Sooka

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SookaNeo

—Sooka, despierta , es hora de desayunar.

Me despertó Ender. No es mi padre, ni mi hermano, ni siquiera somos de la misma familia pero él siempre ha cuidado de mí.

Cuando me quedé solo era muy pequeño, pero aún así recuerdo que él fue el único que siempre estuvo cuidando de mí aún con mi extraña situación.

Mi situación es como si fuera todo lo contrario a los otros endermans, mi cabello es blanco y mis ojos rojos, además las partículas que me rodean también tienen ese color tan llamativo. Al ser diferente y sentir que no encajaba decidí vestir ropas blancas, creí que el rey me diría algo ya que la vestimenta negra y portada de manera elegante es reglamentaria para todos los habitantes del End, pero jamás tuve problemas lo cual fue bueno porque cuando Ender se enteró que había quedado huérfano me hizo mudarme a su casa.

Vivir con los reyes del End era extraño, llevaban un horario para cada actividad, apenas y se hablaban entre ellos, actuaban como si fueran conocidos lejanos. Además de eso el rey rara vez estaba presente y la reina tenía tantas actividades en casa que me daba pena, pero Ender me dijo que estaba prohibido ayudarla.

Ender por otro lado tenía un poco más relajado su día a día, podía salir a “supervisar” a los demás habitantes, podía leer en su habitación o visitar a la familia de su prometida.

Eso es algo que me agobia mucho, apenas nace el nuevo Ender y ya lo están comprometiendo. Su prometida se llama Ericka, es una chica muy amable pero muy tímida, aun así siempre sonríe y parece alegrarse cuando nos ve.

El desayuno transcurrió sin nada relevante, lo normal, todos en silencio sin cruzar ni una mirada. Cuando terminamos el rey se levantó sin decir nada y salió de la casa para cumplir sus tareas, la reina se levantó a poner todo en orden. Ender se levantó y me miró para que lo siguiera, salimos de la casa y comenzamos a caminar, lo seguí en silencio hasta que él habló primero.

—Pronto vas a cumplir años, ¿cierto?

Comenzó serio mirando hacia su padre quien volaba por lo alto, asentí emocionado.

—Sí, en un par de días. Estoy emocionado, por fin podré salir para buscar materiales. Ya quiero conocer cómo es ese otro sitio, me han dicho que hay muchos colores y olores que confunden al principio pero que son tan agradables.

Respondí, tenía muchas ganas de salir y regresar con historias para Ender. Como él es el príncipe, no importa que edad tenga, siempre debe permanecer en el End.

—Sí, pero también hay muchos peligros.

Dijo, asentí con la cabeza.

—Lo sé, pero sabré defenderme. Me has estado enseñando todo para defenderme allá afuera.

Respondí con seguridad, creí que mi comentario lo alegraría, había aprendido mucho de él, pero en cambio suspiró preocupado.

—¿Qué es lo que sucede?

Pregunté entendiendo que algo estaba ocultando.

—Mi padre ha estado hablando conmigo, cree que lo mejor es que no vayas. Además dice que ahora eres como de la familia, y la familia real no hace esas actividades.

Respondió, en seguida sentí como mi emoción se desvanecía.

—¿Qué? Pero sabes que quiero hacerlo. Siempre he soñado con salir, estaré bien, además todos saben que en realidad no somos familia.

Pixeles SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora