--deberías irte de aquí, Lucero --Fernando se apartó un poco de la puerta y se giro para abrirla --seguro que mañana te arrepentirás de haber venido y no quiero que los comentaristas deportivos de tu cadena empiecen a destrozarme en sus programas --dijo él en un intento de recuperar la normalidad entre los dos.
--en la boda de Quin llevabas un traje negro con una corbata gris, y tenías un moretón en el pómulo izquierdo, recuerdo de su último partido. --habló rápido, sin respirar. Sin darse tiempo a cuestionarse el riesgo que estaba corriendo sincerandose de esa manera. --durante la cena le contaste a Mike que no veías bien y que probablemente ibas a tener que llevar gafas. Tu vino preferido es el Syrah y odias las nueces aunque finges que te gustan. Tu postre preferido es la piña y, aunque eres zurdo utilizas los cubiertos como si fieras diestro. Y tienes un tic, siempre que estás nervioso te rascas detrás de la oreja.
Fernando apartó la mano con la que estaba haciendo justamente eso.--¿cómo sabes todo eso? --le preguntó mirándola a los ojos y con el corazón latiendo con fuerza.
--no lo sé --confesó ella con los ojos brillantes --no lo sé.
--tu no me soportas --le recordó Fernando.
--y tu a mi tampoco, y sin embargo, sabes cuales son mis chocolates favorito y me has traído una caja. ¿Por qué viniste a verme al trabajo?
--ya te lo dije --masculló. Tenía que sacarla cuanto antes de su casa.
--ah si, porque Tim te lo pidió. Podrías haber dicho que no, Tim está en París y no puede obligarte a hacer algo que no quieras hacer.
Lucero no le creía, la explicación que le había dado tenía lógica y si ellos dos hubieran tenido una relación cordial lo habría creído. Pero no la tuvieron.
Los dos llevaban más de un año lanzándose al cuello del otro en la menor oportunidad.
Aunque esa noche, en ese salón, ninguno era capas de recordar el porqué.Lucero dio otro paso y se pegó a Fernando y el se echo hacia atrás hasta que golpeó la espalda con la puerta.
--¿Que estás haciendo, Lucero?
--comprobando una cosa --levantó una mano y le tocó la herida de la ceja que se había infectado semanas atrás. Fernando cerró los ojos y dejó escapar el iré entre dientes. Tenia las palmas de las manos apoyadas en la pared y Lucero se quedó fascinada un segundo por la fuerza que desprendía su cuerpo. --siempre hueles a menta.
--basta, Lucero -- en un intento desesperado apartó las manos de la pared y la sujeto por los hombros. --¿a que esta jugando? ¿Que diablos pretendes demostrar con todo esto?
--callate y bésame fer.
--¿fer?
--sí, fer bésame. --la mano que tenía todavía cerca del rostro de él se movió y le apartó un mechón de pelo de la frente --bésame, quizá así podré dejar de pensar en ti.
Los pulmones de Fernando no cogian suficiente aire, el corazón se le había detenido un segundo y volvió a latir diferente. Las manos le quemaban al notar debajo la piel de Lucero. Su olor lo estaba volviendo loco y estaba a punto de perderse en su mirada. Negó con la cabeza, pero ella se puso de puntillas y le dio un ligero beso en el cuello.
<<Dios >>
Fernando perdió el control.
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Las reglas del juego #LC
RomanceLucero Hogaza tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir lo que quiere : va a tener su propio programa de noticias económicas y en dos meses va a casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim cancela la boda y la abando...