Capítulo Final

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Llegamos al hotel una hora tarde pero ni a Robert ni a Meredith, los padres de Fernando, les importa. Están tan contentos jugando con Tomy que creo que incluso les molesta que hayamos ido a buscarlo.

--estas preciosa, Lucero --me dice Robert tras darme un beso en la mejilla.

--gracias Robert, lamento el retraso.

--no te preocupes --contesta Meredith --nos lo estábamos pasando muy bien ¿no es así Tomy?

Mi hijo sonríe y su abuela cree que la ha entendido y lo premia con otro paseo en brazos.

--¿donde diablos se ha metido Harry? --le oigo decir a mi suegro, y veo que fer se tensa. Es una reacción casi imprescriptible, pero no para mi

--me ha llamado y me ha dicho que no vendrá --contesta Fernando.

--este chico trabaja demasiado --añadió Meredith.

Los hombros de fer vuelven a delatarlo, pero antes de que pueda preguntarle que pasa me agarra de la mano y habla en voz alta.

--Lucero y yo vamos a casarnos.

--ya están casados --dice Robert confuso.

--lo sé --sigue fer --pero no del todo --suspira cansado --¿por qué a todo el mundo le parece tan raro que quiera ver a Lucero vestida de novia?

--a mi no me parece raro --aporta Meredith --me parece una gran idea.

--gracias mamá.

--¿y cuando van a celebrar esta boda de verdad? --Robert le sigue el juego.

--la semana que viene, en el rancho del abuelo.

Oh, Dios mio.
Fernando me ha dejado sin habla otra vez.
Y lo cierto es que me Parece una idea maravillosa.

La boda de Fernando y Lucero fue preciosa, mucho más que la primera, como no dejaba de recordarle el novio a la novia entre beso y beso.
El nuevo programa de Lucero no iba a comenzar hasta la semana siguiente, así que los tres, Fernando, Lucero y Thomás, se instalaron en el rancho para organizar la celebración. Iba a ser un acto íntimo, Fernando nunca había sentido la necesidad de compartir ese momento tan personal con nadie, lo que él quería era regalarle esa ilusión, esos recuerdos, a Lucero. Y sí, también a él.
Lucero se compró el vestido de novia en secreto, la acompañó Pam, su mejor amiga, y mientras se lo probaba Lucero le mandó fotos a Lisa para que también opinase.
Su padre y ella iban a asistir a la boda, por supuesto, y también sus hermanos, pero no iban a llegar al rancho hasta la noche antes del enlace.
Cómo ya estaban legalmente casados, Fernando fue a buscar a un sacerdote muy buen amigo de su abuelo, y le contó la historia. El hombre lo escuchó atentamente, lo invitó un whisky y aceptó encargarse de la ceremonia. Fernando y Lucero habían decidido que lo único que querían era declarar su amor delante de sus familiares y amigos.
Fue una boda completamente distinta a la que Lucero habría tenido con Tim, y eso la hizo absolutamente perfecta.
Tim, Amanda y Jeremy también asistieron, por supuesto. Amanda insistió en encargarse de la cena que iban a servir después de la boda, y aunque Fernando y Lucero intentaron negarse porque al fin y al cabo era una invitada, no sirvió de nada. Amanda cocinó y la comida fue exquisita.
Y estuvieron bailando hasta el amanecer.
Fue una noche perfecta, la boda que Lucero siempre había querido tener y que se había negado a soñar.
Y Fernando se la había regalado.
Ella nunca olvidaría el rostro de él cuando la vio salir por la puerta para acercarse a la tarima que habían construido en la glorieta de flofes para intercambiar sus votos.
Fernando no esperó a que ella llegase, dejó al sacerdote con la palabra en la boca y se acercó a ella para besarla.
La besó en medio del pasillo cubiertos de pétalos blancos, le sujetó el rostro de esa manera que definía todos sus besos, y no la soltó hasta que Lucero suspiró. Y entonces la miró a los ojos y le susurró :

--te amo, Lu.

Todos los invitados pudieron oírlo, pues se habían quedado en silencio al presenciar el beso.
Tomy, que estaba en brazos de Lilian, la hermana de fer, les sonrió.
En ese instante, después de aquel beso, Lucero comprendió mejor la necesidad de Fernando por celebrar esa boda. Él tenía razón, tenían que celebrar su amor. Tal vez su historia no encajaba en los patrones normales, tal vez tuvieron que romper unas cuantas reglas para estar juntos, pero lo estaban. Y lo estarían siempre.
Entonces Lucero lo sujetó por el cuello y lo besó apasionadamente delante de todos. Y al terminar también le dijo que lo amaba y que lo amaría toda la vida.
Los invitados aplaudieron y Felipe, el sacerdote, dijo que ya no hacía falta que dijeran nada más, que ya estaban casados.
Fernando se rio y tiró de Lucero hasta el altar, aunque se detuvo frente a Lilian y tomó en brazos a Tomy.

--ya estamos aquí padre --le dijo con mucha formalidad --puede casarnos.

Felipe lo miró como si fuese un niño de ocho años y procedió a leer lo que había preparado.
Fue preciso, Tim dijo unas palabras, y también Mike, y Pam contó a todos los presentes que Fernando y Lucero estaban juntos gracias a ella y a unas botellas de tequila.

La única nota de tristeza la puso la ausencia de Harry, quien intentó asistir pero por motivos que no comentó no pudo llegar. Y la noche anterior a la boda llamó a su hermano mayor para informarle que no estaría presente.
Lucero se había acercado a Fernando, que estaba sentado en el porche de la entrada hablando por teléfono, y se sentó a su lado. Le pasó una mano por la espalda y se quedó en silencio.

--mañana será un día importante para mí --dijo fer --te echaré de menos Harry.

Notar la presencia de Lucero al lado lo ayudó y la miró a los ojos.

--lo sé, y lo siento. A mí también me gustaría estar a tu lado, pero ni puedo, creeme, algún día lo entenderas.

--de acuerdo -- contestó fer.

--gracias por entender fer --suspiro aliviado y colgó porque no podía decir nada más.

Al oír que nadie más estaba en la línea, Fernando apartó el aparato del rostro y tiró de Lucero para abrazarla.

Ahora también se encontraban abrazados, desnudos en la cama. La fiesta había terminado y Fernando y Lucero estaban solos en el antiguo dormitorio de Fernando. La familia de Lucero estaba instalada en las habitaciones que había en el piso inferior y Lilian se había quedado con Tomy en la suya. El resto de los invitados estaban en un precioso hotel cerca del rancho.

--¿estas bien? --le preguntó Lucero a Fernando acariciandole el torso.
Ella estaba acurrucada a su lado con la cabeza recostada encima del corazón de su esposo. Curioso, pensó Lucero, ahora se sentía más casada que antes.
Sonrió.

--si, muy bien. ¿y tu, por qué sonríes?

--porque ahora me siento más casada --confesó sonrojada.

--me alegro --ronroneo él satisfecho, pasándole una mano por el pelo.

Lucero se incorporó un poco y le dio un beso.
Sí, seguía sin poder dejar de besarlo.
Fernando le devolvió el beso y la rodeó con los brazos, la colocó con cuidado encima de él y le pidió que le hiciera de nuevo el amor.

--solo siento cuando tú me tocas --le susurró antes de besarla y perderse dentro de ella.

--a mí me pasa lo mismo...

--entonces no dejes de tocarme nunca.

--nunca...

Las reglas del juego no siempre son lo que parece y sin duda la historia de amor de Fernando y Lucero tendría un final muy distinto si ellos dos no hubiesen estado dispuestos a saltárselas.
Si Fernando no hubiese decidido cambiar de vida y arriesgar su corazón, o Lucero hubiese determinado seguir ocultando sus sentimientos, nunca habríamos podido ver, que la pasión, incluso la más desenfrenada, es la mejor manera de atreverse al amor.

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Espero que se hayan endulzado con los bombones, reído con el tequila y se hayan enamorado de sus protagonistas tantos como yo.
Mil gracias por acompañarme en esta historia y por todos sus hermosos comentarios que me llenaron de alegría ❤️.
Creo que es hora de despedirnos😭, pero intentaré subir otra historia para volver a encontrarnos nuevamente y perdernos entre líneas de la pasión.
L@s quiero ❤️❤️❤️❤️

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2019 ⏰

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