Los Culpables

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paudiaz044

NARRA CINDY

Estábamos todos en el comedor de Samara, los chicos que siempre van en multitud le habían pedido de cenar al llegar y ella estaba orgullosa de compartir su asqueroso pastel con todos. Skeleton también estaba cenando, no puedo creer que siendo un palillo andante coma tanto de ese empalagoso pastel.

Samara me había servido un poco, pero obviamente no iba a comer eso así que estaba sentada con los brazos cruzados a que todos dejaran de comer como cerdos para que dijeran algo interesante o para poderme ir a una habitación al menos.

Mientras comían me dediqué a observar a los arqueros. Skeleton me dijo que eran hermanos y que siempre viajaban juntos, que no había conocido hermanos tan unidos como ellos. Al parecer todos se querían entre ellos, además de saber absolutamente todo sobre el otro.

—Creo que no puedo comer más.

Dijo el mayor de ellos tocándose la "barriga", por alguna razón eran tan delgados como Skeleton.

—Eso sería delito después de haber comido cuatro rebanadas.

Lo regañó la hermana mediana, todos rieron divertidos.

—Me alegra tenerlos aquí de nuevo, aunque no me gusta que sea porque estés herida. ¿Qué fue lo que pasó?

Dijo Samara a la chica mediana, ella sonrió por la atención prestada.

—Un encuentro indeseable con un insecto, la asesina de nuestros padres.

Respondió, Skeleton que estaba tomando de su vaso de leche en ese momento la escupió sorprendido.

—¿Qué no te enseñaron modales?

Dije molesta porque me había salpicado.

—Lo siento. ¿Están hablando de que Skellen asesinó a sus padres?

Preguntó, la mayor de ellos sonrió malvadamente.

—Así que la conoces. Sí, ella es la asesina de nuestros padres, pero no es una historia que te vayamos a repetir.

Respondió, Skeleton parecía un poco nervioso aunque intentaba ocultarlo.

—¿Tú también la conoces? ¿No me digan que son sus amigos o algo así?

Quiso saber el mayor dirigiéndose a mí. Iba a responder pero Skeleton habló primero.

—No, a ella la conocí en otro lado.

Dijo intentando sonar normal. Nilsa sonrió emocionada.

—Eso es genial, mientras menos relación tengan con esa asesina mejor, no correrán peligro. ¿Cómo se conocieron entonces?

Preguntó recargando sus codos sobre la mesa y la cabeza sobre las palmas de sus manos.

—Bueno, en una de las veces que salí a cazar olvidé la noción del tiempo y se hizo de día así que me oculté en una cueva al lado de una mina abandonada y ahí la conocí.

Inventó, asentí con la cabeza.

—Sí, es un invasor.

Dije intentando que sonara real, ellos rieron comenzando a hacer bromas sobre lo atrevido que es Skeleton al parecer. La verdad lo conozco poco y sólo sé que es molesto.

—Por cierto, Skeleton dice que se encontró con un monstruo de tres cabezas, ¿saben algo?

Preguntó Samara, los chicos se miraron entre sí como si así pudieran entenderse entre ellos.

—Bueno, sí, sabemos algo. Antes les dijimos que era una leyenda ese monstruo pero pensamos que quizá la leyenda había nacido de un suceso real.

Comenzó el menor de los chicos.

—Al ver que esa asesina estaba viva quisimos deshacernos de ella, saben que no perdonamos la traición.

Dijo la mayor jugando con una de sus flechas.

—Investigamos y logramos encontrar la manera de invocar a ese monstruo. Nos atrevimos a hacer tal cosa porque descubrimos que al traerlo a la vida como pago cumple una misión en beneficio de su invocador, luego es libre.

Explicó el mayor, Skeleton rió nervioso.

—¿Entonces esa chica ya está muerta?

Preguntó, ellos se encogieron de hombros.

—No podemos estar seguros si ya lo está, pero esa bestia no descansará hasta matarla. Al menos eso es lo que sabemos.

Dijo la mediana, los demás asintieron con la cabeza.

—¿Y para invocar a esa bestia tuvieron que ir a esa dimensión de fuego, no?

Preguntó Skeleton, ellos asintieron.

—Sí, tuvimos algunos problemas y dificultades pero nada que no hayamos podido controlar.

Respondió la mayor con orgullo, Skeleton fingió sonreír mientras asentía con la cabeza.

—Será mejor que vayan a descansar, es tarde. Te acompañaré a tu habitación para curar esa herida.

Dijo Samara dirigiéndose en especial hacia la arquera herida. Ellos asintieron y todos la siguieron a las habitaciones. Skeleton comenzó a recoger los platos sucios y llevarlos a la cocina, parecía estar pensando demasiado en algo.

—Tus amigos no se andan con rodeos, hacen lo que quieren cuando quiere. Me agradan.

Dije siguiéndolo a la cocina donde había comenzado a lavar los platos. Me miró molesto al escuchar mi comentario.

—No digas eso, son malos, ¿no has puesto atención? Probablemente Skellen este muerta y seguro que le hicieron algo a Charlotte.

Dijo, me encogí de hombros.

—¿Qué no eras el aventurero solitario que iba a irse en cuanto pudiera? Oh, lo olvidaba, tu corazón se ablandó con esa chica loca de horrible carácter.

Me burlé, él me regañó con la mirada.

—Deja de decir tonterías, si ellos saben que somos amigos de ellas también nos asesinarán.

Dijo, rodé los ojos. terminó de lavar los platos, me tomó del brazo y me llevó hasta el último piso de la casa ya que ellos dormirían en las habitaciones del segundo piso. Al parecer quería estar lo más alejado de ellos.

—Dormirás aquí. No hay puertas así que me quedaré cuidando. Mañana apenas se comience a ocultar el sol vamos a regresar con los demás.

Dijo, crucé los brazos negando con la cabeza.

—¿Esperas que duerma contigo aquí? Olvidalo, ¿cómo sé qué no estás igual de loco que todos ellos?

Dije, él se sentó al lado de la cama, en el suelo con la mirada hacia la entrada de la habitación.

—Haz lo que quieras, ya te dije que no soy tu niñero.

Respondió molesto, sonreí encontrando una manera de molestarlo.

—¿Entonces porque estabas buscándome? ¿Por qué no dejaste que ellos dispararan a la copa del árbol?

Pregunté con una sonrisa de victoria, lo escuché bufar molesto.

—Justo ahora me estoy arrepintiendo.

Dijo, me senté a su lado en el suelo para molestarlo más. Le dije que era peor que Mindy, que era un acosador y de corazón blando. Cuando se me acabaron las ideas para molestarlo sólo lo imité en observar la entrada a la habitación.

No había ruido de nada, al parecer todos dormían, incluso esa Samara que no sabe hacer otra cosa que acosar al cabeza hueca. Como todo estaba tan tranquilo comenzó a darme sueño, aún cuando intentaba mantener los ojos abiertos estos se negaban.

No sé si él seguía despierto y si iba a cuidar hasta que fuéramos a irnos pero a mí el sueño me invadía tanto que terminé cediendo.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora