8- Dos opciones ¿O ambas son una?

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Viktor se apresuró a salir de los camarines lo más presentable posible a pesar de sólo llevar ropa deportiva, a penas se secó el cabello, se sorprendió de encontrar al nipón en el pasillo, secando el cabello de Mila. La pelirroja había establecido una extraña relación con Yuuri, donde gustaba de provocarlo y hacerlo cohibirse, pero el japonés poco a poco soltaba respuestas más afiladas y se sonrojaba menos ante sus comentarios.

- ¿Porque están en el pasillo?- Pregunto Viktor acercándose y dejando el bolso a un lado.

- Porque el secador es de Yura y no me parece prudente entrar al camarín omega- Mila seguía con ojos cerrados mientras Yuuri sumergía sus dedos en su cabello para hacer pasar el aire caliente entre medio.

- ¿Y Yura?- El nipón detuvo el secador.

- Fue a hablar con Yakov - Viktor se sentó junto a Mila, quien comenzó a explicarle que el pobre rubio aún no creía que Yuuri pasara a ser parte del team ruso como entrenador. Una sensación cálida se estableció en el pecho de Viktor... le gustaba la idea de pasar mayor tiempo, aunque fuese tan solo apreciando, todo lo que Yuuri era y ofrecía. De pronto sintió un toque suave justo en el remolino de su cabeza, el aire cálido se sintió segundos después- Oye, aún no terminabas conmigo- Dijo la pelirroja haciendo un puchero.

- Mila tu cabello está bien, Viktor aún tiene mechones casi estilando- El peliplata se alegro de que Mila y Yuuri se concentrarán en su pequeña discusión, porque así su sonrojo y amplia sonrisa, pasaron a un segundo plano.

Yuri no daba más de alegría, Yakov no solo le confirmó que Yuuri le entrenaría, si no que los planes del azabache eran entrenarlo en el extranjero, en EEUU. Si le hubiesen dicho de niño, que algún día desearía escapar de Rusia y su gente, por cómo lo trataban, no lo creería. Antes de que se presentara su primer celo, sus compañeros y compañeras le trataban como si fuese de porcelana, las facciones y su destreza en ballet, todo apuntaba a que podría ser un gran bailarín, pero esas ambiciones se cortaron cuando supo que era omega. Rusia no tenía espacio público para personas como él; su maestro de ese entonces le dijo que apuntara hacia el deporte, si entraba a la élite del deporte ruso, el que fuese omega no importaría tanto, así que eso hizo; pero no era del todo cierto... pensó que destacando y poniéndose en la cima, podría recibir el respeto que sentía merecía y el reconocimiento, pero se equivocó. Alcanzar a Viktor no hizo más que traer un montón de gente esperando a que cayera lo más pronto posible, sus temporadas siguientes habían sigo un fracaso a pesar de alcanzar el podio en algunas.

Su único respiro era hablar con Yuuri.

Lo encontró en el pasillo, hablando con Mila y Viktor, si lo observaba desde lejos, el azabache era uno más del montón parado junto a ambos rusos, pero bastaba cruzar dos palabras para entender el encanto del japonés.

Sintió su presencia antes que sus compañeros y volteó su cabeza para ver al rubio sonreírle de vuelta. Yuuri extendió sus brazos por costumbre, esperando la reacción automática del menor, y así fue. Yuri camino tranquilo para envolver sus brazos a la cintura del nipón. A pesar de tener la misma altura, el rubio acomodaba su cabeza entre el cuello del mayor "Gracias" comentó en japonés, solo para que él entendiera, entonces el gesto vario... los labios del japonés rozaron suavemente su mejilla.

- En serio me costará verlos como entrenador y pupilo- Dijo Mila colocando ambas manos en sus mejillas- Son tan adorables... casi como hermanos- El menor fulminó con la mirada a Mila, quien sonreía con malicia.

- Yuri difícilmente sería mi hermano- Alegó el japonés separándose del ruso- Tendría que ser mucho más educado...

- ¡No la animes, katsudon!- El animado grupo se vio interrumpido por Yakov y Giorgi, quienes se acabaron llevando a Yuuri consigo.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora