Pollito (Chriserick)

Veintiuno

Christopher se levantó y tiró la última envoltura de frituras que estaba en el suelo. Miró con orgullo todo el lugar, que se encontraba más limpio que nada.

—Vaya... ¿todo esto lo hice yo?—recorrió el lugar con pasos lentos, viendo cada rincón— nada mal...

Un movimiento en la sala lo sacó de sus pensamientos. Volvió su vista hacia donde estaba pelinegro, quien se levantaba poco a poco.

La mirada de Erick se encontraba perdida en un punto fijo del suelo, algo que se le hizo muy tierno al ojimiel, quien veía cada movimiento del menor.

Un sollozo se escucho y el pelinegro estaba llorando desconsoladamente de nuevo.

—No, no, no. Erick— Christopher se acercó hacia el menor y se incó frente a él, limpiando todo el rastro de lágrimas que había— ¿qué pasa? te ves muy tierno y bonito llorando, como un bebé pollito. Pero prefiero no verte así.

Erick trataba de controlar su respiración, dejó de llorar y fijó su vista en el ojimiel frente a él.

—Lo odio.

Christopher jamás había tratado con una persona ebria, suponía que sería interesante ver como se comportaba un virgen inexperto.

—¿A quién?

—A él. ¿Cómo puede venir y hablarme  como si... como si no hubiera pasado nada...?— más lágrimas bajaron por los mofletes de Erick y sollozó en silencio— S-se que soy t-torpe y gordo y-y que... s-soy un c-virgen q-que...

—Ya no sigas...