Pixeles Sobrevivientes

Perdiendo El Control

paudiaz044

NARRA SKELLEN

Dos hombres del pequeño pueblo se acercaron a donde estábamos, apenas vieron a Marcus tomaron sus armas, una pala y una vara de madera, para amenazarlo, él no lo dudo ni un segundo. Con una fuerza que jamás había visto en él me arrebató la espada y con seguridad apuntó hacia estos hombres dispuesto a atacarlos.

—¿Qué estás haciendo? Te he dicho que me han cuidado y ayudado.

Dije poniendo mi mano en su brazo intentando calmarlo pero ni siquiera me miró.

—Mantente detrás de mí.

Fue lo único que respondió sin decirme el porqué estaba actuando de esa manera. En sus ojos había una combinación de sentimientos que jamás había visto en él; tristeza, rabia, impotencia, dolor, venganza. La misma mirada que podía ver en mis hermanos al verme.

Poco a poco se fueron reuniendo más personas ante nosotros y todos actuaron de la misma manera que los dos hombres, apenas vieron a Marcus tomaron sus armas dispuestos a atacar pero nadie dijo ni hizo nada hasta que pareció Mika, ella no llevaba armas y fue la única que no puso una posición de ataque.

—No sé porqué has regresado, pero dejala ir, ella no ha hecho nada malo.

Dijo después de estar mirando a Marcus por largo rato. Intentó avanzar hacia nosotros pero él movió la espada para amenazarla.

—No te atrevas a acercarte.

Dijo con una voz amenazante. No lograba entender porqué él la conocía y porque parecía tenerle tanto rencor.

Por alguna razón ella comenzó a llorar al escucharlo hablar de esa manera pero eso no pareció ablandarlo.

—Marcus, ¿qué está pasando?

Pregunté en voz baja pero no pude obtener una respuesta de su parte.

—Espera un momento, ¿dónde está mi hijo? ¿También lo has matado?

Preguntó uno de los señores que estaban hasta atrás.

—¡Sí! ¡¿Dónde están los demás?! ¿Los has matado y por eso has venido? ¿Se te ha acabado la diversión?

Comenzó a interrogar uno de los que estaban adelante. El único con una espada aunque esta era de madera. Pude notar como él comenzaba a apretar cada vez más fuerte la empuñadura de la espada.

—Yo no he matado a nadie.

Respondió, Mika lo miró con pena.

—Eres el único sospechoso y testigo, por lo tanto el único culpable. El asesino.

Dijo, su mirada cambió al escuchar aquellas palabras. Él no era el Marcus de siempre, ni siquiera podría decir que era él.

—¿Quieren un asesino? ¿En verdad desean verme como un asesino? Pues deberían tener cuidado con lo que desean.

Respondió avanzando hacia el señor de la espada de madera, de un sólo movimiento partió la espada en dos para después colocar la punta de su espada en la yugular de este.

—Creo que tendré más diversión aquí, ¿no?

Dijo, todos se quedaron callados al verlo de esa manera, muchos incluso se alejaron o dejaron caer sus armas al suelo.

—¡Marcus! No hagas una tontería, ellos están tan asustados como tú.

Dije tomando su brazo y jalandolo para que dejara de amenazar al señor.