4- Descúbreme

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Aquella misma tarde Yuuri debió volver al apartamento de Seung y Phitchit porque si algo no le iba a perdonar el tailandés si se llegaba a enterar que enfrento al coreano, era que dejase a sus hamsters olvidados. Tras hablar mejor con Phitchit y dejarle en claro que no le dejaría partir donde Seung de inmediato, Yuuri hizo algunos arreglos en su agenda para cuidar de su amigo. El tailandés accedió a enseñar sus moretones y aunque el nipón sintió profundo enojo hacia Seung y se arrepentía de no haberle dado un buen golpe en el estómago, el que Phitchit se abriera con él ya era algo importante. Las victimas de abuso raramente ven que están en un circulo vicioso... Phitchit le había pedido a Yuuri que se mantuviera al margen, ahora le estaba pidiendo ayuda, y el japonés no le dejaría apartarle nuevamente.

Con sumo cuidado, Yuuri coloco un poco de crema antinflamatoria en aquellas manchas purpuras de la piel de Phitchit.

- No sé en que momento paso a esto- Comentaba desanimado el moreno recostado sobre su estómago. Sus ojos no alcanzaban a Yuuri, pero este estaba seguro de que tendría su mirada vidriosa al hablar.

- Descuida, lo importante es que lograste decirme- Dijo deteniendo sus manos en la cintura de su amigo. Vicchan se acercó al tailandés intentando apartar las manos de su rostro empujando con su hocico... de nuevo estaba llorando- Hey, heeey- Dijo girando la figura del moreno y apartando el mismo las manos de su rostro mientras que le acunaba con las propias- No importa si no me lo dijiste hace un par de semanas, un mes... cuando inicio todo. Me lo dijiste ahora, y estoy aquí para ti precisamente. Así que nada echarte la culpa- Phitchit sonrío y dejo que Yuuri le envolviera en sus brazos.

- Eres un ángel, Yuuri- Pronuncio con ternura- Pero ¿No interrumpo en tu rutina?

- Para nada, además esta comenzando a hacer más frío, me agrada tener la idea de tener a alguien que me espante el frío en casa, tú siempre eres cálido- Respondió el japonés hundiendo su cabeza en el cuello del moreno- ¿Phitchit? - El moreno hizo un simple sonido de "¿Uhmm?"- ¿Qué hay del cachorro? – Silencio... Yuuri se separo para ver el rostro del tailandés, su expresión era seria y algo desolada.

- No lo sé... tengo mucho miedo Yuu-chan- Dijo con un puchero que a Yuuri le apretó el corazón.

- Bien- Dijo Yuuri con voz serena- Le pediré a Sara una consulta para que veamos todo este asunto, luego veremos que hacer...

- ¿Veremos? Yuuri no tienes que velar por nada...

- ¿Qué? ¿Sabes qué clase de estupidez estas diciendo Phitchit? Tenerte en mi vida ha sido quizá lo mejor que me ha sucedido... y es triste de pensarlo si considero que te conocí cuando ya iba a cumplir 20. Valerius y tú son mis únicos amigos. Así como han estado para mí, yo estaré para ustedes- Acaricio la cabeza del moreno llevando atrás su castaño cabello, dejando ver sus rasgos definidos y suaves al mismo tiempo.

Durmió junto a Phitchit esa noche, Vicchan se acomodó entre medio de ambos, pero eso no evito que ambos se tomaran las manos.

Mientras estaba con Phitchit, Yuuri no necesitaba supresores. Su omega y su alfa estaban bien. Sus mejores amigos eran ese punto neutro donde sus instintos permanecían tranquilos y a gusto... a excepción de cuando entraban en celo, claro. Valerius no era exactamente un omega, si no que un gamma en un muy buen control, cuando sus celos llegaban a ser muy dolorosos, Yuuri se dedicaba a atender algunos de sus pendientes y lo mismo pasaba con Phitchit, de hecho, después del primer celo alfa de Yuuri, cuando tenía ya 21, acompañaba sus celos. Sin tabúes, sin pudores ni miedo. Yuuri no estaba seguro de la razón, pero sus feromonas no se volvían locas estando con ellos dos, sus celos eran llevaderos... incluso los omegas.

Inusual [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora