Pollito (Chriserick)

Setentaynueve

—Creo que... me estoy enamorado de Christopher.

Los dos chicos a su lado le miraron con una ceja alzada, burlándose de las palabras del chico.

—Bueno, bienvenido al mundo real.

—¿Eh?

—Ericksito— le llamó Yoandri, tocándole sus manos— ¿De verdad crees que el acostarse de cucharita, el pensar que es hermoso y que hayas tenido un sueño húmedo con él es cosa de amigos?

El ojiverde guardó silencio y analizó la situación.

Era sierto ahora que alguien se lo decía en voz alta, no era normal. Al menos no para alguien que comenzaba a tener sentimientos encontrados hacia esa persona con la que pasa todos los días de su vida.

—Pero... no creo que quiera estar con alguien como yo... ¡Auch! ¿¡Eso por qué fue!?

Camilo había lanzado su pedazo de manzana a la mejilla del menor, no creyendo las palabras que habían salido de su boca— Ni siquiera te atrevas a decir que no merece a alguien como tú.

Erick rechistó mientras sonaba la parte golpeada, viéndole con un puchero.

—Dejaremos que el tiempo decida— dijo Camilo limpiando su boca con una servilleta— Ahora, tira mi basura de comida por estúpido.

El ojiverde gruñó y se levantó, yendo a tirar los restos del mayor.

—Camilo... ¿Estás seguro?— habló en un susurro el peliverde, viendo desde lejos al chico— ¿No deberíamos decirle algo?

—Créeme que ellos se irán acercando cada vez más por si mismos— sonrió el ahora peliplata— Solo que son muy lentos. ¡Y eso te incluye a ti!

—No estamos hablando de mí...

Camilo bufó— Claro— el peliplata se levantó mientras recogía sus pertenencias— Yo ya me voy, tengo una cita con Zabdi.

Yoandri movió sus cejas burlonamente— Oh, que sea con condón.

El peliplata dio un respingo y golpeó la cabeza del chico con su botella de agua—¿¡Qué rayos te enseñan en tu casa!?

El peliverde estalló en carcajadas mientras se despedía de su amigo, viendo también como Erick se acercaba a su lado.

—¿Ya se fue?

—Tenía una cita con Zabdi.

Ambos chicos rieron por la imitación y salieron del patio, encaminándose hacia sus departamentos.

Y la mente de Erick solo podía pensar en que Christopher no merecía estar con alguien que tuviera un pasado lamentable.

Claro que no Erick, no seas tonto. Él merece una chica.