Dame alas para volar

3

25/08/18.

11:00 A. M

     A las siete de la mañana me desperté con nauseas, dormí muy mal. Si el tema de Javier ya no me era mucho problema para dormir se añadió la incomodidad de no tener electricidad en casa, por lo que el calor consumió mi habitación conmigo dentro.

     No quería seguir durmiendo, pero tampoco jugar vídeojuegos, no sabia qué quería en realidad. Estaba en un raro estado de desorientación. Ahí se me vino algo a la mente: "visitar a Javier". Sí; estoy loco, ya sé que había dicho que no regresaría, pero así soy: indeciso.
     Tras hacer el desayuno y levantar a mis padres, los convencí de que me llevaran de nuevo al hospital. "¿No dijiste que tenias ya suficiente información para tu informe?" dijo mi mamá, Con su ya acostumbrado levantamiento de ceja. Después de justificar mis incoherencias, mi papá me llevo en su auto. Se quedo en la sala de espera —muy de mala gana debo añadir— mientras la enfermera me llevaba de nuevo al cuarto de Javier.
     Lleve el álbum de fotos de mi abuela. Antes de ella fallecer había viajado mucho. Supuse que como Javier soñaba con viajar le gustaría ver las fotos.

     "Pensé que no regresarías". Esas palabras me revolvieron el estomago, pero su candida sonrisa me hizo sentir muy satisfecho de haber decidido visitarlo. "Mejor tarde que nunca" le contesté. Me senté en la silla a la izquierda de su camilla. Se veía mas cansado, parecía como si hubiera llorado toda la noche. Sus ojos lo delataban, pero su sonrisa decía todo lo contrario, parecía eufórica y llena de vida.

     Proseguí con darle el álbum, tras contarle a quien le pertenecía. Quedamos en un completo silencio mientras miraba las fotos. Juraría haber sentido el entusiasmo que él emitía.

     '¿Estará triste por miedo a la muerte?'

     ¿Por qué la gente buena sufre más?

     '¿Cuento tiempo vivirá?'

     Con un leve tartamudeo saqué por fin las palabras de mi boca; "¿por qué Dios te hizo esto?". Sí, soné algo crudo de nuevo, y su mirada pareció confirmarlo.

     No sabría definir su expresión; ¿Triste, decepcionado, atónito?

     Vaciló unos momentos antes de responderme con otra pregunta; "¿por cosas como esta dejarias de amarlo?". Quedé pensativo. Su expresión neutra mostraba claramente que esperaba mi respuesta. Nunca había dudado tanto y tan poco de mi amor por ese ser invisible.

     "Si el tiene el poder de todo, ¿por qué no te cura?, ¿por qué te hace esto? No lo mereces". Continúe sin contestarle, haciendo mas interrogante que probablemente no sabría contestar.

     Abrió la boca un poco para decir algo, pero sus ojos se humedecieron velozmente impidiéndolo. "No, no, no" Murmuré. Me siento una asquerosa persona por hacerlo llorar. "Lo siento". Jadeaba con su mano limpiando sus lágrimas.

     '¿Por qué los seres humanos nos aferramos de algo que no vemos?', ¿por qué dependemos de una idolatría?'

     Con él, solamente lograba confundirme y confurdirlo.

     Los chicos de mi colegio estaban equivocados; Javier no debe morir, el mundo necesita gente como él. Yo si debería dejar de existir, sólo hiero inconscientemente.

     Al escucharlo decir mi nombre al ya calmarse sentí un inexplicable miedo, temía que lo siguiente que diría seria que me largara... Pero no fue así.

     "Somos seres muy tontos como para entender los planes de Dios. Nunca pensaremos como él. Pero te puedo asegurar que si Dios me puso en esta posición fue para salvarme de algo mucho peor. Quizás con esta enfermedad cumpla con un propósito especial acá en la tierra. No todos tenemos el mismo destino."

     'No todos tenemos en mismo destino... ¿Cual será el mio?"

     Me disculpe de nuevo cabizbajo por mi ignorancia, por lo que una contagiosa sonrisa acompaño sus palabras; "no te culpes por ser curioso. Dudar esta bien, es normal"

     'Pero hiero al dudar"

     'Javier, ¿qué te da tanta seguridad en ese Dios que te hace llorar?, ¿qué sostiene ese sonrisa tan brillante en ti, qué?'

     Quiere respuestas... Pero en la vida solo los valientes las tienen. ¿Seré yo valiente?