Pollito (Chriserick)

Veintitrés

Erick despertó con un gruñido, los rayos del sol le molestaba de sobremanera, dándole un punzante dolor de cabeza. Trató de acostumbrarse a la luz, abriendo sus ojos que se sentían pesados.

Estoy en mi habitación.

Los ojos se abrieron abruptamente, las memorias de ayer en la noche bombearon la cabeza como si fuera un bolso de arena para boxeo.

El ojiverde comenzó a dar vueltas en la cama, susurrando muchos "no, no, no".

Por fin se sentó en esta, mordiendo sus uñas con nerviosismo.

—De seguro abrí la boca de más...— se recriminó en voz alta.

De pronto el sueño que tuvo lo recordó, dándole un terrible escalofrío.

«—... No es algo de lo que deberías preocuparte, idiota.»

«—¿Cuál es su nombre?»

«—¿¡El chico de Básquetbol!?»

Erick se sintió desfallecer, no podía ser verdad.

Todo tenía que ser un sueño, uno terrible en donde Dios quiso jugarle una mala pasada.

Con nerviosismo, se levantó de la cama y abrió la puerta. Un delicioso olor a comida lo recibió. Supuso que Yoandri había entrado, él era muy bueno en la cocina y sus platillo quedaban deli...

La mirada de asombro que tenía ahora el menor era una muy divertida, su boca abierta formando una circulada "O" y sus ojos más abiertos de lo normal, dando una vista muy graciosa.

—¿¡Cocinas!?

El ojimiel se giró con una ceja alzada mientras seguía girando el pancake. Hizo una mueca divertida al encontrar la cara de asombro del menor.

—Ah, pollito... no soy tan indigente como crees.

Erick dirigió su paso al salón y se sentó en una de las sillas de la mesa.

Christopher terminó el desayuno y lo llevó a la mesa. Erick veía todo con desconfianza. Habló cuando se sentó el castaño.

—No le pusiste droga... ¿verdad?

Christopher se sirvió uno y comenzó a cortarlo en cuadritos— no todo lo que dicen de mi es verdad ¿sabes?— se llevó un pedazo y lo masticó hasta tragarlo.

Erick aún con su ceja alzada, cortó un pedazo y lo tragó, cerrando sus ojos y haciendo involuntariamente un sonido de satisfacción mientras desgusba el desayuno que había frente a él.

—Me tomé la libertad de hacer el desayuno... — dijo Christopher tornando su mirada neutra, teniendo sus ojos fijos en su plato mientras cortaba los pedazos— Por sierto, de pura casualidad, ¿has visto mi botella de Vodka?

Erick se atragantó con su comida. tosiendo tomó del vaso de leche y se dio palmadas en el pecho para calmarse.

—Ya sabes... — continuó Christopher, aún con su mirada neutra, dándole más terror al asunto— La que decía Vodka Spirytus.

—Y-yo...

—¿Tú qué, pollito?

—¡Yah! ¡No sonrias de esa manera ni hagas todo muy normal! da miedo.

—¿Por qué tomaste esa botella?

—Solo quería un traguito... — dijo Erick con su mirada gacha, formando un abultado puchero— Además estaba pasando por una crisis. Quería ahogar mis penas con alcohol.

—No tomas alcohol.

—¡Claro que sí!

Christopher llevó su mirada a los ojos del menor, dándole una acusadora y profunda mirada.

—Aish— rechistó el ojiverde al verse descubierto— Te la pagaré...

—Oh, claro que lo harás.

El castaño tomó sus platos sucios y los dejó en el lavabo. Tomó su chaqueta y su mochila.

—Iré a clases, deberías hacerlo tú también, pero primero lava mi plato.

—¿¡Disculpa!?

—Nos vemos, pollito.

Ni de broma lavaría su plato.