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—Victor, yo... —Charly vaciló unos instantes, entreabriendo la boca como lo solia hacer al olvidar algo—, no pude hablarte y..., te queria preguntar si...

     Charly era una persona molesta en veces. Me impacientó que no dijera la frase rápido, ¿qué le sucedia? Tenía que irme. 

     Solto un inesperado suspiro, llevándose la mano a su cabello.

—¿Estas vacaciones quieres acompañarnos a mis padres y a mi en un viaje en barco? —Mostró una pequeña sonrisa, no tan expresiva e imperactiva como solia ser con otros.

     A veces siento como si fuera una persona conmigo, pero otra con los demas. Pero... ¿qué rostro de la moneda es realmente Charly?

—¡Oh! —No pude evitar quedar anonadado. Esa propuesta en serio me emocionó —. Wow, eso es de veraz, ¡wow! —Sonrei como tonto, le queria gritar que sí, y saltar de emoción. Pero... ¿por que no lo hice?

     Las últimas veces que pase las vacaciones con su familia había sido muy divertido, y sentí que necesitaba estar con Charly.

     Sonará ridículo, pero... es reconfortante el hecho de que me hubiera elegido a mí para ese viaje en barco, en lugar de alguna de sus amigas o amigos nuevos.
    
     No me gusta admitir que... Me gustaría tener tantos amigos como Charly, y su facilidad para simpatizar.

     ¿Los muchos amigos que algún día tuve cuando todo parecía ser perfecto, habrán sido solo por Charly?
     Yo... creo que fui su sombra. Y como nunca aprendí a brillar por mi cuenta, todo parece... No se... ¿difícil?

—Me encantaría, pero... —Su mirada pareció rota en pedazos. ¿Por qué le afecta tanto si ahora casi ni nos hablamos?— creo que lo mejor es quedarme.

—¿Qué? ¿por qué? —impaciente, aumento su velocidad al hablar. ¿se habrá enojado? No parecía de mal humor, solo... ¿con decepción?—. Mis padres pagan todo, no hay ningún problema. ¿Por...?, ¿Tus papás no te...? Puedo convencerlos de que te dejen ir si quieres.

     Su sonrisa inocente siempre me pareció adorable, aun con su toque de malicia y picardía.

     Volví a negar, algo nervioso de que logrará convencerme de sí ir. Guardo silencio, esperando así que le explicara. "Tengo un amigo que me espera, y se preocuparía si me voy tanto tiempo. No lo tendré por siempre, por lo que cada día con él es aun más especial", dije.

     Hizo un mohin confuso, quizás de desagrado.

—¿Prefieres a tu mascota antes que un paseo en barco todo pagado? —Sí, definitivamente desagrado.

—No. Javier. Prometí visitarlo durante estas vacaciones.

     "Ah, entiendo", se resumió a contestar, persiguiendo con despedirse con un fuerte abrazo, para después marcharse en el auto negro de su padre.

     Hace tiempo que no hablábamos. Se sintió bien el que platicaremos de nuevo, aunque fuera algo corto. Y su abrazo... Creí superar nuestra amistad, pero ese abrazo pareció abofetearme con un enorme "No, no e así".

     Tengo toda mi vida para viajar en barco, pero solo la de Javier para poder verlo.

     Sí... preferí consentir una amistad que probablemente me dejaría llorando y solo por una muerte, antes que arreglar una amistad tras la cual lloré, dejándome donde estoy ahora... solo. ¿Confuso? Lo sé.  Tampoco yo entiendo lo que digo todo el tiempo.

Dame alas para volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora