66- En tus manos

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Un calor cómodo se aislaba en su vientre, más todo el resto de su cuerpo se sentía frío ¿Porque hacía tanto frío? Quería arroparse hasta la cabeza, pero no podía moverse... Estaba muy cansado.

Un tacto muy gentil acaricio su mano ¡Que calor tan agradable! Le subía desde las yemas de sus dedos, como electricidad, tomando todo su brazo, y al llegar al cuello... Al llegar a su cuello el calor se disperso, olvidando el frío y cobijado su corazón, como si le envolviera por completo, incluso se sentía más calmado... más feliz, ojalá quedarse así mucho tiempo.

Viktor miró con cierto miedo a Mari cuando esta dijo que le dejaría solo en la habitación, la japonesa le miró con ternura y volvió a acercársele liberando un suspiro.

- Estarás siendo supervisado, si crees que algo va mal puedes pulsar el botón sobre la cabecera, vendré de inmediato- Viktor asintió suavemente mientras venía a Yuuri respirar tranquilo, esta vez sin aflicción presente en su rostro- Se ha calmado mucho solo con tenerte a su lado...- Sonrió Mari al ver a su hermano a gusto al lado de un alfa... años atrás aquello sería imposible, sabía bien de las crisis que Yuuri sufría ante el público y la presencia de alfas extraños, siempre llevaba gel inhibidor consigo, neutralizaba cualquier olor para evitar sentirse amenazado desde sus instintos, concentrándose únicamente en su escenario y su presente... se mantenía tranquilo y al mismo tiempo alerta... constante tensión, como dormir en una cómoda hamaca que te envuelve y te hace sentir cálido muestras cuelga de un maldito precipicio. Que Yuuri liberara su alfa y omega para Mari resultaba casi mágico- Libera poco a poco feromonas, intenta hacerlo sentir seguro, amado... como si se hubiese mudado junto a ti fuese su primera mañana juntos ¿Quizá eso te ayudaría a visualizarlo mejor?

- Ayuda- Contestó Viktor con ojos iluminados.

Vivir con Yuuri... despertar junto a él... no estaba muy lejos de que fuese así.

Cuando su padre le visitó en la pista de San Petersburgo, Viktor sintió su corazón acelerarse... papá siempre significaba problemas para el pequeño Viktor y para el actual también era bastante así. Iván le espero con rostro serio, la energía a su alrededor siempre era tranquila, nunca se podía adivinar en que estaba pensando o que diría, por eso Viktor se sentía nervioso a su lado.

- Es interesante verte entrenar, creo que nunca fui partícipe de esta parte- Viktor simplemente le quedó mirando sin saber que decir- Es realmente hermoso, Vitya, tus rutinas conmueven a la gente que las ve... puedes contar cualquier tipo de historia, tu público las seguirá y se emocionará contigo... eres increíble- Las palabras de su padre lejos de halagarlo le hacían sentir confundido... si, su padre siempre apoyó su carrera, pero jamás pensó que le seguiría de aquella forma, Iván siempre se mantuvo distante.

- Yo... no entiendo- Quería llorar, sabía que debía elegir sabiamente sus palabras para no comenzar a llorar frente a su padre- ¿Porqué tú...

- Te quiero, Viktor... me avergüenza creer que nunca te lo he dicho- Se equivocaba... tras la muerte de Gemma su papá se acercó tanto a él como a sus hermanos, los tres juntos en la habitación.

Recordaba que Noah lo abrazaba protectoramente en aquel momento. Kieran acariciaba su cabello con delicadeza, era a penas el primer mes que estaban sin mamá, Viktor se aguantaba el ir corriendo por las mañanas al cuarto donde descansaba su madre... ya no había nadie allí. Quizá por eso mismo Noah se preocupó tanto por él, el mayor se había dado cuenta de que su pequeño hermano ya no decía nada por las mañanas, Viktor había pasado a ser como un robot, se levantaba a penas sonaba la alarma y se dirigía al baño, dejaba que Norma, la mujer que llevaba ya dos años ayudando a Iván con sus hijos, le vistiera y partía sin decir una palabra hasta el auto que le llevaba a la escuela luego de desayunar junto a sus hermanos mayores. Aunque los gemelos intentaban hacer que Viktor se animara o por lo menos les contestara alguna simple palabra en el corto viaje a la escuela, el pequeño peliplata se acurrucaba en el asiento trasero y se volvía a dormir hasta llegar. Una noche de improvisto, Noah llegó a dormir con él.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora