--son extensiones teñidas con lavanda y aceites naturales --le explicó caminando hacia la cocina como si fuese su casa.--ni te imaginas lo guapo que estaba el tipo que me las puso. ¿Está bien que agare estos vasos?
--Claro, ¿y te has puesto estas mechas solo porque el chico era guapo?
--no claro que no, me apetecía ponermelas y el fue muy convincente --añadió con picardia.
--te acostaste con él
--no lo digas como si fuese algo malo, lu, fue increíble.
--¿volverás a verlo?
--¿a quién? --dijo pam agarrando un cuchillo y una base de madera para cortar el limón.
--¿cómo que a quien? Al chico de las mechas.
--ah no, no creo.
Lucero levantó las cejas y abrió la boca para decir algo, pero la cerró sin decir nada.
--tendrías que aprender a relajarte, lu. El sexo por el sexo no tiene nada de malo, además, aveces está bien no significar nada.¿y la sal donde está?
Lucero le señaló el salero, pam sonrió y fue a por él.
--ya se que no tiene nada de malo --se justificó --pero has estado solo una semana en Miami.
--no hace falta mas, así es la atracción física, imparable. Vamos siéntate a mi lado y empieza a cantar.
La cocina de Lucero tenía una isla en el centro con los fogones y un pequeño espacio que ella utiliza para desayunar en el que había un jarrón blanco con flores frescas que cambiaba cada semana y un montón de servilletas de papel.
Frente a esta había dos taburetes en unos de ellos estaba sentada pam, y Lucero en el otro.
Lucero se quedó observando a su amiga, preguntándose como era posible que ella con su rareza siempre encajaba en cualquier lado, en cambio Lucero que se esforzaba por ser discreta y pasar desapercibida, siempre tenía la sensación que los demás sabrían una contraseña secreta que no permite que ella se integre.
Pam ajena a las neuronas de su amiga, o consiente de ello sirvió dos generosas copas de tequila, coloco al lado derecho de cada una una rodaja de limón y dejó el salero en medio de las dos. Dio unas palmadas en la barra para avisarle a Lucero que estaba lista y dispuesta a entrar en acción, y justo entonces sus ojos aterrizaron en la caja de bombones alado del jarrón.--¿has vuelto a caer en la tentación? --le preguntó guiñandole un ojo --creí que habías jurado nunca mas ir a chocolate factory a comprar bombones de menta.
--yo no he ido --y tampoco había sido capas de tirar la maldita caja a la basura. --no la he comprado yo, es un regalo.
--¿de quien? Creí que yo era la única que sabía tu secreto, y si no me falla la memoria me hiciste jurar que jamás le contaría a nadie de tu debilidad por estos bombones.
--de Fernando colunga.
--¿Fernando colunga? ¿Fernando? --Pam silbó-- ¿me estas diciendo que huracán colunga te regalo una caja de tus bombones favoritos?
Lucero se movió incomoda en el taburete sin contestarle.
--nunca me acuerdo que va primero, ¿la sal, el limón o le tequila? --le dijo a Pam con la esperanza de despistarla.
--la sal --tamborileó los dedos y siguió interrogando a Lucero --¿cuando te la dio? ¿Antes o después de que Tim y tu anulasen la boda? Porque la habeis anulado ¿no?
--si, me la regaló después.
--ya sabía yo que esto iba a terminar así -- sentenció Pam quitándose un mechón violeta de la cara.
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Chicas aquí les dejo un capitulo más por hoy 🤭.
Prepárense... Muchas cosas pueden pasar con dos botellas de tequila encima. 😏😂
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Las reglas del juego #LC
RomanceLucero Hogaza tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir lo que quiere : va a tener su propio programa de noticias económicas y en dos meses va a casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim cancela la boda y la abando...