NARRA STEVENS
Cinthya me llevó hasta la cocina, la seguí hasta una mesa que estaba en un rincón con un montón de cosas extrañas, al lado había un caldero donde una persona muy pequeña podría caber.
Ella llenó el caldero de agua y prendió fuego con leña por debajo de él, luego comenzó a agregar cosas de frascos y cosas raras, sólo supe que eso no era nada comestible.
—Creí que todo iría bien, pero las cosas parecen empeorar.
Dijo, me recargué en la pared mientras la observaba.
—¿Hablas de Cuppa? ¿Cómo vamos a cuidar de un bebé si todos estamos en peligro?
Dije, ella negó con la cabeza sin mirarme, estaba concentrada en su trabajo.
—No, ella estará bien, con ambos todo irá bien. Hablo de algo más.
Dijo, rodé los ojos molesto. No con ella, no era una molestia contra alguien, era que todo lo que estaba pasando parecía ir de mal en peor.
—El problema es que nunca dices las cosas. Quizá si alguien hubiera sabido del estado de Cuppa no la hubiéramos dejado sola.
Me quejé, ella negó con la cabeza.
—Ella no estaba sola, Cooper y Pancho cuidaban de ella. Incluso hicieron un nuevo amigo.
Respondió, bufé molesto.
—Oh, claro, que bien la cuidaron.
Dije con un tono molesto y sarcástico, ella ignoró mi comentario.
—Sólo escucha, no hablamos de Cuppa ni de nadie de aquí, todos ellos están a salvo. Necesito que me acompañes al refugio, lo demás te lo explicaré estando ahí.
Dijo, negué con la cabeza aunque ella no me estuviera mirando.
—No, no iré. No seguiré tus planes raros que no nos han ayudado.
Dije, ni siquiera se molestó.
—Tienes que dejarla ir, ella siempre perteneció a alguien más.
Dijo sonriéndome, como si eso me fuera a animar.
—No sé de qué hablas.
Mentí desviando la mirada, ella sonrió.
—Por supuesto. Vamos, no podemos dejar que empiece a caer el sol.
Dijo tomando unos frascos que había llenado con el contenido del caldero y metiéndolos en las bolsas de su falda. Salió de la cocina, la seguí.
Comenzamos a caminar en dirección hacia el refugio, no entendía, ¿qué iba a buscar ahí? Quizá olvidó algo en su casa.
—Eres un chico de un gran corazón, no olvides eso. Hay momentos que pueden ser muy difíciles y dolorosos, pero jamás debes dejarte controlar por la ira.
Comenzó a hablar mientras caminábamos, ella siempre parecía decir cosas sin sentido.
—¿De qué hablas? Jamás me he dejado controlar por la ira.
Dije, ella asintió sonriendo.
—Lo sé, pero siempre hay una primera vez.
Respondió. Metí las manos en los bolsillos sin saber qué pensar de todo lo que me estaba diciendo, de todo lo que estaba pasando.
—Tienes una misión importante, nos encontraremos con alguien en el refugio, debes llevarlos a la aldea, ponerlos al tanto. Debes cuidar que todo esté bajo control, que todos se comporten.
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Pixeles Sobrevivientes
FanfictionSegunda parte de Sobreviviendo En Un Loco Mundo y Una Vida Pixeleada. Alguien ha despertado al Wither, una bestia feroz y casi indestructible, sólo para cobrar venganza. Los habitantes del refugio han conseguido escapar con vida, algunos están muy h...