Agotado por su propia estupidez, nada más llegar a casa se dirigió como un autómata a la cocina donde había dejado el teléfono. Seguro que ella lo había llamado.
Tenía dos llamadas perdidas de Tim, en una de ellas le había dejado un mensaje de voz preguntandole donde se había metido y explicándole que volvía a Boston. Después había un mensaje de Mike recordándole que esperaba verlo en los entrenamientos y otro de su abogado referente al único proyecto de la fundación.
No había ninguna llamada de Lucero.
Cansado, y no sólo del viaje se tumbó en la cama y se durmió. Tim lo despertó con una exigente, e insistente llamada telefónica y no lo dejó en paz hasta que accedió a ir a comer con ellos en su casa.
No era que Fernando no tuviera ganas de ver a su mejor amigo ; sencillamente, no sabía si estaba preparado para tener delante de sus narices al hombre que, sin quererlo, había logrado que Lucero no quisiera arriesgarse a estar con él.
Suspiró abatido y se puso de pie. Tim no tenía la culpa de nada, razonó mientras se duchaba. Y se lo repitió todo el camino a la casa que este tenía en un barrio residencial en la ciudad.
Tim estaba tan contento que a Fernando le resultó muy difícil, por no decir casi imposible, seguir deprimido, pero lo consiguió cuando su mejor amigo le habló de Lucero.--el otro día hablé con ella por teléfono --empezó Tim --y me pareció que estaba triste.
--¿cuando? --necesitó saber Fernando
--hace dos días --contestó Tim entrecerrando los ojos --la llamé para avisarle que volvía.
Después de una comida deliciosa, que por supuesto la había preparado Amanda, esta y Jeremy habían ido a descansar un poco. Madre e hijo no estaban acostumbrados como Tim a ese tipo de viaje.
--Amanda está muy bien, se la ve feliz --dijo Fernando
Los dos amigos estaban sentados en los escalones que daban al jardín trasero con una cerveza en la mano
Tim examinó a Fernando con la mirada, y de repente levantó ambas cejas.--ha sucedido algo entre Lucero y tu --afirmó rotundamente.
A Fernando le costó tragar.
--¿por qué lo dices? --mantuvo la mirada fija en un árbol.
--por cómo has reaccionado cuando eh mencionado su nombre.--bebió un poco y dejó que su amigo se tomará su tiempo --¿que ha pasado fer?
--¿te acuerdas del día que conociste a Lucero? Tu y yo habíamos ido a la cadena de televisión para hacer una entrevista y te chocaste con ella en el pasillo.
--me acuerdo.
--creo que ese día me enamoré de ella --confesó cansado y triste. Las consecuencias de aquel primer encuentro le pesaban demasiado.
--joder, fer ¿por qué no me lo dijiste?
--porque no lo sabía. Ustedes dos empezaron a salir y yo... --carraspeo --te juro que cuando estaban juntos jamas me planteé meterme entre ustedes.
--ya lo sé fer. No nos insultes a los dos diciendo esas cosas. --Tim le dio un golpe en el hombro y bebió un poco más de cerveza.
--una noche, cuando estabas en París, fui a ver a Lucero al trabajo y le regalé una caja de sus bombones preferidos. Se puso furiosa.
--¿Lucero tiene bombones preferidos? --miró a Fernando --no lo sabía.
Fernando se encogió de hombros.
--pensé que podíamos estar juntos --resumió porque no se veía capaz de contarle los otros detalles a Tim --pero Lucero no opina igual.
--¿estas seguro?
--si, lo estoy.
--lo siento fer, --dijo Tim --dejando a un lado Amanda y a Jeremy, Lucero y tu son las personas que más quiero en el mundo y, en mi opinión, hacen muy buena pareja.
Fernando se terminó la cerveza antes de mirar a su amigo.
--¿no te lo estás tomando demasiado bien Tim? Ibas a casarte con ella, y yo acabó de decirte que llevo un año enamorado de tu ex prometida.
Tim le aguantó la mirada.
--perder a Amanda fue lo peor que me pasó en la vida y estos últimos días eh descubierto muchas cosas acerca de mi de las que no me siento especialmente orgulloso. Sé que si me hubiera casado con Lucero, jamás te habrías acercado a ella. Y sé que ninguno de los dos habría sido feliz. Tienes que luchar por tu felicidad fer.
--¿quién te ha dicho eso?
--Jeremy
Fernando le sonrió y volvieron a quedar en silencio.
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Las reglas del juego #LC
RomansaLucero Hogaza tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir lo que quiere : va a tener su propio programa de noticias económicas y en dos meses va a casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim cancela la boda y la abando...