Se había imaginado que la llamaría y que volverían a verse más tarde... Y que pasarían horas en la cama.
Que estúpido había sido. A Lucero no la abrumaba nada, sencillamente se arrepentía de haberse acostado con él y no quería volver a verlo. Él tendría que entenderlo mejor que nadie, en su juventud había hecho algo similar unas cuantas ocasiones ;despedirse abruptamente de una mujer después de tener sexo con ella. Era justo, incluso que le pasase eso mismo a Lucero.
Pero a pesar de la lógica, o lo que le decía su cerebro, Fernando no podía dejar de recordar cómo lo había besado, y seguía convencido de que en esos besos había algo más que atracción.
No eran imaginaciones suyas.
No lo eran.
Y sí, él tampoco sabía que pasaba exactamente entre ellos, pero quería averiguarlo. Sus entrañas se retorcía ante la posibilidad de no intentarlo.
Sonó el móvil y tenía tantas ganas de que fuera ella que contestó sin mirar.--¿sí?
--vaya rapidez --le dijo Tim desde el otro lado --¿acaso estabas pegado al teléfono?
Fernando tuvo que tragar saliva para encontrar la voz
--si.
--¿te pasa algo?
--no, que va --carraspeo.
<<dile que te has acostado con Lucero, díselo >>--te noto raro --insistió Tim
--¿que tal van las cosas con Amanda? --le preguntó para dejar de ser el centro de atención.
--un poco mejor.
--¿en serio? --<<gracias Dios no quiere volver con Lucero >>-- me alegro mucho, Tim.
--bueno, de momento solo eh conseguido cenar con ella y apenas me dirigió la palabra, pero supongo que puede decirse que voy avanzando. Jeremy es otra cosa, creo que a él empiezo a gustarle.
Fernando notó la alegría de su amigo y decidió que no era momento de contarle que se había acostado con la mujer que estuvo a punto de ser su segunda esposa.
--mandame una foto, si puedes, me encantaría ver a mi sobrino, espero que se parezca a su madre --bromeó.
--la verdad es que se parece mucho a mi --dijo Tim y en su voz se palpó el amor que sentía como padre.
--bueno podría ser peor, supongo.
--¿has visto a Lucero?
--no --mintió --¿por qué?
--ayer me llamaron de la agencia de viajes para confirmarme que me ingresaban el importe de la luna de miel y pensé en ella.
--creí que no iban de luna de miel-- recordó Fernando.
--si, pero unas semanas antes había logrado convencerla de que se tome algunos días. Íbamos a ir a Hawái. Esa chica trabaja demasiado --suspiró --supongo que, aunque me haya dado cuenta de que no estoy enamorado de ella, le tengo mucho cariño y estoy preocupado por ella.
A Fernando le habría gustado decirle que no hacía falta que se preocupara por ella, que ya estaba él para eso. Pero no lo hizo, y no por Tim, ni por él, sino por que Lucero le mando ese estúpido mensaje disculpándose por la noche anterior. Seguro que la primera vez que se acostó con Tim no le envió ningún mensajito, y hasta se habría quedado a dormir abrazada con él
Le entraron ganas de darle a puñetazo a su amigo, amigo de toda la infancia, la persona que estuvo con él en todos los momentos.
No podía seguir así, esa mujer iba a volverlo completamente loco. Ella tenía razón, lo de la noche anterior no iba a volver a repetirse. Él no iba a permitirselo. Bastante complicada tenía ya su vida como para que Lucero jugase con su cabeza. Tenía que cortar todo de raíz, igual que lo había hecho ella.--Lucero esta bien --dijo entre dientes --si me enterase de algo te llamaría, pero ella tiene a sus amigos, su familia, y tu ya no formas parte de su vida.
<<y yo tampoco >>
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Las reglas del juego #LC
RomanceLucero Hogaza tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir lo que quiere : va a tener su propio programa de noticias económicas y en dos meses va a casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim cancela la boda y la abando...