71- Sin despedirse

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En algunas consultas, Yuuri no quería ver a los cachorros, las constantes ecografías y exámenes le tenían exhausto y más que hacerle sentir se que preparaban para una buena llegada de ambos bebés, Yuuri sentía que intentaban darle la mayor cantidad de recuerdos posible de sus cachorros... no dejaban de indicarle que su embarazo era delicado y que debía cuidarse, poco a poco sentía que si cualquier cosa pasaba, sería su culpa... Viktor no se apartaba de su lado desde que volvió de Rusia y luego de que los paparazzis rodearan la casa de Tokio, sin ningún criterio ni derecho a privacidad, fue el mismo peliplata quien pidió a Hiroko usar su residencial de Hasetsu.

La omega vio claramente la preocupación en el ruso y, preocupada por su hijo, tomó a Viktor mientras se encontraba a solas junto con Otabek luego de que Yuri lograra quedarse dormido tranquilamente junto a Yuuri para que así ambos alfas pudieran salir a hacer compras necesarias, calmando con sus feromonas al ansioso omega en el azabache que se sentía desprotegido a cada momento.

- No soy adivina, pero si muy observadora ¿Que te preocupa, Viktor?- El peliplata le observo asombrado, no solo porque Hiroko le preguntara de frente, si no que el kazajo también le había interpelado por su actitud... si ellos podían verlo, de seguro estaba transmitiendo aquella energía a Yuuri.

- Yo... Yuuri me tiene nervioso- Suspiró.

- A todos, cada vez se siente más temeroso de poder traer a sus cachorros, pero lo que te pasa a ti es algo más, no soy tonto, Viktor- Le reto Otabek, el ruso apretó las manos, repasando bien si es que valía la pena preocupar al resto de la misma forma en que lo estaba él- Ya escúpelo...- Insistió el menor con un leve gruñido.

- Cuando viaje a Rusia para el trámite de destinados también me reuní con mi ex prometida y su madre, me habían demandado por romper nuestro compromiso- Tanto Hiroko como Otabek le miraron con impresión.

- ¿No podrás casarte con Yuuri?- Pregunto Otabek con cierta decepción en su voz.

- ¡Claro que si! - Exclamo el peliplata mirando a Hiroko- Solo que... Camille, mi exprometida parecía muy vulnerable, sometida frente a su madre- Viktor entrecerró un poco los ojos recordando a Camille frente a él, la rubia siempre había sido increíblemente dulce y paciente, más no sumisa- Milli me repitió que no apartara los ojos de Yuuri, intentó decirme algo más, que no lo dejara hacer algo o ir a alguna parte, en verdad no lo sé... no acabó de hablar cuando la interrumpió su madre...

- ¿Entonces Yuuri corre algún peligro? No puedo creer que Giselle Le Blanc sea tan imponente... - Otabek miró a Hiroko, que estaba parada a su lado, la omega parecía un poco confundida con lo que acababa de decir Viktor.

- Lo es imponente o poderosa si quiera como lo es mi padre o, incluso el malnacido de Vladimir, pero usó su voz de mando para someter a Camille- Hiroko se llevó ambas manos a su boca.

- Eso es horrible- Indicó apenada.

- ¿Camille Le Blanc es omega?- Se sorprendió Otabek, ya que dentro del pequeño mundo en que se movía la modelo, se tenía entendido que era beta.

- Por lo que me contó mi padre, Giselle la ha controlado desde pequeña para no exponerla... a mi me parece algo más- Repuso Viktor.

- ¡Claro que es algo más!- Alegó Hiroko- Ningún instinto debería reprimirse así, lo sé mejor que nadie, lo sabes tú también, Viktor, tu hermano fue cedado hasta el hartazgo, al punto que el encuentro con su destinado fue desastroso y terriblemente doloroso para él, no porque aquel alfa, Vladimir Góbulev, fuese un cretino, que claro que si... - Ambos alfas sonrieron un poco, escuchar a Hiroko decir groserías era inusual- Si no porque su cuerpo estaba desesperado... Que la madre de Camille haga tal cosa, es cruel...

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora