Capítulo 54

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Alexa

"... Cuenta una leyenda que todos nacemos con un hilo rojo invisible atado a la persona que amaremos por siempre,sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancia, el hilo se podra estirar, contraer o enredarse pero jamas romperse..."
Tengo que reconocer que la introducción que Seb me dedica es perfecta. No tengo palabras para describir lo que me hace sentir escuchar en su voz, como cuenta esa leyenda. Ahora caigo en la cuenta de que nos identifica, que es algo tan milenario y sin embargo, aplica a la perfección en el presente. Sus ojos suplican por una respuesta pero si le respondo ahora tengo que darle un beso que nos haga faltar el aire acá mismo y eso, nos traería muchos problemas.
Mi elección de palabras no fue la mejor "vos y yo después vamos a hablar" eso preocupa a cualquiera, pero no sabia que decir.
Estoy viendo lo que queda del video al lado de mi papá que tiene arremachada una sonrisa de orgullo. Y al frente mío está Chris, que no deja de mirarme con decepción o algo parecido a eso, no puedo interpretarlo del todo bien. La mirada que más llama mi atención es la de Sebastián, que tiene ojitos de preocupación y no es para menos, debe pensar que una vez más estamos mal o lo que sea.
La gente ama la canción y el video, corean el 'Yo por perro me lo busqué...' y los amigos de Seb lo señalan todo el tiempo. La escena final de Chris y el peleando, me lleva a la noche en el boliche. Solo nosotros sabemos que lo paso esa noche no fue una escena de videoclip sino parte de nuestra vida real. A juzgar por cómo presta atención la prensa, tampoco olvidaron ese episodio,no se les escapa ni un detalle, deben estar sacando conclusiones de que lo que se dijo es cierto "todo era parte del videoclip, no hubo ninguna pelea". Maravillosa jugada. Cuando "elijo" a un Sebastián tirado en el suelo por el golpe de Christian, todos aplauden, silban y gritan "beso, beso, beso" y así fue, ya que la escena termina en un beso que recuerdo muy bien y que visto así en pantalla puede enternecer a cualquiera. La canción termina y la voz de Sebastián vuelve a aparecer.
"... Y sin importar el tiempo o a donde nos lleve a vida, el hilo puede que se estire, puede que se enrede, pero nunca se va a romper..."
Nuestro pequeño público estalla en un solo grito seguido de aplausos. Robert hace un ademán para que me acerque a la mini tarima que armaron. Salgo de mi lugar y antes de avanzar mi papá me abraza, limpio una pequeña lágrima que amenaza con salir rodando por mi mejilla.
- Te felicito hija. Y ya deja de lado el rencor ustedes dos se aman.
No le respondo, porque en mi cabeza ya tengo una vocecita que no para de decir: ¿Se puede saber que hacemos que no perdonamos a esta hombre?. Y la verdad es que no tengo idea de que estoy haciendo, solo sé que amo a Sebastián y que es tiempo de dejar el pasado atrás.
Por fin llego hasta donde está el amor de mi vida, me tiende su mano otra vez para ayudarme a subir y agarra el micrófono.
- Amigos, esperamos que les haya gustado. Gracias por estar aquí esta noche. Un placer compartir con ustedes el estreno de 'Por perro'. No dejen de escucharla, de bailarla y cantarla con amigos. Agradecemos también a la prensa, a nuestras familias, a Dios por sobre todas cosas y de mi parte, a esta hermosa mujer que tengo a mi lado. Nos vemos la próxima.
Esta vez soy yo la que le tiende la mano a Sebastián y el no duda en agarrarla. Lo llevo detrás de unas columnas gigantes qué hay en uno de los costados de este salón de eventos, donde quedamos los dos perfectamente ocultos. El es quien comienza a hablar.
- Amor, si es algo malo lo que me quieres decir, por favor, no quiero discutir ahora, sea lo que sea que hice, discúlpame, no fue mi intenc... — choco mis labio contra los suyos interrumpiéndolo porque no se va a callar. Rodeo su cuello con mis brazos. Soy mucho más baja que el, a pesar de mis zapatos con taco pero se inclina a mi y me sostengo de su nuca. Nos separamos por falta de aire y nuevamente es el, quien comienza a hablar — ¿Y eso que fue?
- Eso fue la manera más fácil que encontré de decirte que te amo, que no me importa lo que pasó. Que me duele más estar lejos de vos que todo lo que pueda llegar a pasar. Necesito que no me mientas nunca más, pero más que nada necesito que dejemos todos los rencores de lado y sigamos juntos porque no aguanto más estar así. Sé que sos el hombre que conozco, conozco tu corazón y encima te estás esforzando. Si todo esto que haces no es una demostración de amor, soy una necia, una ciega que no quiere ver todo lo que estás haciendo por mi, por nosotros — me abraza con fuerza contra su pecho, en silencio. Deja un beso en mi frente y apoya su mentón por encima de mi cabeza.
Lo aparto para que sus ojos se encuentren con los míos, necesito que diga algo y no que haga este silencio que me está matando. Cuando logro ver su cara, me quedo más que sorprendida ¿esta llorando?. Mis manos pasean por sus mejillas y en efecto si, están empapadas de lágrimas. Mi hombre sensible, mi bebé precioso. ¿Como puede existir una persona así y elegirme a mi para compartir sus días? Soy una afortunada.
- Lo siento amor, no quise ponerme asi— se excusa de repente.
- No me tenes que decir nada.
- Me haces muy feliz, te prometo que vamos a construir la mejor historia, mi vida es contigo.
- No me prometas nada, vivamos el momento pero que sea juntos. — sus manos me sostienen por ambos lados de mi cara y me atrae suavemente a él, a sus labios. Nos perdemos en el beso más tierno que nos dimos hasta el día de hoy, pero que una vez más, es interrumpido por un grito que nos obliga a alejarnos: ¡Alexa! — ¿quien es? Me da miedo que la prensa nos haya descubierto y creo que eso, es exactamente lo que acaba de pasar.

Mi fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora