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Charly.

     Ahora todo era como un cuento que yo pause, creyendon tener todo el tiempo del mundo para culminarlo; desarrollarlo como quisiera. Pero el tiempo se consume como fuego lento; trato que perdure, pero al tocarlo solo lo extinto más, dañándome en el proceso.

     "¿Por qué amarte está tan mal?"

     Al enterarme de que me cambiarían de colegio sentí como si mi mundo interno se congelara. Por cuestiones de trabajo, mis padres consideraron más accesible que yo estudiase en un colegio más cercano  a nuestra nueva casa. Además de más  caro, lo cual me parece innecesario. Un precio alto no promete resultados mejores; no siempre es educación mejor... ¿o sí? El hecho de que algo sea más complicado no significa que sea lo correcto..., pero tampoco lo fácil. ¿Por qué carajo hay tantas frases  sobre la vida?, ¿no tendría más sentido solo vivirla y ya?

     No se de qué coños estoy hablando ahora.

     También he dicho cosas similares a frases sobre la vida.

     De todos modos, el gasto de mi nuevo colegio no es ni el más mínimo de mis problemas Ahora; lo que me devolvía tanto estómago como mente era una simple ptegunta: ¿Cómo reaccionará Víctor cuando se lo diga?.

     Sólo iria los tres primeros días de clases para así despedirme me mis amigos, y así fue.

3 de Octubre.

     Tercer y último día en el colegio. Día de una confesión quizás peligrosa.

—Hola Víctor —dije por fin, con los nervios al tope, pero una sonrisa casual y simpática.

—Ah, Hola —Detuvo lo que estuviese haciendo en su cuaderno para así prestarme una sonrisa igual de sincera.

—¿Por qué no viniste el lunes a clases? —Quice morderme la lengua al recordar que ya era miércoles; era estúpido preguntarle algo que bien pude el martes.

—¿Para qué? Preferí quedarme durmiendo. En el primer día solo hablan y amenazan con expulsarnos si nos aportamos mal.

     Solté una risita entre dientes, aún de pies con mis brazos cruzados, sin la decencia de sentarme a su lado todavía.

—Seh, pero nunca expulsan a nadie —Asintió sonriente, afirmando lo que yo comentaba—, acá la educación esta algo podrida.

—Sí.

—la educación es una mierda.

—algo —Se encogió en hombros, aún sonriente—: depende de uno como vea las cosas.

—la educación no me deja correr en ropa interior por la calle, así lo veo yo—solté.

     Su carcajada ante mi comentario me hizo reír también.

—Sí, con esa lógica no debería existir la educación —siguió riéndose aun más animado.

     Continuamos una conversación normal hasta que terminó el primer recreo. Ya no podía darme el lujo de perder el tiempo.

     El segundo recreo determinaria en qué terminaría lo que algún día fue nuestra amistad.

—Tomemos asiento acá.

—va.

     "¿Me odiaras por amarte?"

—Mira, Víctor: hmm, lamento no haberte dicho esto antes, Em....

—¿Qué?

     ...

Dame alas para volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora