39- Espada y escudo

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- Yura...- Técnicamente no era su culpa. Yuuri se había negado a ser quien estuviese al mando, así que en su lugar, era él quien estaba deshaciendo al japonés- Mañana tienes tu programa libre, debes concentrarte en ello.

- Lo sé, por eso quien recibirá esta noche es este bonito trasero y no el mío- Repuso apretando las nalgas del mayor que tenía el torso contra el colchón de la cama- Como entrenador no puedes permitir que patine adolorido mañana o acumule estrés... ¿Cierto, coach? - Mordió el glúteo derecho sonriendo con picardía al ver como el cuerpo del azabache se contraía- Estoy muy ansioso con el posible resultado de mañana, hace mucho no tenía esa sensación eléctrica corriendo por mi espina anticipando el día siguiente...

- Me alegra oír eso... significa que compites con espíritu- La voz de Yuuri se hizo más suave al terminar la oración, aguantando un gemido tras sentir la lengua ávida del menor pasar por sus glúteos- Yura... habló en serio- Se quejó con el aire cortado.

- Yo también- Subió hasta poder atrapar la boca del azabache mientras ingresaba un dedo en la entrada estrecha del mayor- Muero por hacerte el amor.

Yuuri cedió, obviamente... no es como si tuviese armas contra su omega o siquiera la voluntad suficiente para negarse a esos ojos jade que lo devoraban vivo.

Ser tomado por Yura se sentía muy distinto al placer de tener a Víctor sobre él o a la lujuria exigente de Otabek; era apasionado y febril... como cuando quieres asegurarte que algo salga realmente bien. Por eso le hacía saber a Yura como se sentía, que le gustaba cuando apretaba sus caderas y se hundía hasta lo más extremo, el menor siempre estaba con el ceño fruncido la mayor parte del tiempo cuando ambos tenían sexo y era él quien dominaba el acto, Yuuri tenía la certeza de que se esforzaba por complacerle considerando que vistos en ese entonces simplemente eran una pareja de omegas.

- Esta bien- Dijo besando su entrecejo- Se siente bien, Yuratchka- El rubio mordió los labios del contrario mientras exigía un beso, Yuuri marcó sus uñas inconscientemente en la espalda del menor mientras este sujetaba sus caderas y lo ayudaba a subir y bajar en su regazo- Yura... ahí- El azabache había curvado su espalda y el ángulo de penetración cambio, el rubio comenzó a moverse lentamente, disfrutando de la expresión del mayor que abría su boca con placer.

- Llámame - Ronroneo contra su oído.

- Yura- Gimió el nipón.

- No- Apretó el ruso su agarre a las caderas, sin dejar que Yuuri moviera su cuerpo hacia arriba.

- Yu...Yuratchka- El menor volvió a negar- Demonios, Yura- La sonrisa del menor le indicó que no desistiría- Ya vasta baby, no hagas a enojar a Daddy o el castigo luego no será agradable- El escalofrío que paralizó su espalda no lo dejó siquiera gemir cuando Yuuri acabó empujándolo hacia atrás y sosteniendo sus manos por encima de su cabeza.

Cabalgar a Yura se estaba haciendo cada vez más sencillo, el rubio acomodaba sus piernas para facilitar el movimiento del mayor, Yuuri solo tenía que seguir el placer que dictaban sus propias caderas.

Hacer enfadar al nipón no siempre era una buena idea, ahora Yura tenía las manos atadas y estaba sujeto a la voluntad de su destinado. El mayor mantenía un ritmo agobiantemente lento que tenía al rubio apuntó de acabar, muy lejos de cómo quería correrse aquella noche, pero pagando la pequeña treta que le había puesto al japonés.

- Porfavor, muévete más rápido y déjame tomarte, me portare bien- Yura tenía los dientes apretados y la mirada oscurecida, cuando el mayor se apartó de repente ahogó un gemido en vano mientras que Yuuri bajaba sus manos por sus costillas hasta sus caderas.

- Baby tendrá que aprender de su insolencia... sólo cuando yo te digo que domines, lo harás- Yura asintió a ojos cerrados mientras el mayor desataba sus manos, las feromonas del nipón comenzaron ha hacerlo sentir calor.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora