64- Donde pertenecer

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Viktor contuvo el aliento por minutos que le parecieron horas hasta que ambos Yuris bajaron de la tarima del Kiss and Cry, sin detenerse a pensarlo, se lanzó contra el rubio arrastrando con él una energía que llevaba acumulando desde que escuchó por los parlantes el "tenemos nuevo récord"... lo sintió casi como si se lo anunciaran a él mismo. Aunque nadie podría dar mejor testimonio de todo el esfuerzo y sacrificio que significó para el menor tal bestial récord y divina interpretación, que él mismo y su entrenador, Viktor tenía en su pecho reunidas todas las emociones de Yura y Yuuri, no daba con la alegría en su pecho y las ganas de llorar eran demasiadas. Yuri había hecho historia nuevamente, estaba comenzando su propia leyenda.

El omega se sorprendió de sentir su cuello mojado y que al tomar a Viktor del rostro para apartarle este estuviese llorando como un crío.

- Viktor, harás que yo también llore, vamos- Pidió amable, limpiando las mejillas del mayor con cuidado- ¿Estas feliz?

- Muy feliz- Indico el peliplata asintiendo repetidas veces.

- Arriba los dos, tienen todas las cámaras encima- Intervino Yuuri tomando a ambos del brazo.

A penas estuvieron de pie, el abrazo de Viktor les envolvió a ambos menores, Yura se apresuro en empujarlo, más el japonés parecía a gusto. Se quedaron así un momento antes de que el staff pidiera que ingresaran a camarines esperando a que así la gente se calmara un poco.

Ingresando al área común de los patinadores, Yuri se llenó de aplausos y personas como J.J, Klaus y Emil hacían con los manos el gesto de alabarle. El team japonés hizo una pequeña reverencia y el rubio, sin poder evitarlo, abrazó con ganas a Natsume, con quien se había mantenido hablando desde su primer acercamiento al equipo de patinaje nipón. Kenji miró a Yuuri sorprendido, más el azabache se alzó de hombros pidiendo un poco de paciencia con el menor. Una vez cesó el ajetreo del público se llamó al siguiente patinador... Leo de la Iglesia sonrió apenado al escuchar su nombre, salir después de aquella actuación de parte de Plisetsky parecía una broma.

Tras la participación de Emil, Mattheo, Guang Hong Ji y Klaus, el siguiente era Viktor. El peliplata se había mantenido abrazado a Yuuri guardando sus manos en los bolsillos del abrigo del entrenador mientras que escuchaba en su iPod la música del programa, solo se separó breves minutos antes de salir para calentar su cuerpo y estirar.

Innovar en el hielo siempre había sido "lo de Viktor" así que a pesar de ser su última participación, aquella rutina no era la excepción. Patinar sobre Nostalgia se hacia un poco complicado, Viktor no quería referirse al tiempo o a la infancia, quería ir hacia el amor. Amor que creyó dedicado completamente al hielo hasta encontrarse con la figura de Katsuki Yuuri, pasó dos temporadas completas preguntándose como entrar a hablarle y tan solo aquello lo ponía nervioso, porque jamás se había sentido temeroso de hablarle a alguien... ahora por supuesto que entendía que Yuri era especial, pero en ese entonces no hacía más que hacerle sentir como un adolescente y pensar en ello lo hacía avergonzarse un poco... un alfa no tenía porque sentirse así. Yuuri a penas había entrado al circuito como coreógrafo, si Viktor se retiraba sin dirigirle la palabra se sentiría como el idiota más grande pisando la tierra... quizá no había más posibilidades y plantearse una posibilidad estando con Yuuri fue algo que siempre le remeció, pues Yuuri en ese entonces solo representaba a otro alfa, pero con un magnetismo que no pudo ignorar. Entonces llegó el Grand Prix de Nagoya, un atrevido muchacho bailaba break dance junto a Yura en lo que parecía un descabellado duelo de borrachos.

Era Yuuri.

Jamás había estado tan agradecido de Chris como aquella noche en el japonés sacó un desplante que él jamás imaginó, Phitchit le animaba a cada locura y el nipón acabó únicamente en ropa interior, con la camisa blanca a mal traer, completamente desabotonada y con la corbata atada en la cabeza. Aquella destreza en el tubo de pooldance hizo a Viktor tener sueños húmedos durante semanas... despertaba con las sábanas mojadas y la ropa llena de su vergüenza. Yuuri se le había colgado del cuello repitiendo "Be in my life, Viktor" y el ruso se había vuelto loco por semanas pensando en cómo quedarse en la vida del nipón; Christopher le insistía en que solo había sido una solicitud de un ebrio, que el menor no le recordaría, y en efecto, Viktor lo dejó pasar... eso hasta el invierno de aquel año, ver a Katsuki Yuuri interpretando Stammi Vicino tras cuatro años de aquella rutina y dando aviso que seguiría como coreógrafo en el circuito de patinaje para Viktor fue una señal caída del cielo.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora