Cuarenta

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La puerta del departamento se abrió de un , dejando ver el lugar que se hallaba todo oscuro.

—AAAAAAAAAH.

Desde que ambos chicos encontraron a esa extraña criatura, todo el viaje (desde la motocicleta hasta su departamento) habían estado gritando atemorizados.

Erick aveportazontó su bolso y siguió a Christopher quien se dirigía a su habitación. Antes de poner un solo pie en su habitación, el castaño cerró la puerta, dándole un golpe fuerte en la nariz del ojiverde.

Erick comenzó a temblar y tocó fuertemente la puerta para que fuera abierta.

—¡C-CHRISTOPHER POR FAVOR ÁBREME!

—¡VETE A TU CUARTO POLLITO!

—TENGO MIEDOOO.

Erick veía todo con temor y con un puchero. Estaban tan apresurados por llegar que no prendieron ningún foco, dejando el lugar en oscuras penumbras sin siquiera poder dar un paso o iluminar.

El pelinegro se hizo bolita en frente de la puerta, tratando de calmar su miedo y respiración que se encontraba agitada.

El sonido se la puerta y el movimiento de esta abriéndose le hizo caer de espaldas, viendo desde el suelo, la mielosa mirada de Christopher.

Al reaccionar se paró y corrió hacia la cama del castaño (la cual era increíblemente cómoda), tapándose con la cobija hasta la nariz, viendo como Christopher corría también y se colocaba a su lado, tapándose con la misma cobija.

—Eres malo...

—Ya pollo. No dejo a nadie entrar a mi habitación más que a ti.

Quería que cuando limpiaras fuera la última vez.

Pero algo en mi no me deja.

Erick hizo un "Awww" y se acurrucó con el castaño, poniendo su mejilla en el pecho del mayor y cruzando su pierna con la contraria, abrazándolo como si de un peluche se tratara.

Christopher trato de zafarse de su agarre, diciendo múltiples "¡Estas invadiendo mi espacio personal!", "Erick, no me gusta", "Aléjate pollo chaneque", sin embargo, no obtuvo su cometido. Al contrario, hizo que Erick sacara pequeñas risitas y se abrazara más a él, sintiéndose cálido entre las sábanas y suaves almohadas.

Y ¿por qué no?, también el cálido cuerpo de su compañero de cuarto.

Christopher rodó los ojos y dejó de resistirse a los brazos de Erick, quien sonrió victorioso.

Momentos después, un puchero se formó en los carnosos labios del menor y habló.

—Tengo mucho miedo Chris...

Christopher- quien no estaba en sus cinco sentidos- respondió con la voz adormilada— Aquí estoy yo... tú Chris te va a cuidar siempre...

—¿Lo prometes?— el ojiverde subió su mirada con un destello en sus ojos.

—Mhm...— Afirmó con un sonido.

Erick restregó su pequeña nariz de botón en la pijama del castaño y suspiró adormilado y cansado, entregándose pocos minutos después a los brazos de Morfeo.

Pollito (Chriserick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora