Cap :30

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--son extensiones teñidas con lavanda y aceites naturales --le explicó caminando hacia la cocina como si fuese su casa.--ni te imaginas lo guapo que estaba el tipo que me las puso. ¿Está bien que agare estos vasos?

--Claro, ¿y te has puesto estas mechas solo porque el chico era guapo?

--no claro que no, me apetecía ponermelas y el fue muy convincente --añadió con picardia.

--te acostaste con él

--no lo digas como si fuese algo malo, lu, fue increíble.

--¿volverás a verlo?

--¿a quién? --dijo pam agarrando un cuchillo y una base de madera para cortar el limón.

--¿cómo que a quien? Al chico de las mechas.

--ah no, no creo.

Lucero levantó las cejas y abrió la boca para decir algo, pero la cerró sin decir nada.

--tendrías que aprender a relajarte, lu. El sexo por el sexo no tiene nada de malo, además, aveces está bien no significar nada.¿y la sal donde está?

Lucero le señaló el salero, pam sonrió y fue a por él.

--ya se que no tiene nada de malo --se justificó --pero has estado solo una semana en Miami.

--no hace falta mas, así es la atracción física, imparable. Vamos siéntate a mi lado y empieza a cantar.

La cocina de Lucero tenía una isla en el centro con los fogones y un pequeño espacio que ella utiliza para desayunar en el que había un jarrón blanco con flores frescas que cambiaba cada semana y un montón de servilletas de papel.
Frente a esta había dos taburetes en unos de ellos estaba sentada pam, y Lucero en el otro.
Lucero se quedó observando a su amiga, preguntándose como era posible que ella con su rareza siempre encajaba en cualquier lado, en cambio Lucero que se esforzaba por ser discreta y pasar desapercibida, siempre tenía la sensación que los demás sabrían una contraseña secreta que no permite que ella se integre.
Pam ajena a las neuronas de su amiga, o consiente de ello sirvió dos generosas copas de tequila, coloco al lado derecho de cada una una rodaja de limón y dejó el salero en medio de las dos. Dio unas palmadas en la barra para avisarle a Lucero que estaba lista y dispuesta a entrar en acción, y justo entonces sus ojos aterrizaron en la caja de bombones alado del jarrón.

--¿has vuelto a caer en la tentación? --le preguntó guiñandole un ojo --creí que habías jurado nunca mas ir a chocolate factory a comprar bombones de menta.

--yo no he ido --y tampoco había sido capas de tirar la maldita caja a la basura. --no la he comprado yo, es un regalo.

--¿de quien? Creí que yo era la única que sabía tu secreto, y si no me falla la memoria me hiciste jurar que jamás le contaría a nadie de tu debilidad por estos bombones.

--de Fernando colunga.

--¿Fernando colunga? ¿Fernando? --Pam silbó-- ¿me estas diciendo que huracán colunga te regalo una caja de tus bombones favoritos?

Lucero se movió incomoda en el taburete sin contestarle.

--nunca me acuerdo que va primero, ¿la sal, el limón o le tequila? --le dijo a Pam con la esperanza de despistarla.

--la sal --tamborileó los dedos y siguió interrogando a Lucero --¿cuando te la dio? ¿Antes o después de que Tim y tu anulasen la boda? Porque la habeis anulado ¿no?

--si, me la regaló después.

--ya sabía yo que esto iba a terminar así -- sentenció Pam quitándose un mechón violeta de la cara.

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Chicas aquí les dejo un capitulo más por hoy 🤭.
Prepárense... Muchas cosas pueden pasar con dos botellas de tequila encima. 😏😂

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