Parte 1 de "pensamientos insufribles".
Me recomendaste en algún momento escribir, diciendo que es una buena forma de desahogarse, y que yo lo haría muy bien.
La verdad no tengo ahora con quién hablar. No puedo ir al hospital puesto a que me castigaron. No puedes leer esto, o al menos no todavía. Espero darte esta serie de escritos al terminar; quizás te pueda gustar.
Pronto es navidad, y estoy seguro que será fatal.
Lo que se supone es una fecha especial, ahora dudo mucho que la pueda disfrutar. Mis padres seguro ya han difundido al resto de familiares lo que sucedió con Charly, por lo que no me sorprendería que me vieran extraño en todo momento.
Todavía no te invito a pasar las festividades acá. Espero aceptes... Y si no, pues ok, puedes estar con tu madre, pero en serio necesito tu compañía ahora.
Me siento sólo.
Nadie me ha preparado para estos estúpidos problemas de la adolescencia; aunque dudo que "un ex-amigo me besó y ahora me critican" sea un problema común en la adolescencia.
No me estoy desahogando en lo absoluto. ¿Qué parte de escribir te relaja?, ¿cuándo sé que me estoy calmando?
Lo siento, pero esto es estúpido, en serio ridículo. O quizás escribir no exactamente, sino yo que soy incapaz de "disfrutar" de la escritura.
Solo quiero arrancar todas las hojas de esta libreta y arrojarlas al fuego..., Sintiendo así tantas palabras esfumarse frente a mí, entre las llamas de lo dolido.
Quizás si soy bueno escribiendo.
Lo siento por no entender del todo esto.
* * *
Acostado en la cama, mirando al techo marrón y algo sucio, me sentía una total basura.
¿Las cosas cuándo empezaron a tornarse tan hirientes y desabridas?
Sentía un vacío absoluto, una desorientación abrumadora. No habían videojuegos con los cuales pasar el rato en ese frío cuarto; aunque de todas maneras, si los tuviese, me prohibirían el siquiera tocarlos, al igual que ir al hospital. Tenía libros, pero ya tenía muchos problemas con las palabras que volaban en mi mente cuál tormenta, como para leer.
Ya había llorado, ya había gritado, ya había golpeado... ¿Qué debía hacer ahora?
Empecé a cuestionar un montón de cosas: "¿En serio fue necesario vender mis cosas? De todas la madre de Javier debe seguir trabajando", "¿Tuve que haber empujado a Charly en lugar de aceptar el beso?"... "¿Realmente valgo la pena?".
Me detesté por muchas de mis estúpidas incógnitas, en serio que me detestaba. ¡Todo de mí me daba asco!: Mi inmadurez, mi carencia de decisión, mi impertinencia, mi cobardía...
Debía encontrar algo que amase de mí mismo o caería en un remolino de odio a mí mismo, el cual me terminaría consumiendo, llegando hasta lo más profundo de lo temido.
Sí media vuelta hasta estar mirando la ventana; cerrada por aquellas cortinas azules que ahora notaba tan aburridas y faltas de personalidad..., Al igual que yo.
¿Qué harías tú en mi lugar, Javier? Seguro algo más productivo que acostarse y hundirse en depresión ahogada.
Debía escapar de lo que sea que me estuviese amarrando a esa sensación de vacío y repulsión a quien soy.
Dios, si existes: ¿Qué esperas de mí?, ¿qué quieres que aprenda ahora?, ¿Por qué me castigas?
Soy un idiota.
Javier realmente está sufriendo por su enfermedad, y aun así se mantiene gozoso y creyente en Dios, mientras que yo..., Yo me pudro en mi propia mente por miserables problemas adolescentes.
¿En qué momento empecé a fallar en todo?
Después, interrumpiendo, pero a la vez salvándome de mi infierno mental, mi madre tocó la puerta.
"Tú padre te llama, quiere hablar contigo", informó, retirándose de nuevo dejándome de nuevo en el silencio opacador del cuarto.
¿Realmente estoy mal, realmente hay un problema en mí?
¿Qué me falta para sentirme a salvó de mí?
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Dame alas para volar
Teen FictionPor una tarea de instituto Víctor se ve arrastrado a "ayudar a otros". Parece una misión estúpida ante sus ojos, hasta que conoce a Javier Lindgren en el hospital, un extraño joven con una visión del mundo muy contraria a la suya. Comienza así un ca...