Cap:45

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Él sigue sujetandome por la cintura con una mano, y la otra la apoya al lado de mi rostro.

--¿se puede saber que diablos estas haciendo? --me pregunta con los labios a escasos centímetros de los míos.

Levanto las manos y las apoyo en su torso. Creo que iba a empujarlo, pero no estoy segura.

--eso mismo iba a preguntarte a ti, aquí puede vernos cualquiera.

--este palco está siempre vacío. No nos ve nadie--afirma, pero entonces entrecierra los ojos y añade --¿por qué te preocupa que nos vea alguien?

--apártate --le digo negandome a contestarle.

-- No. Le has dejado que te tocase la cintura --noto como aprieta los dedos que tiene allí --y el muslo.

Aparta la mano y con una destreza que no encaja con su enorme físico la de liza debajo de mi falda hasta colocarla posesivamente sobre el muslo que antes ha rozado Parker.

--apártate, fer.

--abre los ojos y dímelo otra vez.

¿He cerrado los ojos?
Los Abro y veo el rostro de Fernando. Tiene la mandíbula apretada, y una fina capa de sudor en la frente. Le tiembla el pulso de la cien.
Está enfadado y dolido.
Y asustado.

--lo del otro día fue un...

Él no me deja terminar, agacha la cabeza y me besa en los labios. Los coloca despacio sobre los míos y los separa levemente.
Durante un segundo solo respira y su aliento se mete dentro de mí y me hace temblar. Después su lengua me acaricia el labio inferior una y otra vez, hasta que un gemido se desliza entre nosotros y nuestras bocas se funden sin pedirnos permiso.

--no podemos hacer esto, fer. --susurro cuando el se aparta para respirar.

--¿por qué?

--hasta hace un mes nos odiabamos.

--yo nunca te he odiado. --me mira a los ojos de tal manera que me es imposible dudar de él.

No puedo respirar.

--esto no tiene sentido --le digo ahora.

Él vuelve a agacharse y me da otro beso para demostrarme que la que carece de sentido soy yo.

--no puedo hacer esto, fer, vete, por favor.--añado y noto que le tiembla el labio.

El se aparta y me mira preocupado. Sé que quiere abrazarme y le duele contenerse.
Se va sin decirme nada.
Cuando vuelvo al palco, Parker me está esperando con dos copas de champán. Intento seguirle la conversación, pero mis ojos insisten en volver al palco de fer.
Se oye la campanilla que anuncia el fin de la pausa y todo el mundo vuelve a ocupar sus asientos.
Todo el mundo excepto Fernando.

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