A la mañana siguiente, o mejor dicho, a la tarde siguiente, Lucero llegó a la conclusión de que había cometido la mayor locura de toda su vida al ir a ver a Fernando en la noche.
Asumió toda la culpa de lo que había sucedido, él, al fin y al cabo, era hombre y había reaccionado de modo más natural y previsto posible.
Lo que había pasado entre los dos, la sangre quemandole las venas, los besos húmedos y ardientes, el sudor, la piel que buscaba la del otro... Eso era el resultado de dos botellas de tequila, mucha frustración que los dos llevaban meses conteniendo.
Él no la soportaba y ella a él tampoco... Y al final los dos habían estallado del modo más inusual e impensable, pero lógico en cierto modo.
Lo que tenía que hacer ahora era comportarse como una mujer adulta y decirle que lamentaba el insidente y que esperaba que todo volviese a la normalidad entre los dos, es decir, que sigan ignorandose por el resto de sus vidas.
Una mujer adulta lo llamaría y lo invitaría a tomar una copa o un café y entonces le diría con mucha sofisticacion como estaban las cosas. Lucero se consideraba una mujer adulta, aveces incluso demasiado, pero al parecer Fernando tenía el poder de hacerla retroceder hasta la adolescencia, porque al final fue incapaz de llamarlo y optó por escribirle un mensaje :Pará Fernando
De Lucero.Asunto :Lo siento, ha sido culpa mía. No volverá a repetirse. Adiós.
Lucero.Le dio tecla enviar y volvió a dejar el móvil encima de la cocina, que era donde estaba bebiendose un café a pesar que ya era hora de comer. Probablemente se pasó más de media hora mirando fijamente el aparato a la espera de recibir una respuesta de Fernando. Y cuando esa medida hora se convirtió en una, y luego dos y después tres, dio por hecho que él no iba a contestar. Tal vez para Fernando lo que había pasado entre los dos no era más que un insignificante encuentro que no se merecía un mensaje de vuelta.
¿Cómo era posible?
¿La habia besado cómo si la necesitase para respirar y ahora era incapaz de contestarle un simple mensaje?
Mejor, eso era precisamente lo que ella quería, que las cosas vuelvan a ser como antes. Fernando por fin volvía a comportarse como el energúmeno de siempre.
Ahora ella tenía que volver a creer que la pasión y el sexo no tenían ninguna importancia en su vida.
Un trabajo muy difícil después de haber descubierto lo contrario con Fernando.Fernando estuvo a punto de lanzar el móvil contra la pared del salón, pero se contuvo, aunque lo apretó con tanta fuerza que notó que la pantalla crujía bajo sus dedos. Si Lucero estuviese delante de él, le demostraría la "culpa" que había tenido en lo de anoche.
Maldita fuese, cualquiera diría que había tenido que forzarlo. ¡Si no tardaste ni cinco minutos en terminar y apenas la habías desnudado!.
¿Y que era exactamente lo que sentía? ¿Haberlo besado, habérselo tirado, haberse ido? A él siempre le fascinaba el modo de pensar de Lucero~si, ahora que había decidido reconocer lo que de verdad sentía por ella, ya ni se molestaba en negarlo ~, pero en ese momento la cogeria por el cuello y... La besaría hasta que dejase de pensar.
Y ese <<no volverá a repetirse>>... Joder, parecía que estuviese disculpándose por haber llegado tarde a un trabajo o haber infringido el límite de velocidad. Una persona no se disculpa por haberle dado a otra el mejor orgasmo de toda su vida. Ni hablar.
Soltó el móvil y lo dejó en el sillón en el que estaba sentado pensando que iba a decirle cuando la llame. El problema era que había tardado demasiado buscando la frase exacta la cual sería <<hola soy yo, ¿te apetece ir a cenar conmigo esta noche? >>, pero ella se le adelantó y le mandó ese estúpido e impersonal mensaje contando por lo sano y de raíz cualquier posible relación entre los dos.
Maldita fuese.
¿Que le diría ahora?
Hasta que leyó el mensaje, Fernando creía que a Lucero le había gustado tanto como a él lo de anoche. En su mente había justificado su abrupta salida diciendo que, probablemente, se habría sentido abrumada por la intensidad del encuentro(al fin y al cabo habían hecho el amor de pie, contra la puerta y sin desnudarse) pero que cuando durmiese un rato y se tranquilizaba vería las cosas con más calma.
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Las reglas del juego #LC
RomanceLucero Hogaza tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir lo que quiere : va a tener su propio programa de noticias económicas y en dos meses va a casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim cancela la boda y la abando...