Capítulo 72

295 24 2
                                    

Alexa

Que Christian irrumpa de esa forma en el camarín de Sebastián, es demasiado. Igual tengo un poco de culpa, por no avisarle cuanto iba a tardar y lo cierto es que yo le pedí que me traiga pero también que me lleve de nuevo a Bogota.
La expresión de enojo de Seb me desconcierta, es como si estuviese pensando lo peor de mi y no lo soporto. Nunca le di motivos para que tome ahora esta postura, esta desconfiando de mi, me lo dice con su mirada acusadora.
- Chris ¿nos podes dejar solos por favor? — me remuevo inquieta en sillón porque hace rato que Sebastián se puso de pie y está clavado en el piso cambiando la mirada de Christian hacia mi y viceversa.
- ¡Nada de por favor! Te vas porque te vas. Estoy hablando con mi novia y tu no tienes nada que hacer aquí, abrite huevon. — Seb está como loco.
- Amor, calmate. — me levanto y lo alcanzo en un solo paso. Me pongo frente a él y lo abrazo, es por instinto no quiero que se le tire encima.
- Sorry Al, el capitan nos espera de regreso. Te espero en el estacionamiento. — no le respondo solo asiento con mi mirada, se que está entendiendo la situación y espero que a la vez sepa comprender la exaltación de Sebastián.
Christian sale y cierra la puerta. Mi mirada se centra de nuevo en este hombre con mal carácter que tengo frente a mi pero cuando quiero acercarme más a él, me agarra de ambas manos y las saca de alrededor de su cuello.
- Alex necesito que me expliques que hace Christian acá — me duele su rechazo. Seb nunca me negó un abrazo ni un beso.
- Me duele tu rechazo — miro hacia el suelo, me da vergüenza admitir que me siento rechazada por mi novio. Vuelvo al sillón en el que estuvimos juntos minutos atrás. Parece que pasaron horas. El también, viene al lado mío. Se tira del pelo, es un gesto de frustración, está haciendo hasta lo imposible por no descontrolarse, lo conozco demasiado.
- No te rechazo — dice después de un silencio que me dejó aturdida —- es que me enferma ese man aquí, no entiendo a qué viene todo esto y quiero entender.
- Yo le pedí que me traiga. Lo llame y me fue a buscar a Bogota, con su avión privado y todo su equipo. Lo hice porque te quería ver. Después de la canción, necesitaba teletransportarme acá con vos, pero era imposible. Hasta que la idea de pedirle ayuda a Christian se me cruzo por la cabeza y lo hice.
- Yo también tengo un avión privado que puede buscarte, no tienes necesidad de deberle favores a ese imbecil. Amor, yo iría al infierno por ti si es necesario.
- Esto no es una guerra de egos. ¿Por que te molesta tanto? No me gusta que dudes de mi. Que llame a Christian, que hable o le pida algo no tiene ningún trasfondo raro. Somos amigos, compañeros de trabajo. Nada más — sentencio bastante agotada de esta conversación. Siempre es lo mismo cuando se trata de Chris Garret.
- Ven aquí — abre los brazos y lo miro, nos estudiamos. De mi próximo movimiento depende la estabilidad de nuestra despedida. O me despido enojada o me despido bien. Y la realidad es que las peleas me tienen por demás cansada. Voy hasta el y me dejo envolver en sus brazos que me esperan pacientemente.
- Sos un celoso — digo con una sonrisa pegada a su pecho.
- En realidad no lo soy. Voy a confesarte algo — levanto la vista hasta el.
- Tu, eres demasiado buena para mi. Siempre tengo el miedo de que encuentres a alguien más especial. Que te haga sentir más cosas que yo, que pueda ofrecerte una relación más normal, que no viaje tanto, que esté para ti. Alguien que fortalezca las debilidades que yo tengo. Alguien a quien logres amar más. — mi vida... nunca me había imaginado a Sebastián como una persona insegura o con momentos de inseguridad. Todos tenemos un poco de eso, por supuesto, pero pensé que fui muy clara con mis sentimientos. No importa cuantas veces necesite que le repite que mi decisión está tomada. Que lo amo a él y solo a él.
- Mi amor, nunca lo pensé así, siempre fui honesta con vos y esta no va a ser la excepción. Te repetí mil veces que nada ni nadie puede cambiar lo que siento por vos. Eso es imposible. No importa cuantas veces lo tenga que decir para que te lo creas, pero lo voy a hacer. Yo ya te elegí y esa, fue la mejor decisión de mi vida.
- Te amo más que a nada — y por fin tenemos nuestro beso sin interrupciones. Bueno, en realidad cinco minutos después llego Robert pero esta vez no abrió la puerta de repente. Era hora de la entrevista.

Sebastián y Gianluca terminaron con su tarde de notas. Espere a que hiciera la última porque la única forma de despedirnos bien era permitirle que me lleve a la pista de avión privada el mismo.
Me tocó mandarle un mensaje a Christian quien como siempre tan gentil, no tuvo problema en seguir esperándome.
El trayecto desde el estudio de televisión no es tanto. Una vez que llegamos di mis datos y me indicaron el sector en el que Chris estaba. Lo primero que observa es mi mano entrelazada con la de Sebastián y su gesto cambia un poco.
- Bienvenidos. Sebastián ¿nos acompañas de regreso a Colombia? — le tiende la mano con intención de saludarlo. Pero por supuesto que mi novio el celoso y mal educado no la agarro.
- Garret... tengo compromisos así que por esta vez, no puedo acompañarlos. Quizás la próxima. — el intercambio de miradas y la cantidad de testosterona que flota en el aire me descompone.
- Es una pena, quizás la próxima puedas acompañarnos, salúdame a Robert, me cae muy bien tu manager. — Christian se esta pasando un poco y juega con la paciencia de Sebastián, eso no está nada bien — Al, te espero abordo preciosa.
- Garret — Sebastian lo detiene — espera un minuto. Quiero hablar contigo — esto si que no me lo esperaba. Seb se acerca a mi para que solo yo pueda oírlo — Amor gracias por esta hermosa sorpresa, en unos días voy a estar en Bogotá contigo. Ya luego nos queda viajar a Chile y a Argentina juntos. Sigue en pie eso ¿verdad? — asiento con la cabeza y le regalo una sonrisa — que bueno amor. Ahora voy a hablar con Christian y antes que me digas nada, seré amable. — no me queda otra opción que confiar en el.
- Sebis por favor, no quiero más peleas entre ustedes. — mi tono es de súplica.
- No lo habrá, lo prometo. — me besa suavemente.
- Te amo y me alegro que te haya gustado mi sorpresa, nos vemos en unos días — doy la media vuelta y ya no me giro, si vuelvo a mirar a Sebastián no me voy más. Paso por al lado de Chris y espero poder pedirle solo con mi mirada que no provoque los celos de mi novio. Me alejo lo más que puedo y tampoco giro para ver si se están matando mucho. Ralentizo el paso por las dudas, pero no tengo de que preocuparme, unos minutos después escucho a Christian detrás de mi, es buena señal. Sebastián no lo mato.

Mi fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora