Inusual [OMEGAVERSE]

Epílogo

Por las noches a veces despierto y noto que no se encuentra a mi lado igual que siempre. Beka sigue dormido mientras que Yuri me ayuda a buscar con la mirada hasta finalmente encontrarlo, Yuri siempre puede sentirlo mejor que yo... Yuuri está con los niños, sentado en el sillón con ambos sobre su pecho. No sé en qué momento lloraron que le hicieron levantarse, Yuuri a penas escucha un gemido de los cachorros, va a verles y los calma... lo aman, y lo necesitan tanto que ni si quiera me di cuenta de cuando relegue todo el trabajo a Yuuri. Quizá fue porque en un inicio no permitió a nadie más cuidar de Minato, y terminé cediendo el cuidado de ambos cachorros a mi omega.

Aún con los cachorros dependiendo de él, Yuuri logró armar una coreografía completa para Yuratchka... aunque creí que su cuerpo resentiría el parto y la cicatriz de la cesárea tardaría más en cerrar, Yuuri patino la rutina para mostrársela a Yura y así el menor la grabará y pudiera aprenderla. Yo quedé hipnotizado, claramente, siempre que veo a Yuuri tomar los patines mi corazón da un vuelco... me hubiese gustado tanto que hubiera sido patinador en senior ¿Habría podido encontrarlo entonces igual que ahora? Quizá aquel alocado banquete dónde baile con él en el Grand Prix de Nagoya hubiese sucedido antes... me hubiese enamorado mucho antes de sus brillantes ojos burdeo con el efecto del champán. Las cuchillas bajo sus pies parecieran natural de sentirlas, Yuuri de mueve y su cuerpo hace música en cada movimiento, la música no compaña su rutina, cada elemento compone melodía... aunque, claro, no siempre, es necesario despertar amor y pasión en Yuuri para verle así. Algunos días, el cansancio es tanto, que ni siquiera se asoma a la pista... de todas formas, yo me encuentro ayudando a Yura en el hielo, pero solo ahora pienso ¿No me estoy equivocando? Debería de estar ayudando a Yuuri con los bebés y él estar aquí, como entrenador.

Incluso decir que debería ayudar me da vergüenza ¿A caso no es mi deber? La verdad es que en momentos me da algo de miedo... Otabek se ha adaptado tan bien al trabajo en casa, que Haruhi reacciona a él a penas entra a la habitación, mientras que Minato balbucea bajito en respuesta. Conmigo solo reconocen mis feromonas, haciéndoles dormir más rápido cuando están intranquilos, pero Minato suele llorar cuando lo cargo y Haruhi no me permite jugar con él, tomando todos los juguetes para un lado...

Me acercó a Yuuri para así tomar ligeramente a Minato y sacarlo de su pecho, mi pequeño se remueve un poco cuando lo dejo en su cuna y voy por su hermano, Haruhi si se muestra incómodo hasta poder llegar con su mellizo ¿Cómo es que Yuuri pudo tomarlos a los dos? Los cachorros ya tienen once meses, gatean y se ríen... saben bien quien es mamá.

— ¿Viktor? — Yuuri apenas puede enfocarme con sus ojos, busca las gafas a tientas en la mesita de junto al sillón, pero están en el velador junto a la cama, no puedo evitar reírme, así que busco su mano para dejar un beso suave en sus nudillos— Kami... ¿Me quedé dormido con los niños? — Le sonrió en respuesta y él me brinda la misma expresión. Me acercó  para besar su frente y él suavemente recarga su cuerpo en el mío... Es increíble como el más mínimo contacto con Yuuri recarga mis energías.

— Ya están ambos en su cuna ¿Vamos nuevamente a la cama? Recién son las cuatro de la madrugada— Yuuri asiente contra mi pecho y acepta mi otra mano, que busca la suya, para entrelazar nuestros dedos y guiarlo a la cama.

Se acurruca automáticamente contra mi pecho y yo coloco mi mano en su espalda, haciéndole cariño en círculos. Cuando noto que se queda dormido, yo aún me siento inquieto, lo miro... y aun me sigo preguntando como es que es tan perfecto... es en serio ¿A caso nadie ha visto a Yuuri tal como yo lo hago? 

— Eres perfecto, amor mío— Susurro besando su frente. 

Por la mañana me permito levantarme tarde ya que Otabek es quien salió a correr junto a Yuri, pero debo alcanzarle en la pista. Aún así me quedo con Yuuri acurrucado en mi pecho... o al menos, esa es mi intención hasta que escucho llorar a uno de los bebés. Me levanto espantando el sueño rápidamente para intentar que Yuuri no sea el que se levante, observo sobre la cuna y Haruhi parece furiosamente agitado por alguna razón, Minato solamente le mira curioso y en silencio, tal como es casi siempre... en verdad es un bebé muy callado.