Manteniendo La Calma

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NARRA CINDY

Llevábamos ya un par de días aquí, todo corría con tranquilidad, por suerte nadie presentaba ansiedad o preocupación alterando a los demás.

Los demás estaban durmiendo, aproveché para leer un poco con tranquilidad. Zarah me había confiado su libro de consejos y aventuras, tenía tanto desde consejos de primeros auxilios y supervivencia hasta cómo pelear y crear algunas armas improvisadas depende los materiales que pudieran conseguirse.

Al leer la imaginaba como alguien que sabe absolutamente todo, que no le importa nada ni mucho menos teme porque pudiera encontrar, como si nada pudiera lastimarla o hacerla dudar, pero había algo que me regresaba a la realidad, a verla como alguien igual a todos los demás.

El libro estaba forrado por piel, con letras doradas decía su nombre y un seguro plateado que protegía el contenido de este, al abrirlo lo primero era una hoja en blanco, pero al pasar a la segunda había tres escritos; uno de Samara, uno de Skeleton y otro de su padre.

Leer el de cada uno de ellos me hacía darme cuenta que ella había aprendido poco a poco, que también tenía problemas, miedos, dificultades y sobre todo, que en algún momento fue pequeña y necesito a los demás al igual que ellos a ella. Además de todo eso venía a mi mente el pensar como había sido la infancia de ellos tres, parecía que eran inseparables, casi como Mindy, Marcus y Cuppa, pero cada uno eligió un camino. Había tanto que quería saber.

Estaba hundida en mis pensamientos y la lectura que no me di cuenta cuando Miki, la chica de orejas y cola, entró a la habitación.

—Pensé que todos dormían, no quería molestar. Dejé más provisiones en la habitación de junto donde guardan todo.

Anunció, asentí con la cabeza.

—¿Cómo está todo por allá?

Pregunté cerrando el libro y abrazándolo contra mi como si algo pudiera quitármelo.

—Pues igual, todos siguen luchando por turnos, algunos salen un poco lastimados pero nada de gravedad, aún así todos estamos empezando a pensar que esa cosa es invencible.

Respondió sentándose en la otra mitad de la cama, de frente a mí.

—Todos están haciendo un excelente trabajo, parece que son muy unidos.

Comentó dándole una mordida a una manzana que no me había dado cuenta que llevaba consigo.

—¿Ellos necesitarán ayuda?

Pregunté mirando a los que dormían, no éramos mucho, ni fuertes, mucho menos sabíamos utilizar armas, pero podríamos intentar luchar.

—No, ellos estarán bien. Quizá sólo necesitan una mejor estrategia, aunque a nadie se le ocurre algo mejor.

Dijo, asentí con la cabeza.

—¿Mi hermana está bien?

Pregunté, Daichi me había contado que había salvado a unos amigos de Marcus de morir aplastados por una de las barreras, pero que había arriesgado su vida.

—Claro, todos están bien. Unos cuantos cansados y otros con algunas heridas pero nada grave.

Dijo dándole otra gran mordida a la manzana. Me costaba creer que siendo casi un lobo comía fruta.

—¿Y Zarah?

Pregunté, ella rió divertida.

—¿En serio preguntas por ella? Es de los más fuertes, todos los líderes de equipo están muy bien, son inteligentes... Incluso ese humano...

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