Un Poco Más Cerca

185 26 71
                                    

SookaNeo

NARRA ENDER PADRE

Llevaba más de cinco horas parado frente al portal, mirándolo fijamente. Esperaba que mi necio hijo hubiera recapacitado y regresara, pero algo dentro de mí me decía que no sería así, que probablemente jamás los volvería a ver en mi vida.

Todo el reino se había reunido para presenciar el escape del príncipe, heredero al trono, pero tenía rato que ya todos habían ido a seguir con su trabajo y con sus vidas dejándome solo.

—Disculpe su realeza, mi padre me ha enviado. Piensa que podría ir a comer con nosotros, hablar un poco. Él dice que no hay resentimientos, no fue su culpa.

Dijo Estela acercándose a donde yo estaba, saludando con una reverencia como era su costumbre.

—¿Qué piensas de todo esto?.

Pregunté ignorando su invitación, ella miró hacia el portal, soltó un suspiro antes de responder.

—No hay mucho que decir, él ha elegido lo que cree que le dará felicidad. Yo sé que jamás sintió nada por mí como para quedarse, mucho menos quería ser el rey. El quiere ser libre.

Respondió, la miré pensando que estaría más triste por la partida de su prometido.

—Él te consideraba una buena amiga, eras a la única a quien le confiaba sus secretos y travesuras.

Dije, ella asintió con una ligera sonrisa.

—Cuando éramos niños, fue hace muchos años, antes de saber que teníamos que casarnos. De alguna manera me alegra que haya elegido su felicidad...

Dijo con una sonrisa triste, la miré pensando que estaba haciendo una broma de mal gusto pero parecía que hablaba sinceramente.

—Creo que aun no es tarde, ya sabe, para ir por ellos. Si tan sólo los aceptara como son, sin querer cambiarlos, podrían volver a ser una familia unida.

Dijo, negué con la cabeza. Sabía que no había hecho las cosas correctamente pero era tarde, yo quería buscar a Creppy y recuperar su amor.

—Lo siento, pero tengo otros planes. Dile a tus padres que ellos estarán a cargo hasta que yo regrese, o quizá Ender, no lo sé.

Dije avanzando hacia el portal, ella me miró asombrada.

—¿Va a ir a buscar a Ender? ¿Van a hablar y llegar a un acuerdo?

Preguntó, no respondí nada, mis planes no incluían buscar a Ender, pero si lo encontraba intentaría convencerlo de regresar. Por mi lado yo sólo podía pensar en recuperar a Creppy.

—No olvides decirle a tus padres.

Dije antes de lanzarme dentro de esa cosa. No la escuché responder nada, aunque tampoco me hubiera importado, sabía que lo haría.

Sentí como todo se movía a mi alrededor, veía objetos moverse muy rápido hasta que aparecí en medio de una sala de lo que parecía un castillo o algo así. Tenía tanto que no hacía esto que lo había olvidado, tenía que buscar la salida a este laberinto de pasillos y escaleras.

Después de un buen rato finalmente encontré la salida a lo que parecía un túnel, pero podía ver un poco de luz asomándose al final de este, debía ser la salida.

Salí en un extraño lugar, completamente destruido, pero lo más extraño es que las casas no tenían mucho en común una de la otra, como si no fuera una aldea de una sola especie.

Caminé hacia lo que parecía haber sido en algún momento la entrada principal a la aldea, que por alguna razón estaba rodeada por un muro de rocas. Cruzando el umbral de la entrada todo parecía tan distinto, tan tranquilo. El paisaje y la naturaleza transmitían una calma agradable.

De mi bolsillo saqué un viejo mapa apenas legible y una brújula, con ello me ayudaría a encontrar el sitio donde dejé a Creppy y donde esperaba encontrarla. Deseaba que a pesar de los años me hubiera esperado.

Caminé por largo rato, el sol ya comenzaba a ocultarse y las aves comenzaban a hacer ruido buscando un árbol donde pasar la noche, tenía que darme prisa pero no veía nada conocido con el mapa, comenzaba a sentirme perdido.

El sol se había ocultado por completo pero gracias a mis partículas aún podía ver, sin embargo ruidos entre la maleza me ponían nervioso, en especial porque me sentía observado.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres?

Pregunté cuando pasando cerca de unos árboles alcancé a escuchar una respiración y movimientos bruscos, como quien busca otro lugar para esconderse.

—¡Si no quieres problemas sal de ahí, porque si te encuentro lo lamentarás!

Amenacé mirando hacia un árbol en especial, casi seguro que ese ser se ocultaba tras de este.

—Quien quiera que seas seguro que desconoces mi poder, voy a contar hasta tres y luego quemaré todo alrededor hasta que seas cenizas.

Dije, volví a escuchar las respiraciones nerviosas. Ese ser sabía que estaba en problemas.

—Uno.

Comencé, un ruido de rama pero nada.

—Dos...

Continué, sólo entonces vi una extraña mirada roja asomarse.

—No haga nada, no voy a hacerle daño, no lo seguía, yo... Suelo caminar por aquí.

Explicó, crucé los brazos creyendo reconocer esa mirada.

—Entonces sal de ahí si no tienes nada de qué preocuparte, dices que no hacías nada malo.

Dije, él asintió un poco nervioso, luego salió poco a poco de detrás del árbol hasta estar frente a mí.

—Sooka...

Mencioné al reconocerlo de inmediato. Él único y singular enderman de partículas rojas así como sus ojos, sus ropas blancas como sus cabellos.

Nunca supe a qué se debía su apariencia tan diferente a los endermans comunes, sólo sabía que a Ericka le encantaba observar por su singularidad, claro, antes de que decidiera escapar.

—Estoy seguro que no ha venido a buscarme, y que tampoco quieren que sepan de su presencia aquí. Si usted no dice que me ha visto yo seré una tumba.

Dijo intentando negociar, reí leve.

—¿Te crees muy listo? ¿A quién le dirías que me has visto? ¿Acaso has estado con Ender, Ericka y los demás que los acompañan?

Pregunté, él negó tranquilo.

—Por eso mismo puede dejarme ir con tranquilidad, yo no tengo contacto con ningún otro ser.

Respondió, lo miré dudando.

—¿Cómo es que no te has sorprendido? Toda la familia real está fuera del End, eso debería causar algún efecto en ti.

Dije esperando atraparlo, sabía que ocultaba algo.

—No me sorprende, era cuestión de tiempo. Nadie puede vivir por demasiado tiempo en ese sitio, claro, nadie quien tenga un poco de cordura aun.

Respondió con seguridad y cierta burla, lo miré molesto pero antes de que pudiera decir algo se escucharon pasos y voces aproximándose, tanto él como yo nos miramos asustados.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora