto a Zarah? Escuché a Marcus decirle a Skellen que se iba a despedir de Cuppa y no quiero irme sin despedirme de ella.

Dijo la pequeña preocupada mirando a todos lados intentando localizar a su nueva amiga entre la multitud que iba de un lado a otro preparándose para cuando fuera el momento de dejar la aldea.

—Lo siento pequeña, no la he visto, pero no debe andar muy lejos, hace unos minutos vi a uno de sus amigos pasar por aquí.

Dije refiriéndome a los chicos de la otra dimensión que habían llegado buscándola.

—Pareces preocupada, ¿algo está mal? ¿Vamos a fracasar? ¿Habrá lastimados? ¿Voy a perder a mis amigos?

Comenzó a preguntar poniéndose nerviosa y hablando a gran velocidad, sonreí para tranquilizarla a la vez que negaba con la cabeza.

—No, estaremos bien, lo prometo. Estoy nerviosa porque debemos dejar la aldea de Aldo como cuando llegamos y los enderman no quieren comenzar a quitar las construcciones.

Dije tranquilizándola, ella asintió aún no muy confiada, pero antes de decir algo sonrió emocionada y comenzó a mover sus manos en el aire.

—¡Zarah!

Gritó con emoción llamando la atención de la mayor quien sonrió acercándose.

—Aquí estás, estaba buscándote. Quiero asegurarme que estás lista, recuerda que tienes una tarea importante.

Dijo mirando a Cindy como si todo dependiera de ella, la mejor asintió sintiéndose emocionada pero nerviosa. Agradecía que hubiera conocido a Zarah, había crecido mental y emocionalmente desde su encuentro.

—Sí, he intentado memorizar todo lo que me has dicho todos estos días.

Respondió con una sonrisa pero algo nerviosa, ambas comprendimos que probablemente tendría problemas con la información que decía saber.

—Es bueno que ejercites tu cerebro, pero no siempre es capaz de retener tanta información. He decidido confiarte algo muy preciado para mí, ha estado conmigo desde que aprendí a escribir y ha sido mi compañero de aventuras. Puede no parecer mucho, pero me ayudó a no rendirme jamás y a siempre aprender más.

Dijo sacando de un bolso que llevaba con ella un libro grande y algo desgastado, tapa de piel, un broche plateado al costado y el nombre "Zarah" escrito en dorado. Lo entregó a Cindy quien lo miró asombrada pero casi enseguida un par de lágrimas escurrieron por sus mejillas.

—¿Por qué me lo das? Tú no vas a...

Dijo mirándome, sonreí con confianza.

—Cindy, te he dicho que todos estaremos bien, deja los malos pensamientos fuera de ti.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora