Inusual [OMEGAVERSE]

44- Ser delicado

Mantuvo la cabeza abajo mientras que Yuuri lo rodeaba con sus brazos desde la espalda, el menor aun temblaba, más su tacto era suave y cálido, no era temeroso, era como si necesitara tocarlo más que a nada. Viktor aun se sentía confundido "Si me sintieras... ¿Podrías controlarlo bien?" No... definitivamente no. Quería a Yuuri con desesperación, lo veía en los rasguños visibles que el nipón tenia en sus caderas, los chupetones y mordidas en su pecho, si se trataba de japonés, Viktor era lo más parecido a un animal ¿Serviría si tuviese guía de un medico? ¿Como afrontaba el trauma que tenia Yuuri respecto a los alfas, sin dañarlo? Habían tenido sexo antes sin mayores problemas, pero ahora tener a Yuuri dispuesto para si, sabiendo que eran destinados cambiaba todo.

Podía sentir a su alfa reclamándole, pidiendo que lo marcara luego.

SE ESCONDIÓ TODO ESTE TIEMPO.

No.

Yuuri se acerco... a su manera, quizá muy tardíamente, pero lo hizo. No era quien para elegarle... no sabia cuanto miedo cargaba su pecho ni todas las batallas internas que el menor había librado antes de aceptarse a si mismo como musa, luego para repasar aquella vivencia que había marcado su cuerpo y su forma de sentir, luego notar que tenia un destinado para su omega ¿Como podía abrazar a un instinto que solo le hacia entrar en pánico? ¿Como lo hizo?

ESTUVO CON OTROS.

Lo sabía... lo sabía y aun así le molestaba.

- Vitya ¿Estas bien?- Viktor tomo las manos del azabache para girarse y poder darle un beso, uno suave y tranquilo, las feromonas de Yuuri aun estaban mezcladas en ese café mokka que impedía separar su alfa y su omega, el platinado se sentía un tanto culpable de haberle asustado, simplemente se había sentido ansioso luego de la confesión de Yuuri, al menos no habia acabado con las manos alrededor de su cuello como la ultima vez que se habia sobrepasado con el nipón.

- Lo estaré...- Dijo decaído, Yuuri acaricio su cabello hacia atrás... como amaba cuando hacia eso.

- Lo siento, Viktor- Los ojos celestes del mayor lo observaron con una sonrisa herida, sus labios formando una linea recta- Sé que debí ser honesto desde el inicio... aquella vez que estuviste en mi casa en Detroit... rogaba para que te dieras cuenta... pero era pedir demasiado, no dependía de ti...

- No puedo sentirte... ¿Porque no lo quieres realmente?- Los ojos de Yuuri se abrieron con sorpresa.

- No... no es así, no se trata de eso- Viktor frunció el ceño.

SE ESCONDE.

- Necesito que me expliques entonces ¿Que es todo esto? ¿Que somos?- Viktor aparto levemente a Yuuri, aún cuando su instinto decía que debía mantenerlo lo más cerca posible. La mirada del menor se expreso vulnerable y su olor cambio, pero Viktor no estuvo dispuesto a ceder- ¿Esa es toda la verdad?

Toda la verdad.

¿Que más podía decirle? Yuuri ya sentía que su lazo con Viktor era demasiado débil... se querían, pero no todo se construye y se sana con amor ¿Verdad? Se trago la inseguridad y dio dos pasos atrás, ambos estaban únicamente en ropa interior tras volver del restaurant, el frío no era tan potente como en el exterior, aun así Yuuri sintió un temblor que le recorrió todos los huesos.

- No es toda la verdad- Viktor sintió un nudo en el estomago, Yuuri respiro profundo un par de veces antes de extender su mano para que Viktor le acompañara hasta la cama nuevamente para sentarse uno frente al otro- No sé que es exactamente lo que quieres saber... así que reuniré todo... solo... mantén la mente abierta...

Yuuri supo de su destinado a los diecisiete años, su maestra Minako Okukawa le asistió ante el celo anticipado con que Yuuri logro llegar a encerrarse en su cuarto de hotel, no fue capaz de decir quien era hasta una semana después, cuando habían arribado a Italia y se había encontrado con su hermana y su madre. Que Yuuri como individuo musa tuviese un destinado era un caso muy especial, por eso mismo pasó a ser uno de los principales sujetos de observación de Katsa, clínicas que manejaba su padre. Toshiya opinaba que era mejor si contactaban al alfa que había despertado aquel lazo con su hijo, pero fue Minako quien le frenó. Yuuri jamás había visto discutir así a ambos alfas.