Javier.
"No eres un mounstruo. Sufriras si sigues considerandote así".
Mi celular llevaba mucho tiempo sim funcionar correctamente, pero por fin habia sido reparado, cosa la cual me entusiasmo bastante.
Sentado en la silla de ruedas, chateaba con mi tia mientras el celular cargaba conectado a la pared derecha a la camilla.
—Tiene una visita —Dijo la apacible voz de la enfermera. Creí que se trataba de Víctor—. Es un chico rubio.
¿Chico rubio? Ahora creia que el que llegó fue uno de mis antiguos amigos, cosa que no me entusiasmaba mucho.
—Duede pasa —En serio que hablar se habia vuelto algo fastidioso.
La puerta se abrió de inmediato.
Entró con una actitud de ave a jaula. Con sus manos en la sudadera, giraba su mirada por todo el cuarto, hasta por fin verme de un respingo.
Definitivamente no tenía idea de quién era ese chico.
—Ah, hola —Su neutralidad me daba aun mas curiosidad de quién se trataba.
Sonreí con amabilidad. Quizas no era muy expresivo, quizas era timido.
—Hola, ¿cómo te llamas? —Mi comentario, como ahora era lo normal, sonó como un balbuceo.
Hizo un pequeño mohin.
—¿No deberias estar ahí? —Señaló la camilla, ignorando mi pregunta, aún neutramente.
Le mostré el celular. "Está cargando", comenté.
Ojeó de nuevo el cuarto. Me empezaba a asustar un poco. ¿Quién eres?
—¿Cómo te bajaste de la camilla? ¿Tus pierdas no que se estropearon?
Sus palabras me tomaron desprevenido. De cierta manera me sentí ¿atacado? Su actitud era muy tosca, indecifrable en el momento.
—Me ayudaron a sentar —Resumí en contestar, tomando ahora una expresión mas neutra.
—¿Cuando cagas tambien? O sea, ¿usas pañal o algo así? —¿Qué quería este chico?
No contesté eso. Torcí un poco el labio sin saber cómo cambiar en tema.
—¿Te conozco? —Volví a interrogar, ahora mas directo.
Soltó una pequeña risa entre dientes. Su sonrisa al instante pude reconocerla como "maliciosa".
—¿No te gusta contestar preguntas? —Dijo, aun sonriente, en un tono desafiante.
—Tú no has respondido la mía —Sentí como su presencia volvía el ambiente pesado.
Se labio el labio inferior, aún mirandome jocoso. Algo en mí le causaba gracia, ¿pero qué?
—¿Te clasificas como invalido o enfermo? —Fruncí el ceño al instante. Ese muchacho me estaba molestando—. O... ¿eres un enfermo invalido? —Soltó de nuevo esa misma risa burlona entre dientes.
Ese chico en serio tenía algo en contra de mí, o tambien en contra de él mismo, que expresaba burlandose de otros.
—Por tu voz pareces retrasado —Musitó, voltandose para ahora mirar el estante.
Eso último me dolió más que lo anterios, puesto que no existe nada mas hiriente que la verdad.
Quería ordenarle que se fuera, que me dejara en paz, pero debía averiguar quién era, y por qué se paseaba por el cuarto con tantan confianza y seguridad.
No dije nada, solo esperé a que dijese algo más, arriesgandome a oir otra frase hiriente.
Permanecimos un tiempo en silencio. Aún no volteaba a verme.
—Charly —Dijo por fin.
"Charly", ahora ya tenía claro quien era: el antiguo mejor amiho de Víctor.
No dije nada hasta que volteó.
—¿Qué haces acá?
Ante mi pregunta se cruzó de brazos, arrecostansose a la pared junto al estante.
Soltó de nuevo esa risa superficial, picara.
—¿Ya sabes quién soy? Supongo Víctor te ha hablado de mí.
Amenazante, definitivamente ese chico no buscaba amistad.
—Sí. Gracias por la donación al hospital.
Hizo una mueca de asco, cosa la cual me sorpendio. ¿Qué cosa de mí despertaba tanta rivalidad en él?
—No seas tan amable. Es ridículo.
Su actitud me señalaba una personalidad completamente distinta a la que Víctor me habia dicho que tenía, lo que me extrañó bastante.
¿Charly por qué era así?
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Dame alas para volar
Teen FictionPor una tarea de instituto Víctor se ve arrastrado a "ayudar a otros". Parece una misión estúpida ante sus ojos, hasta que conoce a Javier Lindgren en el hospital, un extraño joven con una visión del mundo muy contraria a la suya. Comienza así un ca...