Víctor
Pensamientos insufribles 4.
No sé cómo explicar lo que siento. Quizás, un sentimiento de vacío, pero estoy enojado por las cosas que te toca soportar. No me quiero resignar, simplemente no puedo y no quiero.
Recuerdo lo que me dijiste de los milagros, y de lo necesaria que es la fe... Pero, ¿la "fe" me sacará de estos momentos tan consumidores? ¿Te sacará a ti de esa tortura silenciosa?
Cuánto quisiera verte correr, reír, saltar..., vivir.
No sé porqué me siento tan culpable con todo este tema. No sé porqué me ahogo tanto en estupideces cuando claramente tú la pasas peor.
No sé cómo dejar de sentirme así.
Tal vez, debería hacer algo al respecto, aunque supongo sería también estúpido.
Javier, lo siento por ser tan egoísta, en serio que lo lamento. He vivido tanto tiempo en un mundo tal irreal, perfecto, tan construido, que no creo que haya sido capaz de considerar el hecho de que existen otros mundos, otros guerreros, otros duelos.
Como un castillo de arena en el desierto, que se desmorona con el tiempo.
Constante la agonía, que arrebata nuestras vidas.
Quisiera yo ser el que tenga ELA, quisiera poder hacer algo.
Desearía poder abrazarte cuando sientas que no puedas más.
Deseo que más cosas en la vida puedas experimentar.
Supongo que de nada sirve existir, cuando para que de los problemas me pueda lamentar.
Deseo, espero.
Quiero, deseo y espero.
Anhelo un castillo real, donde adentro te pueda ocultar, de las adversidades de la vida real.
* * *
En la mañana, preparándome para ir a clases, mi padre estaba muy apresurado para ir a trabajar, y mi madre también estaba deprisa en la cocina preparando la comida para llevar.
Pensé que antes de ir al colegio sería un buen momento para explicarles mejor que paso con Charly, pero supongo fue estúpido pensar así.
En un mundo de carreras no existen pausas.
Me despedí de ellos, muy falto de afecto en realidad, y me fui.
Nunca creí que el colegio se volvería un lugar tan estresante, puesto que toda mi vida estudie ahí, crecí ahí, me firme ahí.
Creo que en realidad no importa el lugar ni las personas. Creo que lo que importa es el cómo lidiamos con esas cosas en general.
—Amiguito —llamó una voz a un costado—. ¿Por qué caminas tan rápido? ¿Ni un saludo nos ofreces?
Era de nuevo el idota de Brad, con el carente de personalidad de su amigo.
Me apresuré aún más para llegar pronto a mi clase.
—¡Hey!
Lo ignoré, tal como por tanto tiempo he ignorado tantas cosas.
Mis calificaciones bajaban por el estrés, el acoso aumentaba sin que algo pudiese hacer. Mis amigos extintos estaban, y Javier alejándose de mi cada vez más se alejaba, pues la vida misma lo demacraba.
—Víctor, tus notas están bajando de una forma preocupante —comentó en profesor de orientación.
—Ah, sí. Hm, lo siento —Me recordaba a la profesora Marta, la anterior maestra.
Sentí una notable nostalgia al recordarla, y revivir mentalmente ese momento en el me asignó aquella tarea, aquella que me ha cambiado la vida más de lo que creí podría.
Todavía no sé si me merecía ese "12" en la nota final, pues lo único que aprendí fue qué tanto puede golpear la vida.
—Los profesores me han dicho que pareces tener algunos problemas, ¿quieres... hablar de eso? —insistió, con esa sonrisa tímida, quizás forzada.
—No me pasa nada —Como cualquier estúpido adolescente negué.
—De acuerdo —No me atreví a verlo al rostro. Me sentía estúpido por mentir. ¿Por qué mentí?—. Pero recuerda que, si tienes algún conflicto, algún dilema, te podemos ayudar...
No, no pueden. No cambiaran nada. Quizás empeoren todo. Yo puedo. Yo puedo solo.
—Esta bien —Musité, inexpresivo, perdido.
Antes de retirarse añadió: "ser sincero te podría ayudar en este problema de las notas".
Quizás haya sido únicamente una "trampa" para hacerme hablar, por la ilusión de así excusarme con pretextos de por qué estaban decayendo mis notas. Aún así, sabiendo que tal vez era eso, decidí hablar.—En realidad... —Proseguí.
Volteó a verme de nuevo.
—Algunas cosas me estresan últimamente.
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Dame alas para volar
Teen FictionPor una tarea de instituto Víctor se ve arrastrado a "ayudar a otros". Parece una misión estúpida ante sus ojos, hasta que conoce a Javier Lindgren en el hospital, un extraño joven con una visión del mundo muy contraria a la suya. Comienza así un ca...