Sebastian
- Las palomitas saladas son lo mejor qué hay — le digo a Allie y se pone a rodar los ojos de lo horrible que le resulta la idea.
- Son pochoclos y se hacen dulces. DUL-CES
- ¿Que es esa palabra? ¿De donde salió? ustedes si que son raros en Argentina.
- Y ustedes si que son vanidosos en Colombia.
- Bueno ya, tienes tus 'pochoclos' dulces y yo mis palomitas saladas ¿Feliz?
- Obvio — me da un beso fugaz en la mejilla y sonrío por ese gesto tan repentino.
- ¿Quieres ver una serie o una película?
- Si es serie, que sea La Casa de Papel
- Pues que bien que no vamos a discutir, porque quería comenzar a verla. — hasta en eso somos parecidos. Antes de dar play al capítulo le pregunto - ¿Quieres una manta y una almohada para estar más cómoda en este sillón?
- Una manta por favor y como almohada te quiero a vos.
- Miren que bonita la niña como me usa — y no puedo negar que me encanta la idea de quiera estar encima de mi. Rápidamente busco una manta en mi cuarto y vuelvo a su encuentro. Nos acomodamos en el sillón, Allie se recuesta sobre mi y literalmente me utiliza como almohada y se cubre con la manta que le traje. Doy play al capítulo y entre suaves caricias empezamos a mirarla.
Los mimos de Alexa por mi pecho me desconcentran de lo que ocurre en la televisión. Ya ni siquiera sigo el diálogo de los actores, solo el ritmo de su respiración. Su aliento en mi pecho y mi mano en su espalda que sube y baja con caricias. Su respiración entrecortada y nuestras miradas que se encuentran de a ratos. Se acomoda aún más sobre mi y esto me esta volviendo completamente loco. Levanta su rostro buscando mis ojos pero encuentra mis labios a milímetros de los suyos y ya no fui capaz de resistirme. Atrapo su boca con la mía y su sabor me invita a probar más de ella, mucho más . La beso con desesperación y suavidad a la vez, se deshace en mis brazos y esa es mi señal para llevar el control. Nunca fui tan feliz en mi vida, no quiero interrumpir ni para tomar aliento y seguir besándola pero debo de hacerlo. Cuando nuestros labios se separan, duelen, sentimos la necesidad de continuar.
- Seb... Sebas... — me da golpecitos en el brazo. Me pincha finalmente en la cintura y despierto.
No lo puedo creer, fue un sueño. Solo un estupido sueño. Tan real que ahora me duele, me consumen las ganas de hacerlo realidad.
- Soy el peor compañero de series ¿no? — le pregunto para no despertar sospechas. Ella no tiene la culpa de lo que soñé.
- El peor de todos — se acerca y me besa pero solo en la mejilla — pero sos la mejor almohada.
- Ah ¿si? Ahora me dejarás probarte a ti de almohada
- ¡No! ¡Basta! — grita entre carcajadas y la tiro en el sillón con algunas cosquillas. Su risa es la melodía más dulce que escuché en toda mi vida.
- Basta, no juego más. Tendrías a llamar a Roberto
- Ahora lo lla...—- esperen ¿dijo Roberto? No puede ser, reviso mi teléfono mientras dormía. Lo sabe. Sabe absolutamente todo. Se que mi rostro solo refleja asombro e incertidumbre, estoy en shock.
- Sebas... no me mires así. No toque tu teléfono, jamás te haría algo así. — sus ojos se ponen vidriosos y vuelvo a sentirme un completo imbecil.Alexa
Me angustia mucho que Sebastian piense que soy capaz de violar su privacidad. El tal Roberto no paraba de llamar una y otra y otra vez. Lo único que hice fue correr el teléfono del sillón a la mesa para que no moleste con la vibración. Bueno, también vi el nombre pero nada más que eso. La cara de Sebas reflejaba tanta desconfianza que me sentí muy mal y se me llenaron los ojos de lagrimas.
- Amor, amor, amor — me dice susurrando suavemente mientras pone sus manos en ambos lados de mi rostro — lo siento mucho preciosa, no quise desconfiar de ti. Solo que, no dije a nadie el motivo de mi viaje.
- Está bien, te entiendo. Soy tu secreto. — no se porque hablé un poco enojada.
- ¿Secreto? No, no hables así linda. Nada me hace más feliz que estar contigo. Pero no quiero dar explicaciones al equipo de trabajo, no tengo por qué, ¿si me entiendes?
- Si, entiendo — que tonta, por un momento pensé que no era importante para Sebas como para que le cuente a las personas de su vida de mi, pero era todo lo contrario. Me toma como parte de su vida personal y no quiere hablar de nosotros con su equipo de trabajo.
- Ven — me abraza y deja un beso en mi frente que tiene gusto a poco — voy afuera para hacer esa llamada.
- Esta bien.Los minutos que tardó Sebastian no fueron y no es que me pase haciendo silencio para ver si se escuchaba, bueno, tal vez un poquito.
-Princesa, lo siento. — es lo primero que dice una vez que ingresa al departamento de nuevo.
-No te preocupes. ¿Está todo bien? — suspira.
-Si... es que mañana temprano tengo que regresar a Miami. El trabajo en espera.
- ¿Y cuando volves?
- En dos semanas. ¿Me vas a extrañar?
- Sabes que si, te voy a extrañar mucho — su mirada cambia como si me quisiera decir algo que no logro entender bien que es.
- Allie, en mi próxima visita, tu y yo vamos a tener que hablar y las cosas van a tener que cambiar.
- ¿Por que cuando vuelva, no puede ser ahora? Estoy acá, podemos hablar. ¿Hice algo malo? — la desesperación se empieza a apoderar de mi lentamente.
- Linda, no. No me has hecho nada. Será en mi próxima visita porque ahora quiero pasar tiempo contigo. Ya habrá más tiempo la siguiente vez. ¿Te parece?—
Respondo que si solo para dejarlo más tranquilo. La verdad es que no soporto que me deje con intriga esta dos semanas de que me quiere decir. Voy a intentar que me lo cuente a como dé lugar, aunque si tengo que ser sincera, quizás no quiero saber que tiene para decirme, no vaya a ser cosa que lo pierda. Lo quiero demasiado.
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Mi fin del mundo
FanficVivir en el punto más escondido del planeta nunca fue un problema para mi, amaba estar en la punta del mundo. El problema empezó cuando mi papa decidió abandonarlo. En el medio, apareció él. Mi mundo o quizás mi fin del mundo. Espero me acompañen a...