Escasez De Recursos

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NARRA CINTHYA

Cuppa había logrado recuperar el conocimiento, Marcus ayudó mucho, al parecer había aprendido muchas cosas con su madre pero no iba a mencionarla, sabía que eso lo molestaría.

Cooper dejó de llorar cuando vio a su hermana sentarse, corrió hacia ella para sentarse a su lado. Ninguno dijo nada, parecía que sólo necesitaban estar cerca y saber que estaban bien.

Pancho comenzó a cacarear llamando la atención de Marcus y la mía.Estaba parado en medio de Mindy y Daichi, ella estaba acurrucada al lado de la puerta abrazando sus piernas como intentando no ser notada y él sólo la miraba con pena.

—Muchas gracias, todo era un caos aquí. Siempre sabes que hacer.

Dijo Marcus sonriéndole mirándola agradecido, ella negó con la cabeza inclinado su cabeza hasta esconderla en sus rodillas.

—No es cierto, no hago nada bien.

Dijo con voz apagada, apenas murmurando. Marcus me miró como pidiendo que le dijera qué hacer.

—Ella necesita un amigo ahora. Sólo recuerda que todos están bien y dentro de la aldea, ella no ha provocado nada malo.

Le dije, él me miró sin entender nada pero sabía que al hablar con ella lo entendería. Caminó hacia ella, Daichi se puso un poco nervioso, tomó a Pancho y se acercó a nosotros dejándolos a ellos dos para que hablaran.

—¿Cómo están?

Preguntó nervioso mirando hacia ambos hermanos, Cuppa sonrió asintiendo con la cabeza.

—Estoy un poco mareada, pero estoy mejor. Lamento haberles dado problemas.

Dijo, él le sonrió de regreso.

—Si ella está bien yo también lo estoy.

Dijo Copper tomando a Pancho y acariciándolo. El ave comenzó a cacarear, Cooper rió.

—Pancho dice que no tienes que estar celoso, Marcus y Mindy sólo son amigos.

Dijo el pequeño, Cuppa rió divertida y el rostro de Daichi se coloreó de rojo inmediatamente.

—¿Qué? No, no es cierto, yo no estoy celoso ni nada. Mindy ha sido muy amable conmigo, eso es todo.

Respondió nervioso, Pancho cacareó algo que hizo reír a Cooper pero que no nos lo dijo.

—Gracias por estar al lado de Mindy, a ella no le gusta estar sola y todos hemos sido muy egoístas dejandola sola.

Dijo Cuppa, él negó con la cabeza.

—No, no han hecho nada malo, ella lo sabe. Aunque no lo diga está feliz por todos, pero no quiere quedarse sola.

Respondió, Cuppa asintió.

—No la dejaremos sola, te lo prometo.

Dijo, él asintió con una sonrisa.

—Cooper, ¿también tienes buenos amigos como Cuppa?

Pregunté aprovechando de poner a prueba su memoria.

—Claro, muy buenos. Pancho siempre ha estado conmigo, él me cuida de todo. Skeleton es muy extraño y con un humor muy desagradable, pero lo quiero, me ha enseñado muchas cosas y ha sido agradable conmigo. Stevens me da un poco de miedo, pero sé que es un buen chico.

Dijo, Cuppa me miró con tristeza. Pancho comenzó a cacarear.

—¿Quién? Pancho, ¿has estado haciendo amigos sin mí?

Le respondió como si se hubiera enterado de una traición.

—¿Quién es el amigo de Pancho?

Preguntó Daichi, Cooper miró a Pancho quien volvió a cacarear. Cooper lo miró como si lo que le hubiera entendido le estuviera recordando algo, pero no dijo nada más.

—¿Puedes preguntarle sobre sus amigos y lo que ha vivido? Quizá haya suerte hablando. Yo regresaré pronto con algo que espero que lo ayude.

Dije a Cuppa, ella asintió con la cabeza mientras Cooper le contaba a Daichi cómo había conocido a Skeleton. Marcus y Mindy aún conversaban cuando salí, al menos ellos dos parecían estar más relajados y tranquilos.

Caminé hacia la cocina pero antes de entrar escuche ruido en el almacén, entré a ver y me encontré con Carlos y Dark, el canino se saboreaba.

—¿Qué hacen aquí?

Pregunté, Carlos se encogió de hombros sin mirarme.

—Dark tenía hambre y no pude encontrar una presa que no fuera amigo de alguno.

Respondió, crucé los brazos molesta por su actitud y por tomarse esa libertad de tomar las cosas de las reservas.

—Necesitamos esa carne para alimentar a toda la aldea.

Dije, él me miró sonriendo de lado.

—En ese caso para la otra ya serán menos bocas que alimentar. Dark ya tiene a sus favoritos en la mira.

Respondió, negué con la cabeza pero antes de seguir discutiendo recordé que mencionó que sabe de pócimas y cosas así.

—¿Mencionaste que sabes de pociones y medicinas, no?

Pregunté, él asintió sin mucho interés.

—¿Conoces algo para recuperar la memoria?

Pregunté, él me miró curioso.

—¿Recuperar la memoria? Eso no existe.

Respondió divertido como si fuera una broma lo que le estaba preguntando.

—Hay un chico…

Comencé, el rió leve.

—Siempre hay un chico.

Se burló, respiré profundo intentando guardar la paciencia.

—No, ese chico no recuerda a sus amigos. Él no recordaba el pasado pero ahora que lo recuerda no recuerda a alguno de sus amigos, los endermans de hecho.

Expliqué, él lo pensó un poco.

—¿En lugar de recuperar la memoria no es mejor borrarla? Ya sabes, todos pueden empezar de cero.

Sugirió, pero a mí me parecía una muy mala idea. Iba a decirle cuando Aldo entró a la habitación.

—Cinthya, espero que la comida alcance para todos, sabes lo difícil que se ha vuelto conseguir alimentos.

Dijo mirando al lobo, sabía que habían estado aquí comiéndose los recursos de carne.

—Sí, lo sé. Todo está bajo control.

Dije, él asintió.

—Eso espero. Ah, y ya te dije que cuides de tus amigos del arco, sabes que a nadie en la aldea le agradan, no pueden ir por ahí paseando e intentando conversar con los demás.

Pidió, asentí con la cabeza, seguro que se trataba de Zarah o Skeleton, debía hablar con ellos. Aldo salió del almacén, Carlos rió, pero parecía más una risa nerviosa.

—Bueno, tienes mucho trabajo.  Ya pensaré en algo para tu amigo, iré con Dark a dar la vuelta por ahí.

Dijo saliendo, no respondí nada. Miré el almacén, parecía que cada vez éramos más bocas que alimentar y menos recursos para ello, necesitábamos explorar aún más lejos o derrotar a esa cosa de una vez por todas.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora