Víctor
Fue extraño, pero no en el sentido negativo, sino, quizas fuera de lo común. Mi anterior profesora Marta, la cual me habia entregado la misión de "ayudar" en un principio para pasar la materia, me escribió por privado en una de mis redes sociales.
Nunca he sido de escribirme con maestros, nunca los he considerado "amigos" por lo que en un principio me incomodo la conversación.Pero terminó siendo mas agradable de lo que esperaba.
"¿Qué ha pasado desde que conociste a Javier?", me preguntó. Claramente recordaba el simplón ensayo que le entregue.
"Somos mejores amigos...", responder eso me dio cierto escalofrío, mas no entendí del todo por qué. Tal vez, por la ironía que contenían esas tres palabras, puesto que, en un inicio, eso era lo que mas temía; encariñarme con él.
"Me alegra mucho", dijo.
A pesar de haber mencionado varias cosas, y sentir su calidez a travez de los mensajes de texto, la conversación fue muy superficial y falta de varios detalles, como lo sucedido com Charly. Ella conocía la relación que los dos solíamos tener, por lo que no se guardó las dudas sobre nosotros. Pero no le conté muy a fondo, si es que me doy a entender.
Charly y yo nos solemos topar casualmente, principalmente después de clases. Ambos cursamos el último año de secundaria en colegios distintos, separados. Es gracioso es hsber creído que nos graduariamos juntos. Uniforme de chaleco negro y pantalones de cuadros; no me agradaba del todo su uniforme de "ricos". Me gusta mas lo simple.
A pesar de nuestros constantes ojeos, y penosas sonrisas, no hemos entablado conversación. Quizás porque no es necesario, ¿de qué hablaríamos? Ya toso ha acabado.
Rodeado de amigos, siempre con un aura de chico popular, ese seguía siendo Charly, no parecía haber cambiado. Y me alegra, porque aún es él mismo, sin importar cuantas cosas de él mismo descubra.
Mientras tanto yo, solo he hecho un amigo, con el cual regreso a casa ocasionalmente. No le contado acerca de Javier, ni de mis sueños y frustraciones, por eso todavía no le tengo demasiada confianza o cariño. Tal vez porque temo que las palabras de mi antiguo grupo de amigos fueran ciertas, aquellas que declararán que soy raro, y por ello espanto a posibles amigos.
No lo sé, simplemente no lo sé. No me conozco del todo. Y está perfectamente bien. Ya he pasado por mucho como para seguir atandome a la erronea disciplina de controlar quien soy, porque me estoy conociendo aún.
Y está bien.
Porque yo le entregue todo de mi a alguien, no forma en la otra persona una obligación de devolver lo mismo.
Y está bien.
Todo esta jodidamente bien, y me encargaré de hacérmelo entender, aunque sea difícil.
Curioso. Irónico, curioso y muy extraño.
"¿Has seguido visitandolo?", preguntó. A lo cual le explique que se cambiaría de hospital, y de esa forma, tendría mayores probabilidades de mejorar, y por ello no lo podria visitar.
Pareció muy entusiasmada, pero algo escéptica.
Detrás del dibujo unos números, los cuales anoté, y de una cosa me percaté, es que su numero telefónico al fin pude poseer.
Sin embargo, el hecho de que se cambiara de hospital no rompía nuestro contacto del todo. Puesto que detrás del dibujo que me regaló en mi cumpleaños, estaba su número de cel, y gracias a este, podemos escribirnos un par de veces a la semana.
"No entiendo tu legra :/", me escribió Javier cuando le mandé fotografía de mis escritos: "pensamientos insufribles". Por lo que, me veo en la obligación de reescribir todo a celular.
Me tomará un tiempo escribirle todo, pero he aprendido algo:
Por algunas personas, vale la pena todo el tiempo.
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Dame alas para volar
أدب المراهقينPor una tarea de instituto Víctor se ve arrastrado a "ayudar a otros". Parece una misión estúpida ante sus ojos, hasta que conoce a Javier Lindgren en el hospital, un extraño joven con una visión del mundo muy contraria a la suya. Comienza así un ca...