Cap 14

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--no entiendo nada -- sentenció la otra mujer. --no puedo creerme que Tim te haya sido infiel, Lucero.

--y no me lo ha sido, técnicamente no. Esa mujer y el se conocieron hace años y ahora el ha decidido volver con ella. No puedo contarte más nada, lo siento.

--¿¡como que no!? --estalló Lisa indignada. --si ese cretino te ha dejado por otra meses antes de la boda, puede irse al infierno.

--es complicado.

--¿¡complicado!? Virgen santa, no, no lo es, Lucero, si tú le amas y el te ama, no es complicado. Hazme caso, yo me enamoré de un hombre que estaba empecinado en no volver a creer en el amor y que además tenía una hija que ne odiaba.

--¿y que hiciste?

--a ella la maté y a él lo descuarticé, y meses después conocí a tu padre --bromeó.

Y Lucero por fin comprobó que seguía teniendo la capacidad de sonreír.

--Lisa... --suspiró para contener las lágrimas que le habían aparecido en los ojos.

--si amas a alguien de verdad no lo dejas escapar así como así.

--supongo que esa es la cuestión, mamá. --una lagrima resbaló por la mejilla de Lucero y la otra mujer lo supo a pesar que no podía verla. -- Tim no me ama, y yo a él tampoco.

--oh, Lucero, pequeña lo siento.

Lucero se secó furiosa una segunda lágrima .

--en fin --suspiró y fingió que dejaba de llorar -- solo te he llamado para decirte que la boda se anula y que no hace falta que vengais a Boston.

--ya tenemos los boletos, así que papá y yo iremos de todos modos.

--no hace falta, estoy bien --afirmó con la voz que utilizaba en su programa de televisión.

--vamos a ir, Lucero ¿quieres hablar con papá? Está en el jardín, pero puedo avisarle.

Lucero sonrió al imaginarse al tosco de su padre podando los rosales.

--no, no hace falta, cuéntaselo tú, ¿quieres? Yo llamaré dentro de unos días.

--el miércoles por la mañana --se burló Lisa. --lo sé.

--quizá me vuelva un poco loca y llame antes.

--llama cuando quieras, cariño. ¿Quieres que llame a tus hermanos también?

--sí, mamá, gracias.

--de nada. ¿De verdad no quieres que vaya? Puedo coger un avión esta misma tarde.

--no. --suspiró y se convenció de que era verdad. --no vale la pena que gastes el dinero en eso.

--no digas tonterías, Lucero. Si quieres que vaya, voy --Lisa la oyó vacilar, y propio de una mujer tenaz como ella, volvió a insistir. --y no se hable más.

--no hace falta, mamá. De verdad. Tim me dijo que mandaría un breve comunicado oficial a la prensa, por eso te he llamado, porque quería avisarte.

--¿y si Tim vuelve?

--no volverá --dijo, y comprendió que estaba convencida de ello sin saber cómo. Tim no iba a volver, al menos no para estar con ella.

--esta bien, cariño, como tu quieras. Llamame el miércoles, pero vete haciendo a la idea de que nos vemos dentro de unos meses. Tu padre y yo te echamos de menos, ¿sabeis?.

--yo también, mamá. --trago saliva --tengo que colgar, todavía tengo que ducharme y... Tengo que colgar --antes de ponerse a llorar.

--claro, cariño. Adiós, y cuídate mucho.

Lucero colgó y se apresuró hacia el baño para meterse bajo la ducha y poder decirse que lo que tenía en el rostro era agua y no lágrimas.
Otra vez.

Las reglas del juego #LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora