Cap :44

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Pasan los días sin noticias de Fernando, no ha vuelto a aparecer por la cadena ni por mi piso, y tampoco me ha vuelto a llamar y no me ha dejado ningún mensaje.
No lo hecho de menos, no puedo, no paro de pensar en él.
Sigo sin saber que significa ese ~ni hablar ~, pero supongo que ya no importa, él se habrá olvidado del mensaje, de mi y de lo que sucedió en su casa.
Y yo voy a hacer lo mismo.
Seguro que la cita de hoy me ayudará a conseguirlo.
He elegido un vestido rojo para esta noche. No es nuevo, lo eh usado hace unos meses en una gala benéfica que tuve que acompañar a Tim. Lo eh elegido porque me favorece y porque recuerdo que esa noche Fernando me miró más furioso de lo que era habitual en él.
Sí, lo sé, aunque intento evitarlo aparece en todos mis pensamientos.
¿Como es posible que esté metido tan dentro de mí vida?
Suena el timbre de la puerta y me apresuro a abrir. Parker esta impresionante, lleva un esmoquin y parece sacado de una película de James Bond, y a mi estómago o corazón le da exactamente igual.

--estas preciosa --me dice él agachandose para darme un beso en la mejilla.

--gracias, tu también.

Cogo el bolso y salimos del apartamento. Parker tiene un coche esperándonos. Es uno de los vehículos negros que utilizan los directivos de la cadena en la que trabajamos, eso me hace pensar que quizá Parker tiene más poder del que creo.
El trayecto hasta la opera es agradable, Parker me da conversación y entre pregunta y pregunta añade algún que otro piropo.
Incluso me hace reír dos veces.
Llegamos a nuestro destino y cuando el chófer detiene el auto, Parker desciende para abrirme la puerta y ayudarme a salir.
La opera está preciosa, hay una alfombra roja en la entrada y del balcón principal cuelgan distintas banderas de terciopelo con el nombre bordado de la fundación que ha organizado el evento.
Estamos en la entrada charlando con unos compañeros de Parker que me presentó cuando un escalofrío recorre mi espalda y siento unos ojos encima de mi piel.
Puedo sentir el lugar exacto en donde se posan y su fuego me hace temblar. No tengo que girarme para saber quien es, pero tampoco puedo evitarlo.
Muevo ligeramente la cabeza hacia la derecha y me quedo sin aliento a ver a fer completamente inmóvil a pocos metros de distancia.
Lleva traje negro, camisa blanca y va mal afeitado. No deja de mirarme. Le tiembla el musculo de la mandíbula y veo que flexiona los dedos de la mano derecha.
Los ojos le brillan como nunca y en sus profundidades puedo ver rabia.
Y dolor.
Separo los labios para llamarlo, siento el impulso de explicarle que Parker es solo un compañero de trabajo y que no significa nada, pero la vulnerabilidad que eh creído ver en él desaparece y su rostro se endurece.
Yo lamemto la perdida de inmediato y siento, absurdamente, que se me cristalizan los ojos.
Tengo que hablar con él, me humedesco el labio inferior en busca de mi voz y justo entonces la mano de Parker rodea mi cintura.
La rabia que aparece en el iris de Fernando me duele y aparto la mirada para no verla.
Cuando vuelvo a buscarlo él ha desaparecido. Me giro hacia Parker con la esperanza de haberme imaginado el insidente, pero veo la espalda de Fernando entrando a la opera acompañado por Mike, el entrenador de los Pattiots y su esposa Margaret.
Todo el mundo dice que la opera es maravillosa, que la soprano es tocada por los ángeles y que los músicos son incomparables.
Yo no oigo ni una nota, no puedo de pensar en los ojos de fer y en como me han mirado en la entrada.
Y en cómo se niega a mirarme desde entonces.
Fernando está sentado en el palco justo enfrente del nuestro. Yo puedo verlo perfectamente y él, el muy cretino obstinado, mantiene su mirada fija en el escenario. Está tan rígido que podría romper una tabla con su cuello.
Hay Instante en los que creo sentir de nuevo su mirada, como cuando Parker ha puesto su mano en mi muslo.
Pero cuando he levantado la vista para buscarlo, Fernando seguía completamente inmóvil.
Los aplausos se intensifican y se encienden progresivamente las luces.
Media parte.
Gracias Dios.

--si me disculpas --le dijo a Parker --tengo que ir al servicio, no tardaré.

El me sonríe y se pone de pie amablemente. Me explica que mientras yo voy al baño el irá a buscar dos copas de champán.
Le sonrío y prácticamente salgo corriendo, tengo que echarme agua en la cara y recomponerme un poco.
Veo la luz que señala los aseos y me dirijo hacia ella, y solo estoy a unos metros cuando alguien me sujeta de la cintura y tira de mi hacia unas cortinas.
En menos de un segundo me encuentro con la espalda pegada a la pared de un palco vacío, y a Fernando encima de mi.

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Chicas... Chicas... Chicas...
Ay! Carajo las cosas que hacen los celos 🤭

Aquí les dejo un nuevo capítulo, espero lo disfruten 😘❤️

Las reglas del juego #LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora