Capítulo 78

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Sebastián

Es horrible lo que estoy pensando, pero no soy yo cuando me pongo celoso. La velada terminó fatal. Que más, si lo único que hice fue desconfiar de Allie con mi actitud. Se sintió sumamente ofendida, se despidió de todos y se fue afuera de la casa, esperando en el carro. Si el chofer no arranco es sencillamente porque espera por mi y si Alex no tomó un taxi o algún otro transporte es porque no tiene idea de donde estamos. Me monto en la camioneta sin saber bien que decir, pero sabiendo por demás que algo de mi boca tiene que salir.
- Amor yo... — Alexa levanta su mano en plan de que no diga una sola palabra, no me quiere escuchar. Creo que como siempre, la herí sin ninguno motivo.
El camino de vuelta al hotel fue en un silencio tan inmenso que aturdía. Nos bajamos rápidamente y fuimos al ascensor, acompañe a Alexa a la habitación )my me cerró la puerta en la cara sin voltear a verme siquiera. Cuando quiero arreglar las cosas ella no me da la chance ¡me va a volver loco!. Me quedo en la habitación de junto y cierro con un sonoro portazo, pues estoy mamado de toda esta vaina. Quiero de una vez disfrutar mi relación pero siempre algo se aparece y lo jode todo. Mi teléfono suena y corro esperanzado de que sea Allie, pero no, es Martina.
- Alo linda
- Hola Tian, perdon ¿interrumpo? — doy un largo suspiro.
- No, para nada, estoy solo.
- Sebas siento mucho todo lo que pasó. Yo no se porque Pepe se comporta de esa manera. Últimamente esta muy celoso, no para de echarme la culpa a mi de lo mal que está nuestra relación, pero el no es así. De verdad que me angustia mucho porque ya no se de quien me enamore — escucho que se le quiebra la voz y me parte el corazón. Las penas de amor son un asco.
- Linda lo sé. Te entiendo y también entiendo a Pepe, lo de ustedes es difícil, pero mi madre me enseñó que las contradicciones del amor se resuelven dejando todo en manos de Dios, si ustedes están destinados a estar juntos, así será y si no es de Dios toca entenderlo, aunque duela.
- Gracias por tu hermoso consejo Sebis, sos un gran amigo. Fran te manda unas disculpas si mal interpretaste su amabilidad para con Allie, el solo quiso ser gentil. — me avergüenzo por el simple hecho de que mencione la situación.
- No hay nada que disculpar Tini, dile a Fran que el apenado soy yo por solo pensar mal de él siquiera. Esto me va a costar un buen con Alexa.
- ¿Se enojo mucho?
- Pues, si que me trone la puerta de la habitación en la cara es estar enoja, si lo está y mucho — se pone reír y no la culpo, es bastante chistoso.
- Perdon, no me quise reír, pero te imaginé con la nariz aplastada por la puerta. Nuestras historias de amor están resultando algo difíciles ¿no te parece? — suspiro y me tomo mi tiempo para responder, camino hasta la habitación y me tiro en la cama...
- Si que lo son, pero el amor tiene que ser más fuerte.
- Y lo que no te mata, te fortalece o algo así dicen ¿no?
- Asi es, asi dicen. Espero que tengan razón.
- Nos vemos en dos semanas. Vamos a grabar en Santa Marta y también a ponernos al día. Quiero creer que para ese entonces, nuestras penas de amor ya van a estar solucionadas.
- Dios te escuche princesa. Que descanses y gracias por llamar.
- Gracias a vos por escucharme, que descanses.

La charla con Martina me sirvió mucho. Una de las grandes verdades que dijo es que "lo que no te mata te hace más fuerte" creo que llego el momento de aprender de todos mis errores con Allie. No puede ser que siempre lo arruino todo. Ahora deberíamos estar riendo, acostados uno al lado del otro. Planificando nuestras próximas aventuras y sin embargo, estoy solo, con un humor de perros, arrepentido como un loco y con ganas de solucionarlo todo pero a su vez entiendo que no me quiera ni ver. La soledad no ayuda mucho a las penas, por el contrario, las incrementa para mal. Como para sumar más cosas a esta noche horrible, el cielo se puso de un oscuro horrendo y comenzó a llover, con rayos incluidos. Nada podría ser peor, tormenta afuera y tormenta en mi vida, haciendo juego.
El sonido de una notificación se anuncia en mi celular, pero no tengo ganas de hablar con nadie, un minutos después suena otra mas y otra. Lo reviso, pues tanta insistencia me da curiosidad.

Estoy enojada y lo sabes pero la tormenta me da mucho miedo

¿Estas?

Seguro te dormiste

Mi pequeña, le teme mucho a las tormentas. Los dos sabemos que soy un huevon que hace todo mal, pero también soy el único capaz de abrazarla toda la noche y hacer que se relaje en una noche así.

Estoy despierto, siento mucho todo lo que pasó. ¿Quieres que te acompañe?

Si me prometes que no vamos a hablar de lo que pasó esta noche, podes venir.

Lo que tu quieras linda

Veni, está abierto. Cerra cuando entres.

No lo pienso si quiera un segundo más. Cambio rápidamente mi ropa por algo más cómodo y salgo hasta su puerta que está pegada a la mía. Abro lentamente, la habitación está en total oscuridad y de vez en cuando se ilumina por los rayos y relámpagos que se abren paso con su luz a través de las cortinas que cubren las ventanas.
Me quedo de pie junto a la cama, de espaldas a ella, Allie se da la vuelta y descubre las frazadas de su lado izquierdo para que me acueste con ella.
- Mi amor yo...
- Quedamos en que no íbamos a hablar — su tono de voz es mordaz y autoritario.
- Ya lo sé linda, solo que quería decir que yo quiero abrazarte ¿puedo?
- Es que te llame para eso, necesito que me abraces. — Se refugia en mi pecho y apoyo mi mentón en lo alto de su cabeza.
Si esto es lo que necesita, esto es lo que tendrá. Mi abrazo protector y mi silencio, pero en cuanto llegue la mañana vamos a solucionar las cosas a como de lugar, porque no soporto estar así de distantes. La amo más que a nada y la necesito. Agradezco en silencio a Dios por esta tormenta ya que es el motivo por el cual ahora la tengo en mis brazos.

Mi fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora