Capítulo 22

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Sebastian

Me toca llamar a Robert y se que debe estar furioso porque no le cogi ni una sola llamada por estar todo el día con Alexa.
- Alo parce, dime ¿qué pasó?
- ¿qué pasó parce? ¿Es todo lo que tienes para decir Sebastián? Pues no, nada solo que en dos semanas es el estreno mundial de la canción más importante de tu carrera. Digo, por si te estabas olvidando, que aquí uno te hace de agenda.
- Tranquilo hombre que no me olvide, solo estoy con algunos asuntos aqui en Bogota.
- Sebas, Sebas tu asunto debe tener nombre de súper modelo, piernas de súper modelo y cuerpazo de súper modelo. Puede esperar. Te necesito aquí, ya mismo.
- No es lo que estás pensando. Confía en mi. Mañana estaré en Miami ¿me enviaste todo?
- Si, ya tienes todo para tu vuelo. Ni un día más Sebas. Enfócate por favor.
- Ya ya, mañana estaré ahí. Adiós.
Corto la comunicación y vuelvo con Allie, se que algo no está bien. Me comporté como un patan desconfiando de ella.
La abrazo le pido disculpas y le aseguro que cuando regrese, ella y yo vamos a hablar, las cosas tienen que cambiar. Estoy decidido a decirle la verdad de lo que siento.
La insistencia de Alex para que se lo cuente ahora de nada sirve, no tengo tiempo para tener esta charla hoy si mañana debo irme a Miami.
Allie desiste de insistirme y el ambiente ya se tensó entre nosotros. No logro comprender bien cómo es que llegamos a esta situación pero como tampoco se como salir de ella, digo lo primero que me sé me ocurre al verla tan sumida en sus pensamientos:
- ¿Quieres que te lleve a casa? — le pregunto porque no la noto cómoda conmigo.
- Si, estaba justo por pedirte que me lleves.
Busco las llaves mientras veo a Allie recoger su bolso y su chaqueta un tanto molesta.
En el carro, durante el camino a su casa no hablamos de absolutamente nada, reinó el silencio entre nosotros dos. Al llegar, me dio un beso en la mejilla diciendo - Gracias por traerme,después te escribo — y se bajo sin mirar atrás. Me quede mudo, no la pude detener.

Allie yo mañana me regreso a Miami linda, quiero que nos veamos antes de mi vuelo.

Sebas no me hacen bien las despedidas. Aunque sé que vas a venir pronto, no quiero despedirte, me hace mal. No lo soporto.

Esta bien amor, lo entiendo. Solo no quiero estar así contigo, no me saludaste al bajar del carro. No estés brava, necesito que estemos bien.

Estoy bien, estamos bien. Igual vamos a hablar, aunque no estes.

Claro que si. Descansa linda. Te quiero mucho.

Yo también a vos. Descansa.

Eso fue todo. No nos escribimos más y a pesar de que me dijo que estamos bien, estoy convencido de que no es así. Quizás estoy exagerando y es verdad que le da nostalgia nuestra despedida otra vez. Pero será más corta que la anterior. Aunque si debo reconocer lo mucho que le cuesta despedirse, lo sufre bastante por lo que me toca entenderla.
Al regresar al apartamento me pongo a escribir. Antes del lanzamiento mundial de mi nueva canción quiero publicar un mensaje. Creo que esta nueva música ahora me encuentra desde otro lugar. Al escribirla pensé en ese amor único que se tiene por la familia, los amigos, por esos afectos irreemplazables. Hoy, conociendo a Allie esas mismas palabras que escribí para convertirlas en canción, toman otro sentido para mi. Desde que ella está en mi vida no hay nadie más. Nunca tuve tantas ganas de querer a alguien incondicionalmente como me pasa con ella, de cuidarla, de extrañarla. Y cuando estamos juntos la tierra se paraliza.
Se desata un batalla en mi interior de las ganas que tengo de volver a escribirle o llamarla para saber cómo está, que piensa, si esta enojada o no. Pero no puedo ser esa clase de hombre que no da su espacio. Ella me demostró que necesitaba estar sola y yo la voy a respetar aunque deba pegarme en las manos para no marcar su número.
Mi teléfono celular empieza a sonar y revive en mi la esperanza de que sea Alexa quien me esté llamando, por supuesto que no es ella. Mi mamá es quien está llamando.
- Hola mamá ¿como has estado?
- Hola mi niño, por aquí muy bien ¿qué hay de ti? Robert dijo que mañana regresarás aquí a Miami.
- Si mami, así es. Mañana pasado el mediodía estaré saliendo de Bogota de regreso a Miami.
- Bien hijo, te espera todo tu equipo para planificar el lanzamiento de tu nueva canción ¿estás emocionado?
- Claro que si. Me hace mucho ilusión que todo el mundo la escuche. Ojalá y se haga realidad.
- Entrégaselo a Dios Sebitas, el sabrá que hacer. Estoy segura que tiene grandes planes para ti mi amor.
- Asi será mami.
- ¿Tu estás bien bien? — si que las madres se dan cuenta de todo, hasta por teléfono. No podré engañarla jamás, bajo ningún punto de vista. De todos modos necesito contarle lo que ocurrió con Alex.
- Si... es solo que las cosas no terminaron bien hoy con Alexa.
- Estaba esperando que me cuentes, no quería preguntar e incomodarte. ¿Está muy enojada contigo?
- Ella dice que no lo está, pero se bajo de carro sin saludar. Le mandé mensajes para despedirnos mañana antes de ir al aeropuerto y no me paro bolas. Disque le duele despedirse, pero ya no se que pensar.
- Hijito, tienes que ser paciente. Debe ser difícil para ella procesar la información que le has dado. Viajaste para revelar quien verdaderamente eres, no es algo fácil de confesar de igual manera que no es tan simple de comprender. Son las consecuencias de la mentira — no puede ser, mi madre cree que le dije la verdad a Allie, no puedo fingir con ella, tengo que ser honesto y contarle que no pude decirle la verdad.
- Mamá es que yo...
- Sebastian no me digas — se dio cuenta también de esto.
- Lo siento, es que no pude. No puedo. No quiero herirla.
- ¿No le dijiste?
- No mamá, Alexa aún no sabe quién soy.
- Nada bueno pueden traer las mentiras. — medito y reflexionó en silencio porque se que tiene razón. De esta mentira no podrá salir nada bueno pero es un riesgo que aun me dispongo a seguir corriendo.

Mi fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora