10- Trance

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La semana en que Yuuri Katsuki se mantuvo en Rusia después de la rueda de prensa, no se asomo por las pistas de entrenamiento del equipo de patinaje, únicamente aparecía afuera del recinto para buscar a Yuri Plisetsky o entraba para terminar de hablar con Yakov.

A Viktor le carcomía la conciencia, Yuuri no respondía ninguno de sus mensajes e ignoraba su presencia... su intranquilidad se notaba en sus entrenamientos, en los cuales Yakov terminaba regañandole o haciendo que se detuviese de plano para enviarlo a casa "Aclara lo que tengas que aclarar, no puedes patinar así"... y lo sabia, sus pasos eran poco definidos, sus saltos flojos y pesados... Todo lo contrario de lo que se veía en Plisetsky.

El campeonato nacional... Aunque aún quedaba aquella fecha entrenando con Yakov, Yuuri ya se había molestado en tomar a Yuri para corregir, incluso, interpreto él mismo la rutina junto al tigre ruso para modificar elementos y mejorar su interpretación. Yuri se sentía renovado.

De camino al hotel de Yuuri el rubio se detuvo por algunos dulces, sabia que la tradición japonesa era llevar algún presente cuando  visitabas el hogar de alguien o agradecías por algo. La lluvia golpeo su cabeza y pronto se puso a llover a cantaros, aunque logro detener un taxi acabo con su ropa mojada de igual manera. Subió hasta el cuarto y golpeo dos veces, la puerta se abrió dejando ver a un somnoliento Yuuri tras ella, su suave sonrisa invito a pasar al rubio.

Yuri siempre se sentía cómodo cuando se trataba del japones, el azabache mantenía siempre una postura seria y algo tímida, pero con él se daba más conversador y animado, las distintas facetas de Yuuri siempre le hacían querer ver más. Se sentó al borde de la cama, el calor del cuarto era agradable, se quito su chaqueta de animal print, quedando únicamente con su jersei negro, su ropa estaba húmeda y se sentía algo incómodo con la sensación. Cuando levanto la mirada Yuuri estaba algo sonrojado.

- Yura... ¿Tomas supresores?- La pregunta asalto al ruso con una mala expresión.

-¿Porque? - Yuuri desvió sus ojos a otro sitio- Los únicos que tomo los proporciona la FFKK pero no son diarios, más bien son dosis irregulares antes de los campeonatos para prevenir que llegue un celo en las competencias o las semanas antes- Sintió su propio aroma entonces, naranja y licor... siempre le habían dicho que era un olor bastante fuerte para un omega, pero no era como si lo pudiese cambiar- Yo...- Sus mejillas se pusieron rojas- Lo siento, debería- Un trueno hizo reaccionar bruscamente girando la cabeza.

- No te preocupes, debe ser por la lluvia- Yuuri venia saliendo del baño, tomando un vaso con agua- A mi siempre me afectan los climas fríos, sobretodo aquí que las temperaturas son tan extremas, pero puedes estar tranquilo, incluso si se adelantara tu celo, puedo manejarlo con mis supresores- Yuri sintió todo su cuerpo arder al pensar en pasar un celo con el nipón- Yakov me dijo que sin las pastillas de la FFKK sueles tener tus celos una vez al mes... eso es muy seguido e inusual ¿Nunca has visto un ginecólogo particular? - Se moría de vergüenza, pero si Yuuri lo entrenaría tendría que saber todos esos detalles.

- Aquí en Rusia los médicos y especialistas en omegas son escasos y muy caros, hay cerca de veinte alfas por cada omega. Tras tener la seguidilla de mala racha en las competencias muchos patrocinadores dejaron de financiarme, así que solo me permito las pastillas de la FFKK, me ha ido bien con ellas hasta ahora- Yuuri asintió suavemente mientras se sentaba a su lado en la cama, el ruso pudo sentir suavemente el aroma omega de Yuuri... café mokka y almendras, a eso olía Yuuri, un aroma que no dejaba de ser dulce y amargo a la vez, pero el ruso podía sentir algo más ¿Porque Yuuri olía a licor de almendras? Amaretto... lo sintió hace más de un mes cuando Yuuri le confeso ser musa antes de aceptar entrenarlo, pero le seguía llamando la atención- ¿Yuuri tu...

- Me encargare de que te atiendas en Katsa una vez estemos en américa- Dijo el nipón amablemente- Es importante mantenerte equilibrado física, emocional y hormonalmente... quiero que estés bien siempre- La mirada de ambos se mantuvo por unos segundos. Yuri lo iba a hacer, iba a besarlo, se inclino a penas unos milímetros cuando otro trueno resonó fuera- Tu ropa está húmeda- Yuuri había colocado una mano sobre el pecho del ruso tanteando su jersey- Quítatela, te pasaré otra- Yuri se sonrojó. El nipón no le dio tiempo a responder cuando comenzó a rebuscar en los cajones.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora