Segunda parte de Sobreviviendo En Un Loco Mundo y Una Vida Pixeleada.
Alguien ha despertado al Wither, una bestia feroz y casi indestructible, sólo para cobrar venganza. Los habitantes del refugio han conseguido escapar con vida, algunos están muy h...
Acabábamos de intercambiar puestos con los del turno de la noche, se comenzaba a notar en ambos turnos la falta de ánimo y el cansancio, pero no había marcha atrás, había que derrotar a el monstruo de una vez por todas.
Añoraba volver a los días en que todo era juego, diversión, tranquilidad, pero si algo había aprendido de la pérdida de mi familia era que vivir en el pasado no servía para nada. Blake cubría muy bien los ataques del Wither cuando iban dirigidos a alguien, pero además de aprender a esquivarlo y protegernos siento que no habíamos tenido más avances.
Decidí utilizar una nueva estrategia esperando que nada saliera mal; mientras Blake bloqueaba sus ataque y a la vez intentaba atacarlo volé rodeándolo hasta llegar a su espalda, ahí comencé a atacarlo.
Eso pareció debilitarlo pero apenas fueron unos segundos, pues casi enseguida se dio la media vuelta atacando sin control, Blake intentó desviar todos los ataques que podían lastimar a nuestros amigos pero no pudo con todos, algunas barreras cayeron pero enseguida los enderman corrieron a repararlas. Desde arriba vi que la amiga de Skeleton parecía haberse desmayado y el chico con algo extraño que cubría sus ojos estaba intentando ayudarla, esperaba que no fuera nada grave.
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—¿Qué sucede? Eso no era parte de la estrategia.
Dijo Blake serio pero sin lastimarme con sus palabras, asentí con la cabeza apenada.
—Lo siento, creí que funcionaría.
Me disculpé, él asintió.
—No vuelvas a intentar nada sin decirme antes, debo estar preparado por si pasa algo como ahora.
Dijo, asentí con la cabeza. Ambos seguimos atacando desde arriba mientras nuestros amigos atacaban desde abajo y en todas direcciones. Intentamos diferentes estrategias como atacar las tres cabezas a la vez, enfocarnos en una sola, atacarlo desde la espalda, buscar su centro y atacarlo desde ahí, pero nada parecía funcionar.
Terminó nuestro turno, bajamos en cuanto Ender ocupó su sitio en los aires. Fui a la enfermería, quería saber si nadie había salido herido por mi culpa. Apenas iba entrando cuando me topé con Skeleton que salía a gran velocidad, parecía molesto.
—Skeleton, ¿sucede algo?
Pregunté, él me miró serio pero antes de responder la chica del bonito gorro de cerdo lo alcanzó.
—Sé que estás molesto pero no fue culpa de nadie, entiende, estas cosas suceden. Pudo haber sido peor.
Dijo, al parecer intentaba tranquilizarlo, la miré esperando una explicación.
—¿En serio? Pues tampoco fue poca cosa. Charlotte, déjame pasar.
