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Victor.
    
     "Un momento que no ame. Pero tampoco odie. Solamente lo viví".

—Mira, Víctor: hmm, lamento no haberte dicho esto antes, Em....

—¿Qué?

     Habia pasado un buen día con Charly hasta el momento, incluso pude llegar a sentir que, por un momento, volviamos a ser lo que perdimos. Que se fuera del colegio me impactó en el momento de enterarme, pues esperaba que nos graduaramos juntos, y quizas, retomaramos la amistad que hace un tiempo me hacia tanto bien. Pero debo admitirlo: en cierta manera era mejor que se fuera; era mejor que estuvieramos lejos. Aún nos podriamos ver, no viviria tan lejos... pero simplemente no seria lo mismo, y eso supogo sería mejor.

—Hm, tú sabes que nos dejamos de hablar así como si nada, y pues... fue una putada golozal, lo sé...

     Me entusiasmo que tocase el tema por fin, pues yo no tramaba el iniciarlo, perp deseaba el hablar las cosas y, quizas, saber que pasaba por la mente de Charly con respecto a nuestra distanciamiento.
     Sabía que no se sentía muy bien, pues desde que nos sentamos en la banca tras los arboles perdió toda euforia con la que se llegó a expresar en las horas anteriores.

—Soy una mierda —Se encorbó, tapandose el rostro con las manos.

—¡¿Qué?! Oye, no; no digas eso, no eres eso. Eh... eso es solo... —Quería decirle tantas cosas, explicarle todo, pero mis palabras simplemente no me salia. Solo balbuceos estúpidos lograba emitir.

—Víctor, es mi maldita, maldita culpa —Su tono empezó a preocuparme; evidente odio y frustración parecia escupir entre sus palabras.

     Titubeé un poco sin saber cómo hacerlo sentir menos... ¿mierda? Pero cualquier cosa que le dijese sería inutil —además de estupida— sin antes no escuchar todo lo que tenía por decirme. Así que espere. Esperé a que prosiguiera.

     "No siempre puedes detener el colapso de alguien. A veces basta con estar ahí, atudando a terminar con eso, y despues por fin: construir algo mejor juntos".

     Es necesario destruirse a uno mismo. Es inevitable,....

—Me aparté de tí pues me dí cuenta de que algo cambio...
    
     Y lo inevitable, indiscutible...

     "¿Algo cambió?", pensé, queriendo interrumpirle.

—Algo en mí ¿sabes?: es estúpido, pero lo mejor... creí que lo mejor era alejarme. —continuó.

     Somos tan absurdos. Fuimos tan absurdos...

     Silencio...

—No fue solo tu culpa —comenté, espera do yo poder explicarle que yo tambien destruí lo nuestro.

—Escucha:... —Se enderezó, con la mirada apagada y perdida en alguna roca del suelo.

     Tan egoistas. Somos todo a lo que le podemos llegar a temer. Somos aquello que derriba lo que construimos...

—No sé si me odies por lo que creo que soy, y digo "creo" porque ni sé si lo soy. No dije nada pues no quería..., no quería perderte por una puta idea que podia llegar a ser erronea. Pero... P-pero fue eso mismo: ese alejamiento por miedo a perderte lo que me hizo...; lo que me hizo perderte...

     "... Lo que me hizo perderte".

     Charly y yo siempre habiamos tenido bastante confianza para hablarnos de esa forma; una por la que quizas los demás nos tomarían por "gays"...; lo que nos llevaba ser romados por "pareja" a veces, pero no era mas que bromas.
     Vaya ironía que a pesar de ellos no hubiesemos hablado las cosas antes... ¿por qué?

—Me... Me siento igual —Dije. Los ojos de Charly aún no se topaban con los mios—. Desde que la chica que me gustaba se fue me empece a sentir mal y, pues, ehhh... pues no tenía ganas de hablar con nadie.

—No, no te sientes igual.

     Se oía tan apagado, tan asustado.

—Charly, sí sé cómo te sientes ¿de acuerdo? —Tomé firmeza así de repente. Su actitud me pisicionaba ahora en el que debía tener iniciativa—. Fuí un estúpido pues creí que porque no me hablaste en esos momentos no te importaba, cuando claramente estabas pasando por tus propios problemas...

     No me miraba, no hacia gesto alguno; su mirada vacía seguía en el suelo.

     "¿Qué pasa por tu mente, Charly?".

—Fuí egoista...

—Víctor...

—¡Y quizas lo sigo siendo! Pero no me doy cuenta. Por favor no te odies por cometer el mismo error que yo. ¡Si sé cómo te sientes! —Mi corazón empezó a latiras fuerte. Por fin habia sacado lo que creía me terminaría asfixiando. Así se sentía es liberarte de una parte de tí.

—Mi error me llevara al maldito infierno.

     Quedé perplejo ante su comentario; casi mascullado y lleno de ira a sí mismo.

     Guardé silencio.

—No sabes, Víctor; no sabes ¿sí? —Deseperado, ansioso, triste; ¿así se sentía? Eso parecía—. No sabes.

—¡Pues coño, dime qué no sé!

     Somos absurdos.

     Con el ceño fruncido, levantó la mirada por fin. Sus ojos miraron los mios fijamente de una manera  inesperada.

     ...Y lo inevitable, indiscutible.

—Víctor...

     "... Lo que me hizo perderte".

      "...Fuí egoista".

—Estoy enamorado de tí.

Dame alas para volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora